jueves, 31 de marzo de 2011

APPLICATION FOR A JOB por BEATRIZ HERRADOR

Hace un tiempo, repasando lo que mis decisiones habían ido dando forma a mi curriculum, pequeño resumen de obra y milagros, analicé los huecos que había en él con intención de definir mis objetivos y establecer mi estrategia a seguir… (perdonad, pero la EFQM me dejó muy marcada…).
Entre todas las cosas, decidí empezar por los idiomas.
Con el fin de tener un papelito que certifique mi nivel de inglés estoy preparando el examen del FCE (First Certificate Exam).
Una de las partes de la prueba es redactar un texto a elegir entre varios temas, entre los cuales uno puede ser una “application letter”, es decir, una carta de presentación para una oferta de trabajo. Mientras el resto de mis compañeros de clase lo pueden ver como un tema más, yo no puedo dejar de ver el lado profesional al hecho de que en un examen académico una carta de presentación esté dentro de las principales temáticas.
Mientras que en España enviamos nuestro cv a diestro y siniestro, sin más (y ahora más que nunca…), lo normal en los países anglosajones y en la mayoría de Europa es adjuntar una carta de presentación redactada explícitamente para la solicitud el puesto, en cada sitio con sus peculiaridades, en la que se deja ver por qué deben elegirnos, pero donde también se deja entrever por qué es la empresa elegida.
Para mí, la importancia de que la elección en la búsqueda de empleo va más allá de ganar una determinada cantidad, vivir en un sitio determinado, o desempeñar ciertas funciones. A través la marca/ empresa donde desempeñemos nuestro trabajo nos presentamos y nos posicionamos ante los demás.
Salvando las distancias con países donde “poder elegir” es más sencillo (tasas de paro, índices salariales, creación de empleo, beneficios sociales…) o simplemente por la toma de decisiones durante situaciones personales concretas, me gustaría quedarme con la parte romántica en la que nosotros elegimos la empresa donde queremos estar.
En otro post se comentó el hecho de que, si no estás de acuerdo con la cultura y valores de tu organización, deberías dejarla, pero a mí me gustaría anticiparme a ese momento en el que eres consciente de que no encajas y preguntaros, ¿realmente elegisteis dónde queríais trabajar?, ¿habéis escrito vosotros la historia o simplemente se ha ido escribiendo?, ¿establecisteis objetivos, definisteis una estrategia y la llevasteis a cabo?.

2 comentarios:

  1. Una organización que contrate a cualquiera y una persona que trabaje en cualquier organización no son más que manos. Una organización que no quiera ser cualquiera y una persona que no quiera trabajar en cualquier organización son cabeza y corazón. Depende de lo que quieras da o contrata manos, cabeza o corazón.
    Me ha quedado pelín lírico, ¿no?.

    Me parece importante lo que comenta Beatriz, el trabajo nos lleva una buena parte del tiempo de nuestra vida, es importante elegir bien.

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  2. Celia Martín...

    Gracias, Beatriz, por tu aportación.
    A mi me ha hecho reflexionar sobre mi trayectoria. Yo, personalmente, no diseñé una estrategia concreta sobre mi futuro cuando salí de la facultad y ni siquiera me lo planteé, pero sí encontré un objetivo claro que me ha permitido tomar decisiones (menos mal): me quería dedicar al mundo de los recursos humanos.

    Creo que la reflexión que nos propones es algo que pocas veces nos planteamos de forma seria y dedicándole un tiempo de serenidad y reflexión. Fíjate que la única vez que lo he hecho de forma consciente fue en una de las sesiones de trabajo del master de rrhh de la Cámara de Comercio, y me fué muy útil.
    Para evitar que la inercia y el conformismo nos arrastre, quizás deberíamos plantearnos ciertas
    reflexiones cada cada x años... ¿estoy donde quiero?¿qué es lo que quería hace unos años?¿esto me llena, me hace feliz? ¿esta organización y trabajo encajan conmigo, yo, con ellos?

    Un abrazo
    Celia Martín

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