jueves, 6 de febrero de 2020

El alcance de un plan estratégico de RSC, por Carlos Altuzarra

Si te pidiesen que definas la responsabilidad social corporativa, ¿cómo lo definirías?

Cuando hablamos de RSC tendemos a hacerlo en abstracto. Es complicado dar una definición certera, debido a la gran cantidad de conceptos que esta responsabilidad engloba. Nos encontramos con la dificultad de contabilizar de manera cuantitativa cuáles son esos beneficios, pero indudablemente un plan estratégico de RSC reporta a las corporaciones un aprovechamiento  económico, social y ambiental.

Como primer punto de partida, una empresa comprometida con esta realidad debe identificar con que actores se va a relacionar. Una vez identificados estos stakeholders, se pueden dirigir las líneas de actuación para conseguir que todos los engranajes funcionen y así alcanzar esa situación idónea de respeto por el medio ambiente y por el cuidado de las personas. Para esto, las empresas siempre deben tener presente, el papel principal que juegan en el devenir de la sociedad. Teniendo este objetivo en el horizonte, podemos analizar qué beneficios se obtiene de la puesta en práctica de estas políticas.

Si en nuestra corporación nos comprometemos a respetar las relaciones con nuestros colaboradores, si valoramos la diversidad e impulsamos planes de igualdad, si promovemos la conciliación y respetamos nuestro código ético, estamos creando un impacto positivo en nuestro entorno, que se traduce en un mejor rendimiento de las personas y en un incentivo extremadamente potente para futuras relaciones. No olvidemos que un trabajador puede ser el mejor reclamo o el peor.

Si cuidamos del medio ambiente, gestionando responsablemente los residuos, creando espacios libres de plásticos, fomentamos la sostenibilidad del negocio y la de la propia sociedad. Esto ayuda a generar confianza de cara a futuras alianzas con socios potenciales, permitiendo un mejor posicionamiento sobre empresas que no han adquirido este compromiso.

Apostando por el desarrollo de forma activa con asociaciones deportivas y entidades formativas, mejoramos la imagen de la empresa proyectando un mensaje de armonía social y siendo un activo principal en relación con la atracción del talento.

En definitiva, las actuaciones relacionadas con la responsabilidad social corporativa son sinónimo de garantía en cuanto a competitividad, prevención de riesgos y mejora de la gestión. Siendo parte esencial de esta responsabilidad, el compromiso de todos.
 
 

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