lunes, 22 de febrero de 2016

Elimina tu estrés en sólo 5 minutos por Juan Francisco Martínez


El título es llamativo e interesante ¿verdad? Si en lugar de éste título al más puro estilo Guía Rápida de Salvación, hubiese sido algo así como “El estrés es una respuesta natural, no te obsesiones con eliminarlo”, ¿habría sido igual de atractivo? Creo que no, pero es posible.

Publicidad engañosa: Si esperabas encontrar una guía rápida para eliminar tu estrés te pido disculpas, sólo era un reclamo (en primer lugar, tal metodología no existe. En segundo lugar, es imposible). Puedes no seguir leyendo. Si te interesa saber un poquito más de tu respuesta de estrés te animo a que continúes.

LA DEMONIZACIÓN DE LA ANSIEDAD

Gracias a los continuos mensajes pro-felicidad (ser feliz es gratis; Keep calm and enjoy; el arte de no amargarse la vida…) se está creando una especie de obsesión hacia la respuesta de estrés que para nada está beneficiando al desarrollo de la misma. Si observamos el número de trastornos diagnosticados y clasificados en las principales Guías o Manuales Diagnósticos de los Trastornos Mentales (de uso clínico), éste ha ido ascendiendo de forma exagerada en los últimos 20 años. De hecho, prácticamente no hay un trastorno que no esté relacionado o en el que no aparezcan respuestas propias de estrés y de ansiedad (hasta la depresión se relaciona con una respuesta de estrés crónico previo en muchos casos). Uno de los principales problemas es que las personas son cada vez menos tolerantes a tales respuestas y no aceptan que aparezcan. Esta demonización de la respuesta de estrés, lejos de ser beneficiosa, está causando una especie de plaga y, sin duda, favoreciendo la cronicidad de una respuesta que es, por qué no decirlo, natural.

Un estudio realizado por Keller, Litzelman y cols. (2012), en la Universidad de Wisconsin, refleja lo que estoy intentando transmitir. Su estudio consistió en hacer una encuesta a más de 30.000 estadounidenses durante 8 años. En ella le preguntaban algo así como ¿Cuánto estrés ha experimentado en el último año?; y también: ¿Cree que el estrés es perjudicial para su salud? Finalmente acudían al registro de fallecidos de los EEUU…



Y aquí viene la bomba: aquellas personas que habían informado niveles de estrés muy altos en su último año tenían un 43% más de probabilidades de morir que el resto de participantes. Si bien, este aumento sólo se daba en aquellas personas que habían respondido de manera positiva a la segunda pregunta (¿Cree que el estrés es perjudicial para su salud?). Aquellos que habían respondido de manera negativa a la misma eran, casualmente, el grupo con menor tasa de mortalidad, incluso aunque sus niveles de estrés indicados estuviesen entre los más altos.

¿Quiere esto decir que pensar que mi estrés es negativo para mí puede aumentar la probabilidad de que así sea? Exacto. Esta conclusión tiene su lógica en la obsesión de este tipo de personas por eliminar su respuesta de estrés cuando ésta aparece. De esta forma, son aquellas soluciones que ellas mismas tratan de poner en marcha las que se acaban convirtiendo en el problema. Y aquí hay millones de ejemplos: Al alumno le genera una gran ansiedad exponer un tema en público. Evita exponer. A corto plazo se alivia pero a largo plazo su miedo aumenta (incubación del miedo) y percibe el hecho de exponer como más peligroso. Repite su respuesta de evitación y ya tenemos una clave interesante. Su solución de evitar el problema se ha convertido en el problema.

LA PROPUESTA

Si este es tu caso, o te recuerda a algo, te propongo una cosa. Piensa y analiza en qué te afecta tu respuesta de estrés y hasta qué punto lo que tú haces con ella te está impidiendo conseguir tus objetivos profesionales o vitales. Piensa qué es lo que has hecho hasta ahora ante esa respuesta y qué efectos ha tenido, a corto y a largo plazo. Si a largo plazo no ha servido de nada y se sigue manteniendo tu nivel de estrés piensa que no es una respuesta que te está ayudando. Analiza si esa respuesta, además, te está impidiendo a conseguir tus objetivos, si está creciendo y, por el contrario, está haciendo tu vida más pequeña. En ese caso, es obvio que necesitas un cambio de conductas.


Si tu respuesta de estrés no está afectando a tu vida personal o profesional, ni a tu desarrollo en ninguna de las dos áreas, piensa que tu respuesta de estrés es normal. Puede que incluso te esté ayudando a ser más eficiente. Sigue enfrentándote a esas situaciones para que tus recursos de afrontamiento vayan creciendo, y con ellos, tus creencias de autoeficacia.

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