jueves, 21 de febrero de 2013

NO ENTIENDO NADA...por FRANCISCO SALGADO

En el contexto de la actual globalización económica, y en el caso de nuestro país agravado con la profunda crisis económica, muchas de las empresas en la que trabajamos están obligadas a buscar clientes en mercados exteriores. La adaptación de las personas a las nuevas situaciones de comunicación en otros idiomas es en muchos casos compleja y complicada. Lo que en realidad ocurre en las grandes empresas es que al globalizarse el idioma corporativo cambia, cambiando radicalmente nuestras condiciones para la comunicación.
 
¿Cuál es tú primer idioma? Español, Ingles, Francés,…El idioma que aprendemos cuando crecemos es especial, un vínculo directo con nuestra cultura y la forma en la que lo utilizamos con amigos y familia es un reflejo de nuestra personalidad. Podemos ser muy habladores o más bien callados, porque no nos gusten las conversaciones largas, puede que hablemos con un fuerte acento local o disfrutar escribiendo correos electrónicos largos y descriptivos a nuestros compañeros. Todo esto es fantástico. Estas diferencias enriquecen nuestras vidas y nuestras relaciones. Sin embargo, cuando estamos trabajando la primera norma de la comunicación es la “claridad”.
Seguro que estáis de acuerdo conmigo. Parece obvio ¿verdad? Pero en algún momento todos nos hemos enfrentado a un informe o un documento complicado y nos hemos enfadado al intentarlo descifrar por enésima vez, que quiere decir y que se supone que tenemos que hacer al respecto.
El problema es que las personas que no piensan en su forma de comunicarse hacen que la empresa emplee grandes cantidades de dinero. Pongamos un ejemplo:
Redacta un informe o un documento breve de una página que deben leer 20 personas. Si los lectores tardan un minuto en leerlo y entienden lo que tienen que hacer, la empresa paga 20 minutos del tiempo de los empleados. Sin embargo, si es demasiado largo está mal redactado tienen que leerlo cuatro o cinco veces, y los costes de la empresa aumentan en consecuencia. A lo que hay que añadir el consiguiente enfado y las pastillas para el dolor de cabeza…
La situación se complica si el idioma corporativo no es nuestra lengua materna. Las personas para las que coincide el idioma materno con el corporativo deben emplearlo de un modo sencillo y claro para aquellas personas que se han esforzado en aprender inglés.

Cada persona tiene su talento, que emplea y desarrolla dentro de su actividad habitual; técnicos, ingenieros, economistas….Si embargo la mayoría queremos ayudar a nuestros compañeros en lugar de hacerles la vida más difícil, por ello incluyo unos consejos que se pueden aplicar al redactar:
·         Decide qué quieres incluir y qué no. Organiza la información. Esto te puede llevar algunos minutos, pero seguro que tus compañeros entenderán antes los puntos principales y la empresa ahorrará tiempo y dinero.

·         Comprueba que el tono es correcto. Sé siempre respetuoso en los correos electrónicos, en especial con las personas que no conozcas.

·         Utiliza las palabras y las frases lo más breves y sencillas posible.


¡Buena suerte!

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