jueves, 21 de junio de 2012

LA FELICIDAD EN EL TRABAJO por EMILIO FERNÁNDEZ

Resumen de la jornada sobre cómo Gestionar la felicidad. Un nuevo reto para los directivos.
Ponente: Margatita Álvarez Zabalza directora de Marketing y Comunicación de Adecco.

Me parece interesante su difusión, pues supone una nueva reflexión que permitirá incorporar a la felicidad en las políticas de los RRHH.

¿Que es la Felicidad?

Ausencia de miedo. Así describe Eduardo Punset la felicidad, mientras que Ingrid Bergman aportaba esta definición: poca memoria y buena salud. Para Margarita Álvarez de Zabalza, lo de menos son las palabras: yo lo único que sé es que hace vivir más y mejor.

Hoy, ya no se habla de la felicidad como un estado de ánimo, sino de un aspecto vital que tiene muchas e importantes implicaciones en todas las parcelas de nuestra vida, especialmente en el trabajo y la salud.

La buena noticia es  que uno puede empeñarse en ser feliz y lograrlo. Tal Ben Sahar, profesor en Harvard del curso 'Mayor felicidad', seminario que bate todas las marcas de asistencia y valoración de los alumnos, dice que la felicidad da lugar a más y mejores negocios, a mejor ánimo, mejores pensamientos, una mayor creatividad, mayor productividad y unos resultados más brillantes.

¿A pesar de los tiempos que corren? A pesar de los tiempos que corren. No hay fórmulas mágicas. Hay caminos que recorrer y cada uno tiene que construir el suyo. La directora de Márketing de Adecco apoya esta afirmación conforme al último estudio del Instituto Coca-Cola de la Felicidad, que afirma que el 69% de los españoles se sigue considerando feliz pese a la crisis. Entre los factores que contribuyen de forma esencial a ese bienestar se encuentra el trabajo, para quienes lo tienen. «Llevarse bien con su jefe, tener buena sintonía con los subordinados y buena relación con los compañeros en general. Ellos sienten que sus jefes les consideran trabajadores valiosos (74,2%) y, además, que sus compañeros reconocen su trabajo (81,4%). De los datos obtenidos también se desprenden datos más mundanos como que los más felices suelen ir andando a trabajar (30%) o usan el autobús (22%) y que si tardamos menos de quince minutos en llegar a nuestro puesto nos sentiremos mejor y, por tanto, seremos más productivos. Y aquí reside la clave. En la productividad. En ese incremento que convierte a una empresa corriente en una de las mejores, de las más creativas. Los empleados no satisfechos, los infelices, llegan a lo que Lotfi El-Ghandouri bautizó como “despido interior”: dejan de entregar lo mejor de sí mismos y se acaba la innovación, ese cuerpo de ventaja que separa a las mejores compañías de todas las demás.

La directora de Márketing de Adecco anuncia que buscar la felicidad en las empresas no es una moda sino algo que ha llegado para quedarse, como en su día lo hizo la Responsabilidad Social Corporativa. Es básico implementar las medidas necesarias para que la gente pueda ser feliz en su lugar de trabajo. La motivación es esencial. Las personas tienen que venir motivadas de casa, pero, hombre, ¡que nadie las desmotive! También es importante el 'factor contagio': nada se pega más rápido que las emociones, positivas o negativas. Pasarlo bien es fundamental: el éxito, la pasión y la diversión van unidos; como también lo es el papel del líder: mi equipo va a llegar, sin duda, a donde yo creo que va a llegar.

¿Qué nos hace felices en el trabajo?

Según se desprende de la encuesta realizada por Adecco a 1.800 trabajadores de toda España, 8 de cada 10 españoles se declara feliz en el trabajo, a pesar de que casi la mitad lo cambiaría para ser aún más feliz y un 44,7% asegura que cambiaría de profesión si pudiera echar el tiempo atrás.

El 76,7% de los encuestados cree que un trabajo con reconocimiento social hace más feliz al profesional, frente a un 23,2% que no lo ve necesariamente así.

¿Qué pasaría si los trabajadores fueran más felices en su trabajo?

La respuesta es rotunda: según el 97% de ellos sería más productivo. Aún cuesta hablar de felicidad en el mundo empresarial, pero no cabe duda de que hacer felices a los trabajadores es beneficioso para las propias empresas: “la felicidad en el trabajo ayuda a que las personas sean más creativas y trabajen mejor en equipo. Los empleados felices lideran y negocian mejor que el resto y se adaptan mejor a las situaciones de estrés y drama, en definitiva, son más productivos. Aunque hasta ahora la felicidad haya sido un aspecto olvidado en la cultura empresarial, contar con una plantilla feliz puede ser la clave que te diferencie de tu competencia. Y es que el éxito no da la felicidad pero la felicidad puede dar el éxito”.

No es filantropía ni utopía preocuparse por la felicidad de los trabajadores y contribuir a aumentarla, ya que el trabajo es uno de los pilares para ser feliz en la vida, y los beneficios que puede aportar al mundo empresarial pueden ser incontables.

Estas afirmaciones puede ser la clave para situar la felicidad de los trabajadores como una de las prioridades de las políticas de recursos humanos de las empresas. Uno de los problemas endémicos de la economía española es su baja productividad.

No es arriesgado decir que todas estas causas pueden estar relacionadas con la felicidad porque unos trabajadores felices son más innovadores, más productivos y más comprometidos con su empresa, por lo que todos los agentes sociales y empresariales deberían ser conscientes de ello, por mucho que la crisis haga que se centren en otros aspectos de carácter financiero y legislativo.

Claves para ser feliz en el trabajo

Los factores relacionados con el mundo laboral que son más importantes para ser feliz en el trabajo son: en primer lugar, el ambiente laboral (con 8,4 puntos de media), seguido del sueldo y la realización personal a los que les dan la misma puntuación, 8,2. A continuación, y por encima del 8, valoran un buen horario y el desarrollo de las habilidades personales. A éstos le sigue la adecuación de la formación a las funciones del puesto y el jefe. Menos importantes que los anteriores resultan los beneficios sociales, la cercanía al lugar de trabajo y el reconocimiento de amigos y superiores.

Mientras que las personas de mayor edad le dan más importancia al desarrollo de sus habilidades, a la cercanía del trabajo, al reconocimiento, a los beneficios sociales y a la adecuación del puesto a su formación, los más jóvenes le dan más importancia a la realización personal y al jefe.

Al mismo tiempo, las personas con mayores ingresos en el hogar le dan más importancia a la adecuación del puesto a la formación y a su realización personal, frente a los que tienen menores ingresos que le dan más importancia a la cercanía del puesto y al desarrollo de sus habilidades.

Cuanto mayor es el nivel de estudios, mayor importancia se le da a la realización personal.

Ser jefe no da la felicidad

Ostentar un cargo y ejercer más responsabilidades en el puesto de trabajo no aporta más felicidad al trabajador. Así lo opinan 3 de cada 4 españoles, frente a 1 de cada 4 que cree que a mayor cargo, la felicidad profesional aumenta.

Son las personas con estudios básicos quienes, en mayor medida que el resto, opinan que a mayor cargo y responsabilidades, la felicidad profesional aumenta.

CONCLUSIONES:

Los españoles tienen claro que si fueran más felices en su trabajo rendirían más y para ellos el sueldo no es lo primero o único que podría aportarles mayor satisfacción en su puesto. En primer lugar, consideran imprescindible un buen ambiente laboral, seguido del sueldo y de la realización personal, valorados con la misma importancia.

¿Qué pasaría si los trabajadores fueran más felices en su trabajo? La respuesta es rotunda: según el 97% de ellos sería más productivos.

La felicidad en el trabajo ayuda a que las personas sean más creativas, trabajen mejor en equipo y son más productivos.

La felicidad debe ocupar un lugar prioritario en las políticas de recursos humanos de las empresas.

Según Sonja Lyubomirsky, creadora de una 'Escala de la Felicidad' en California: el 50% de nuestra felicidad se lo debemos a la genética, el 10% a las circunstancias personales y el 40% restante depende de cómo lo trabaje cada uno.

Si te parecen pocos argumentos, siempre te queda la palabra de Emilio Duró, economista y divulgador del 'Coeficiente de optimismo', quien afirma que, a partir de los 12 años se nos mueren 12.000 neuronas diarias. Así, nos anima a ser felices hoy, ya, porque mañana vamos a ser más viejos, más feos, más tontos....

2 comentarios:

  1. Alberto Sandonís22 de junio de 2012, 9:28

    Magnífico artículo.
    Creo que, al leerlo, todos hemos ido pensando en la situación de nuestra empresa y en la nuestra particular respecto al grado de felicidad como personas y como integramtes de un equipo de trabajo.
    No puedo estar más de acuerdo con las conclusiones: Si eres feliz-rindes más en tu trabajo y en tu vida.
    El gran problema es dar con todos los elementos para llegar a crear en tu empresa ese clima de felicidad. Quien tenga la fórmula se lleva el premio.

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  2. Me parece valioso que esté resurgiendo el interés por la felicidad, sobre todo en el trabajo. Sin embargo, es bueno aclarar ciertas definiciones. Los conceptos son importantes. La definición de felicidad de Eduard Punset, por ejemplo, me parece muy mala. Definir la felicidad en negativo, sencillamente como "ausencia de miedo" es un error. La razón de este error es obvia: las piedras no tienen miedo, los muertos no tienen miedo, las personas en coma no tienen miedo..., sin embargo nadie sensato se atrevería a afirmar que una piedra, un muerto y una persona en coma son felices (pero, claro, cumplen con la definición de Punset). La felicidad no es la "ausencia" de algo, sino más bien la "posesión" de algo, la posesión del bien. En primer lugar, de la "vida". La "vida" es el primer bien básico de la felicidad. hay otros siete bienes, según señala el brillante filósofo de Oxford John Finnis. (2) El conocimiento, (3) La experiencia de la belleza, (4) el juego/trabajo, (5) la armonía con los otros, (6) la armonía en uno mismo (la paz interior), (7) la armonía entre nuestras acciones y nuestras elecciones (la coherencia) y (8) la armonía con Dios.

    La felicidad, entonces, es la posesión del bien.

    Hay otro punto del artículo con el que tampoco estoy de acuerdo. A saber, la felicidad "para" la productividad, la felicidad "para" el éxito, etc. La felicidad es el "fin" del hombre, no algo "para". Diría más bien que el éxito y la productividad son "parte" de la felicidad y no un estado posterior y distinto de ella.

    Nada más que añadir por el momento.

    Cordialmente,

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