jueves, 7 de abril de 2016

Organizaciones con Alma por María Mata


Desde el punto de vista empresarial  uno de los factores relevantes por los que se crea una empresa es para ganar dinero pero, ¿a costa de qué? ¿Somos realmente conscientes de cómo llevamos nuestras organizaciones? ¿Nos damos cuenta de la responsabilidad que tenemos con las personas que trabajan en nuestras empresas? ¿Podemos humanizar más a la empresa? ¿Sabemos que la satisfacción de nuestros colaboradores es uno de nuestros mejores activos? ¿Cómo podríamos crecer entorno a esto?
 Mi punto de vista es que en el siglo XXI  a muchas organizaciones les faltan ética, valores, normas y principios que son puntos claves en el día a día para sus colaboradores y para la sociedad. Y es que la ética de los empresarios o los hombres de negocio es crucial en sus empresas.

Pensamos que al estar de moda los valores, es suficiente con que estos figuren sobre una normativa,  sin embargo de nada sirven si no los incorporamos realmente a la vida de las empresas de modo orgánico y constante. La empresa ha de identificar sus valores y estudiar el modo de que estos estén presentes en el trabajo de sus colaboradorespara ello ha de implementar un plan de formación en el que transmita estos activos de un modo creíble y factible para llevarlos a cabo. Los directivos deben ser los primeros en aplicar estos principios desde su puesto. Hoy en día está de moda que las organizaciones sean transparentes, pero de nada sirve que esto figure en su know how si los directivos no son francos con sus trabajadores y no son capaces de hacerles partícipes de la marcha de la empresa, o informarles de la satisfacción o insatisfacción acerca del trabajo que realizan. 

Algunas empresas carecen de integridad, esto es una tarea que los directivos han de llevar a cabo tras identificar los valores de la empresa, y por otra parte es necesario estudiar el modo en que estos valores se van hacer realidad.

Por ejemplo, si unos de los valores de la empresa es la prioridad de  la atención al cliente externo se ha de verificar y fomentar que  todos los colaboradores compartan realmente este interés por el cliente externo. 

Es importante identificar que para todos los colaboradores este valor es una prioridad y establecer la normativa por la que se garantice que esto se va a llevar a cabo. Las normas externas son en este sentido mucho más débiles que la convicción interior sobre la importancia de ese activo en cada uno los miembros de la empresa. Las organizaciones que dan realmente importancia a sus valores no se conforman con la fachada sino que procuran que el servicio que ofrecen sea autentico.  Parece que a veces nos olvidamos que una empresa se sostiene dependiendo de la calidad del equipo humano que trabaja en ella. Cuidémosles!  Desde mi punto de vista de trabajadora, hay un gran recorrido para mejorar en las organizaciones, es necesario que cada uno de los colaboradores estemos comprometidos verdaderamente con nuestras organizaciones haciendo propias las políticas y valores de nuestras empresas y aplicándolas hasta en los más pequeños detalles, que son los que al final marcan la diferencia.

Cada uno de nosotros es responsable de la excelencia o mediocridad del trabajo que lleva a cabo, el constante afán de aprender no solo es responsabilidad del departamento de formación, sino que cada uno de los empleados hemos de tener la iniciativa suficiente, para poder aportar crecimiento para la empresa dentro de su identidad propia. Es necesario poner ilusión, ganas y pasión en cada una de las tareas que llevamos a cabo. Todos estos elementos además de aportar excelencia a la empresa son factores de desarrollo y satisfacción personal.

 Cada uno de los colaboradores deberíamos encontrar una razón para hacer las cosas de este modo!!


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