Tengo una amiga con hijos
en edad escolar que los lleva a un colegio de esos que tienen jornada intensiva
de mañana (hay que decir que este tipo de jornadas -de 09:00 a 14:00 horas,
vaya horario más conciliador- lo deciden en votación los padres y madres de los
alumnos) pues bien, según me cuenta mi amiga, se ha montado una buena porque la
actuación de Navidad de sus hijos comienza a las 09:15 y las mamás han llenado
la bandeja de entrada del correo de la directora MANIFESTANDO su descontento
porque, en ese horario, no pueden acudir a ver la actuación de sus hijos...
Pero bueno, vamos a ver,
para que las mamás y papás trabajadores puedan ver las actuaciones de sus
hijos, debería ocurrir alguna de estas cosas: bien te coges el día de
vacaciones, bien tienes un horario "flexible" que te permite
ausentarte (depende del puesto que tengas ya se vería si recuperas o no esa
ausencia) o bien las actuaciones son, como pronto, a partir de las 19:00 horas y, en algunos casos, ni
aun así..., salvo que trabajes en la administración, en ese caso, la actuación
podría ser a partir de las 15:30 horas.
Señoras, lo queremos todo.
Queremos dedicarnos a una actividad profesional remunerada fuera de nuestros
hogares y poder tener los "privilegios" de aquellas cuya dedicación
en exclusiva es la dura tarea no remunerada de ser ama de casa. Queremos tener
un empleo, sentir que nuestros años de costosa educación superior no han sido
una inversión perdida, recibir un buen sueldo, tener puestos de responsabilidad,
tener Poder... pero también llevar a nuestros hijos al colegio por las mañanas,
recogerlos al medio día, controlar sus comidas, hacer con ellos los deberes,
conocer a sus compañeros de las extra escolares, acompañarlos al médico cuando
están enfermos... y si no lo tenemos no
logramos quitarnos esa amarga espinita de sentirnos malas madres.
Cuando mi amiga me contaba
lo de los correos a la directora yo le pregunté cuántos de esos mails eran
escritos por hombres y su respuesta fue tajante: NINGUNO.
Pero, ¿qué pasa aquí?
¿Acaso los papás quieren menos a su prole que las mamás?
Eso me trajo a mi memoria
los chorros de tinta que provocaron la decisión de la responsable del
Departamento de Estado en EEUU ante la renuncia a lo que ella consideraba su
trabajo ideal y por el que tantos años había luchado. Había logrado llegar a lo
más alto en su carrera política pero: "no podía dejar de pensar en mi hijo
de 14 años de edad" según escribiría ella misma en su blog.
Y aquí es donde, señoras,
radica el problema real. ¡Por favor!, quiero conocer a un hombre, que a los
40-50 años, en la cima de su carrera, en pleno éxito profesional, declare
abiertamente, que renuncia a su puesto para ser feliz dedicándose a la crianza
y educación de sus hijos.
Las mujeres lo queremos
todo, si... pero el tenerlo conlleva renuncias que, más vale sepamos sortear
con una gran sonrisa y una sana resignación porque si no, en lugar de buenas
profesionales, seremos unas frustradas mujeres.
Ojalá las futuras
generaciones no lastren esta pesada carga de "tener la sensación de estar
en dos sillas a la vez y en ambas mal sentada" y sean realmente,
emocionalmente, iguales a los hombres, mientras tanto, seamos sinceras y
coherentes con nosotras mismas y disfrutemos de la decisión que hemos tomado (en
el caso de las que hayamos podido decidir)
Anne Marie Slaugter (así
es como se llama la ex responsable del Departamento de Estado) le dijo a una compañera de la Casa Blanca
que, tras su renuncia, escribiría un artículo de opinión
titulado "La mujer no puede tenerlo todo"... me entra una profunda
tristeza leer este título...
Sigamos queriendo todo,
¡sí! pero mientras lo conseguimos saquémosle el mayor jugo a los buenos
momentos y aprendamos a ser felices, ¡ah! y rodeémonos de personas que nos
quieran y nos apoyen (ese, intuyo, sí es el verdadero secreto para lograr la
felicidad).
Felices Fiestas a todos.
Felices Fiestas a todos.