jueves, 25 de junio de 2020

Recursos Humanos y COVID: nuevas oportunidades, por Marta Casado

Habrá que inventarse una salida
Que el destino no nos tome las medidas
Hay esperanza en la deriva

LA DERIVA – Vetusta Morla
 
 

La pandemia por COVID-19 se ha convertido en una emergencia sanitaria global que ha transformado de forma sustancial el panorama mundial a todos los niveles. Muchos se atreven a hacer vaticinios sobre lo que va a ocurrir en los próximos días, semanas, meses… pero nadie sabe a ciencia cierta lo que en realidad va a ocurrir. Nunca se nos había planteado la posibilidad de que el mundo entero se quedara en pausa durante tanto tiempo. Y con un mundo en modo parálisis total, una incertidumbre completa acerca de cuándo se va a poder retomar la actividad normal, las empresas están afectadas a todos los niveles: operacional, financiero, comercial, tecnológico… Pero ¿Qué pasa con los equipos humanos?

Desde recursos humanos nos ha tocado lidiar con esta nueva realidad de manera muy intensa a partir de que se instauró el estado de alarma.

Sobre los departamentos de recursos humanos ha recaído una carga de trabajo extrema con esta crisis con la gestión de los ERTEs, el teletrabajo impuesto de manera obligatoria y a la fuerza y parte de los asuntos derivados de salud laboral a implementar en las empresas con el Covid. Entre otros destaco los siguientes desafíos a los que los profesionales de los recursos humanos nos hemos tenido que enfrentar:

CULTURA FLEXIBLE: Las empresas han tenido que crear un entorno o cultura corporativa en la cual los trabajadores no se sientan perjudicados o influidos por trabajar de manera remota.
Desde mantener reuniones de trabajo con los compañeros, reuniones periódicas 1-2-1, asistir a un programa de formación o realizar un comité de dirección. Todo ha sido gestionado a través del Teams u otra herramienta similar. Porque el mundo no se ha parado.
Por otra parte, los trabajadores se han visto forzados a tener que conciliar su vida personal y laboral y ha sido frecuente que lxs niñxs sean uno más en las reuniones. Esto ha hecho que entre los propios trabajadores se establezcan unos lazos más cercanos al ver que incluso algún compañero que “te cae fatal” tiene familia.

- COMUNICACIÓN, COMUNICACIÓN Y COMUNICACIÓN: gran peso de la gestión del Covid ha recaído en la comunicación interna a través de los diferentes medios de la empresa para difundir información a los trabajadores y los representantes de estos: consignas de seguridad, donde encontrar las mascarillas, qué va a pasar con las personas que están en ERTEs…
Las principales consignas a la hora de comunicar han sido:


- Informar verazmente y con hechos sobre la crisis actual.
- Medidas que se han adoptados en la empresa para afrontar el covid-19, preventivas como estructurales.


Es una parte fundamental mantener a las personas lo más informadas posibles en una situación tan terrible como la que hemos sufrido de cara a eliminar las incertidumbres y prevenir los rumores, un elemento muy peligroso en cualquier organización.

VALORES: en estos tiempos de teletrabajo y que no había un ritmo de trabajo corriente, parece que ciertas actitudes de los compañeros se han magnificado. El no poder solucionar los conflictos y las dificultades del trabajo diario han sido complicadas de templar. Mantener una actitud positiva entre todos y transmitirla a los compañeros, un equilibrio entre la vida personal y profesional estando tanto tiempo en casa, una actitud de liderazgo entre los equipos humanos tan necesaria en tiempos de incertidumbre.

En definitiva, esta pausa ha sido una época de aprendizaje por parte de todos, a adaptarnos a los demás y dedicar un tiempo a poner las cosas en orden. Aprender de los errores y mirar hacia delante con optimismo son actitudes claves en estos momentos de incertidumbre. Hacer entender a los equipos humanos.
 
 

En mi opinión, la crisis de COVID-19 se ha convertido en un impulso que permite la implementación de iniciativas en la gestión de personas, que requerían un cambio radical, incluso antes de esta situación. Solo aquellas organizaciones que puedan adaptarse sobrevivirán.

jueves, 18 de junio de 2020

¡Mueve ficha!, por Ruth Santos

Los tiempos que estamos viviendo son complicados, están lejos de ser un juego de niños, nos estamos jugando mucho. Esta nueva realidad, pasará a la historia igual que sucedió con la Revolución francesa o la Revolución Industrial entre otros muchos hechos históricos que han marcado a la humanidad a todos los niveles: sociales, políticos, económicos, culturales...
 
Cuando surge algo inesperado, nuestras vidas se alteran. ¡Qué comience el juego!
 
Ante cualquier cambio, la primera reacción del ser humano por lo general es incredulidad.  Nos quedamos paralizados, en mayor o menor medida, durante más o menos tiempo. Y aparece en nuestra cabeza, la pregunta del millón: ¿Qué está pasando?
 
Ante lo desconocido, la reacción más natural es el denominado ‘’Miedo a la incertidumbre’’.

Todos lo hemos vivido en estos meses, y desde ese punto de partida tenemos varias opciones de respuesta. ¿Cuál es la correcta?
A) Paralizarnos.
B) Asustarnos
C) Encerrarnos,
D) Deprimirnos
E) Cualquier combinación de las anteriores.
 
Es decir, el miedo nos absorbe, y podemos quejarnos, enfadarnos, criticar, negarnos a aceptar la realidad.
 
En medio del juego surge la opción del comodín: Aliarnos con el miedo y seguir con más fuerza. ¡Sin duda la mejor opción! Bendito comodín, que cambia el rumbo de la partida. Se me viene a la mente la mítica frase de Darwin: ‘’No es el más fuerte de las especies el que sobrevive, tampoco es el más inteligente el que sobrevive. Es aquel que es más adaptable al cambio’’.
 
¡Qué astuto! Se sabía todos los trucos para ganar.

Pues saquemos un as de la manga, aceptando este momento. Es un momento de oportunidades, no nos quedemos lamentándonos pensando lo que se nos viene encima, sabemos que estamos entrando en una de las crisis económicas de las más duras y complicadas que hasta ahora hemos conocido.

Está en nuestra mano ganar la partida, nos jugamos mucho, todo o nada, así que vamos a crear empleo, vamos a ser creativos, vamos a ser innovadores.

Podemos, tenemos talento, estamos en un momento de cambios sí, pero de grandes oportunidades. En una jugada maestra hemos demostrado que nos podemos adaptar en tiempo record a las nuevas formas de trabajo, sigamos por ahí, arriesguemos, observemos que ha pasado, que está pasando, y sobre todo cómo podemos mejorar y qué podemos aportar.



 
¡Reescribamos las reglas del juego!
Estamos en una nueva realidad, donde está todo por hacer, no nos quedemos en la queja, vamos a hacer, vamos a crear nuevos puestos de trabajo, nuevos procesos, nuevos productos, vamos a cuidar  a nuestros compañeros, nuestros clientes, a nuestros trabajadores, vamos a trabajar en nuevos proyectos que nos hagan ser más solventes y autónomos, vamos a crear equipos multisciplinares, trabajemos por proyectos, hagamos ahora más que nunca cambios, utilicemos la digitalización como obligación, las metodologías agiles, restructuremos la industria, las organizaciones  empresariales, creemos nuevas visiones de negocio, reconvirtamos los sectores de nuestra economía: os sectores productivos o económicos,  los grandes sectores denominados primario,(sector agropecuario) secundario o industrial,  terciario de servicios...
Esto sería ideal, hacer un jaque mate a la idea de empresa tradicional y llevarnos el bote.
Pero para eso
 
Entonces, ¿cómo ganar la partida?
 
¡Ostra! Se me olvidaba, tenemos el comodín. Recuerda: Aliarnos con el miedo y seguir con más fuerza. Con esa fuerza se me ocurren varias opciones: bussiness angles, crowdfunding, trabajo colaborativo, y coworking, digital networking, alianzas y mucha mucha creatividad.
 
¡La vida es un juego y hemos venido a jugar!

miércoles, 3 de junio de 2020

Sin respuesta, por María Herrero

A primera hora de la mañana, mientras desayunas, comienzas la jornada examinando ofertas de empleo en tus portales de confianza o chequeando tu email para comprobar las alertas a las que estás inscrito.
 
Con suerte, encuentras varias propuestas que te encajan y decides probar suerte mandando tu currículum, una carta de presentación personalizada en donde, entre otras cosas, expresas tu deseo de trabajar en la empresa, cartas de recomendación de tus anteriores trabajos, así como cualquier otro recurso que tengas disponible para captar la atención de la persona encargada de elegir al “ganador”, o por lo menos, conseguir pasar a la siguiente fase. Enviado.
 
En ocasiones recibes respuesta automática de recepción de candidatura, otras veces, se produce un silencio controvertido en el que te preguntas qué pasará esta vez. Pues bien, pasan los días, las semanas, a veces hasta estaciones enteras, y no recibes respuesta alguna de aquella oferta – u ofertas - a las que te postulaste entonces, en aquellos tiempos en los que la incertidumbre ahogada por la ilusión y las ganas hicieron que apretaras el botón de “Enviar candidatura”.
 
En ese lapso de tiempo entre la inicial esperanza y el anhelo de que te llamen para una entrevista la cual preparas como si fueras a un examen de una oposición a Notario, pasando por la desconfianza de si habrán siquiera mirado tu currículum, y hasta llegar al enfado de dar por hecho que han pasado de ti, se va formando tu opinión sobre esas empresas a las que has llamado a su puerta.

 
Se han olvidado que tú eres, además, un potencial cliente, que tienes familia, amigos y redes sociales que no dudarás en utilizar con más o menos vehemencia para emitir tu opinión. Una mala opinión, por cierto, que se formado porque la empresa no ha sabido dar respuesta a una necesidad, ni ha tenido en cuenta que los procesos de selección hay que humanizarlos y no robotizarlos ya que, por el momento, aún tratamos con personas, no con máquinas.
 
Toda la inversión en publicidad que pueda hacer una marca concreta para dar una imagen puede ser en vano si no atienden a estos detalles. Estamos de acuerdo que el proceso de selección tiene como meta encontrar al mejor candidato pero sin olvidar al resto. En procesos de selección muy amplios el envío de emails genéricos puede ser suficiente, una respuesta es mejor que ninguna. Sin embargo, si al candidato ya se le ha dado la oportunidad de llegar a la entrevista personal la respuesta de la empresa debe ser personalizada, por teléfono o videollamada que permita un diálogo con el candidato rechazado en donde se puedan realizar preguntas sobre los motivos de su descarte, destacar puntos fuertes y puntos a reforzar, hablar de cómo fue la entrevista… No tiene que ser una llamada de una hora, pero sí se debería proporcionar un feedback con contenido que pueda aprovechar esa persona.
 
Con la sacudida de la pandemia reciente volvemos de nuevo al punto inicial de salida en donde muchos trabajadores día a día entregan su currículum en busca de una oportunidad. Buscar trabajo, si se toma en serio, es un proceso agotador y, en ocasiones, frustrante al que se le dedican muchas horas del días. Digerir un rechazo es un trabajo personal, pero una ayuda en el camino es bien recibida, tras ello, en cada uno está saber aprovecharla.