jueves, 14 de mayo de 2015

¿SI SE QUIERE, SE PUEDE?, por ELENA CONDE RODRIGUEZ

Hay un término que en estos momentos está muy de moda en lo que a lenguaje empresarial se refiere, y es “Engagement”.

En pocas palabras, el Engagement mide el nivel de compromiso que los empleados sienten con la organización para la cual trabajan y, tanto las investigaciones como la experiencia práctica han demostrado que los empleados con mayor nivel de Engagement suelen tener más pasión por lo que hacen, muestran mayor entusiasmo, se sienten orgullosos de ser parte de su organización y, en definitiva, generan mejores resultados, y esto sin duda es muy rentable para compañía, además de generar otros beneficios sociales para todos sus grupos de interés.

Pero si nos paramos a pensar, el Engagement o nivel de compromiso que adquirimos, no aparece en nuestras vidas cuando nos incorporamos a la “vida laboral”, ya que a lo largo de ella vamos adquiriendo distintos compromisos:
  • El primer contacto que tenemos con el Compromiso es de una forma totalmente innata y es el que tienes con tus padres y hermanos, en forma de respeto y cuidado los unos de los otros.
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  • Después llegan los compañeros de colegio, con los que de alguna manera también adquieres un Compromiso en forma de compañerismo y de ayuda de uno de los otros.
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  • Con los amigos, esos por los que en cierto momento de tu vida se convierten en alguien por los que darías “hasta la vida”, adquieres un Compromiso de lealtad e incondicionalidad.
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  • Cuando decides compartir tu vida con alguien y, llegado el caso, crear tu propia familia, es sin duda uno de los mayores Compromisos a los que nos enfrentamos en la vida.

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  • Y como no, el Compromiso que contraes con la empresa para la que trabajas.

A pesar de lo importantes que son todas las formas de Compromiso descritas, a medida que vamos avanzado en la vida algunas van perdiendo fuerza, otras ganando y otras llegan a desaparecer.

Y es que muchas veces parece que estemos en una lucha continua con nosotros mismos por querer estar en todos los sitios a la vez, hacer todo a la vez y llegar a todo….y esto es imposible. Cuanto más tiempo dedicas a una cosa, menos tiempo tienes para las otras.

Por eso creo que debemos de comprometernos solo con aquello que realmente podamos y evitar así situaciones de desengaño con la empresa por no poder cumplir con lo pactado, con la familia por no estar nunca, con los amigos por estar siempre missing….

Definitivamente yo creo que SÍ, que si se quiere se puede, sabiendo que no es tarea fácil, teniendo que renunciar a muchas cosas, conciliar otras muchas y sobre todo siendo conscientes de que no  se puede tener todo en la vida. 
A veces renunciar a algo resulta liberador.

¿Vosotros que pensáis?

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