jueves, 12 de septiembre de 2013

UNA NUEVA OPORTUNIDAD por RAFAEL ACEVES

Cuando hablamos de RRHH en las organizaciones, normalmente orientamos nuestro pensamiento hacia el sector privado y el 3er. sector. En esta ocasión me gustaría poner el foco en el sector público, al que también le afectan todos los cambios que se están produciendo en el entorno sociolaboral y a los que debe adaptarse.
 
El ritmo con el que el sector privado “ha asumido” estos cambios ha sido más rápido que en la Administración Pública (por sus procesos legales y administrativos), pero ya que esto es así, ésta tiene una oportunidad clave para hacerlo de una forma más profunda y reflexionada, lo que repercutirá de forma directa en sus trabajadores.
 
  • Política y estrategia
Desde este punto es fundamental que exista una colaboración continuada entre el planteamiento de los políticos (qué se quiere hacer) y las posibilidades que expongan los técnicos de la Administración (qué se puede hacer) que debería plantearse en el desarrollo de Planes Estratégicos consensuados.
Es necesario que se midan y valoren objetivamente para conocer qué resultados se quieren conseguir y ajustar los presupuestos sin los grandes desfases que ha habido hasta ahora.
 
  • Reforma de la Administración Local.
 
Será fundamental para que los trabajadores públicos empiecen a trabajar comarcalizadamente, lo que tendrá grandes ventajas (eficiencia, especialización y transmisión del conocimiento, evitar la multiplicidad de instalaciones y actividades deficitarias para una sola localidad,…) en definitiva racionalizar los esfuerzos humanos y económicos.
Además, es el momento para que realmente se utilicen las TIC como una herramienta efectiva (reuniones on line, archivos compartidos a distancia, transmisión de buenas prácticas en plataformas específicas, centrales de compra para adquirir productos y servicios TIC o acciones del sector de la comunicación de forma conjunta,…)
 
  • Ley de Transparencia.
Lo más importante será la posibilidad de facilitar la información pública al ciudadano como ya se hace en algunos casos (factura sanitaria en la sombra). Esto implica que la relación de éste con el trabajador público será más cercana y clara. Permite por parte del ciudadano conocer y exigir sus derechos y por parte del empleado público exponer la información abiertamente.
Por otro lado, se facilitaría el benchmarking entre diferentes administraciones conociendo públicamente los datos y acciones realizadas con la posibilidad de mejorar éstas y saber dónde hacerlo.
 
  • Colaboración público / privada
El cambio en el modelo económico que estamos viviendo ha provocado que exista una mayor colaboración/coexistencia entre trabajadores del sector público, privado y 3er sector (Pensemos por ejemplo en un evento deportivo: Seguridad privada, policía local y protección civil). Cada sector aporta sus capacidades para llevar a cabo sus funciones y estás deberán estar cada vez más coordinadas, con procesos estandarizados para que se realicen correctamente.
 
  • RSC (valores, responsabilidad)
La RSC debería ser un punto fundamental para los empleados públicos, siendo el mejor ejemplo para la transmisión de valores sociales positivos y que provoquen un efecto multiplicador en la sociedad civil.
 
  • Formación – competencias
La Formación del trabajador público debe evolucionar en relación a las funciones que debe o debería realizar en el futuro por lo que sería interesante trazar una perspectiva de formación a medio plazo. Es necesario que el empleado público esté por delante de las necesidades ciudadanas.
Además, sería interesante realizar una evaluación de compentencias mínimas con respecto a los procesos o tareas que se van a solicitar en su desempeño futuro para poder solventarlas cuanto antes.
 
El objetivo fundamental es que el empleado público se adapte a las necesidades sociales y que exista una estructura que le facilite y le ayude a conseguirlo, junto con su responsabilidad individual para querer hacerlo.

 

 

 

 

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