viernes, 3 de febrero de 2012

GENTE TÓXICA por SANDRA AVENDAÑO


Hace unos días leí en el periódico un artículo que creo que nos puede invitar, por lo menos, a reflexionar sobre las personas que tenemos a nuestro alrededor.

Aunque no habla de las organizaciones, sino de la sociedad, creo que la empresa es una “pequeña sociedad”, con la diferencia de que en ésta última no podemos elegir, tenemos los “vecinos” que tenemos, no podemos elegir cambiarnos de bloque, de pueblo, o incluso de país para “cambiar de aires”.

Por eso creo que cualquier cosa, buena o mala, que se dé en la sociedad, se puede transferir a la empresa.

El artículo hablaba sobre la “Gente tóxica”.

Según el psicólogo argentino Bernardo Stamateas, autor del libro al que hace referencia este artículo, “Estos individuos en un principio fingen ser tus amigos y son aparentemente inofensivos. Suelen utilizar sutiles bromas e ironías para minar lentamente tu motivación. Tratan de reducir tu estima y tu valor para que sus figuras aumenten: Sólo si tú disminuyes él o ella podrá crecer. Por regla general, agigantan tus errores y reducen al máximo tus logros o difunden rumores para acabar con tu reputación. Persiguen un objetivo: conseguir poder y control sobre todo y todos. Son esas personas que piensan que sólo ellos tienen razón y que sólo ellos saben cómo han de hacerse las cosas.”

"La gente tóxica potencia nuestras debilidades y nos llena de frustraciones"

El autor hace una clasificación bastante amplia de estas personas, no voy a describir cada uno de los tipos, pero sí el nombre que les da, (en muchos casos suficiente para imaginarnos la definición que le seguiría): meteculpas, envidioso, descalificador, agresivo verbal, psicópata, chismoso y quejoso.

Según el autor, estas personas pueden destruir la confianza en uno mismo, alejarnos de nuestros objetivos y hasta arruinar nuestra vida, y para evitarlo, se las debe identificar, y llevar a cabo estrategias para no caer en sus redes, pero cuando la situación compromete la salud o la estabilidad emocional, los terapeutas aconsejan alejarse de esas personas o ambientes para evitar convertirnos en uno de ellos.

El artículo era bastante extenso, pero creo que con este resumen podemos llegar a plantearnos varias cuestiones, como por ejemplo éstas:

¿Leyendo todo esto, se os ha venido fácilmente alguna persona/compañero a la cabeza?

¿Es realmente esta figura tan común como parece querer transmitir el autor?

Ante la solución que da el autor de “alejarse de ese ambiente”, y asumiendo que en la empresa en principio no es tan sencillo, ¿cómo podemos hacer frente a estas personas o situaciones para que no influyan en nuestro día a día, o en nuestras metas dentro de nuestra organización?

Y la pregunta fundamental para este foro: ¿cuál sería el papel del responsable de RRHH de la empresa, si detectase la existencia de algún tipo de conflicto generado por una “persona tóxica”?

7 comentarios:

  1. Sandra:
    Absolutamente de acuerdo con el planteamiento de tu entrada.
    Existe gente tóxica. Creo que es un hecho, al igual que existen delincuentes o personas antisociales.
    Estoy seguro de que cualquiera de nosotros con una mínima trayectoria en organizaciones humanas lo hemos vivido.
    En cuanto al papel de la Organización para mi es claro: al igual que los delincuentes o personas antisociales son apartadas de la Sociedad, en las organizaciones y empresas se debe intervenir y, con las debidas garantías, aseguramientos y respeto, proceder a apartarlos de las mismas.
    Muchas veces, desde las organizaciones se comete el error de dilatar situaciones de forma indefinida por indecisión, inseguridades o complejos que sólo hacen la "bola de nieve" más grande e imparable.

    Gracias a todos.

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  2. Hola Sandra:
    Estoy deacuerdo con lo que pones. Cuando la persona "toxica" tiene poder dentro de la organizacion, dado por la posicion de mando dentro de la estructura,normalmente bajo su "liderazgo" son incapaces de conseguir que un grupo funcione cohesionado como tal, "sembrando" el mal clima laboral, que les sirve para disimular su propia incompetencia.

    Gracias Sandra.
    Frank.
    Un saludo.

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  3. Me interesa mucho el tema Sandra y estando en sintonía con el artículo pondré el contrapunto.

    Cada vez que leo algo sobre este tema, y lo hago a menudo pues como he dicho me interesa, siento resentimiento en lo que leo. Una miniteoría que he desarrollado es: ¿No sera tóxico pensar que existen personas tóxicas en una organización?

    Joder que difícil escribir en un teléfono

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  4. Me interesa mucho el tema Sandra y estando en sintonía con el artículo pondré el contrapunto.

    Cada vez que leo algo sobre este tema, y lo hago a menudo pues como he dicho me interesa, siento resentimiento en lo que leo. Una miniteoría que he desarrollado es: ¿No sera tóxico pensar que existen personas tóxicas en una organización?

    Joder que difícil escribir en un teléfono

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  5. Me parece muy interesante el artículo porque nos enfoca en un importante problema, ya que estas personas intoxican el clima de la organización. Con respecto a la última pregunta que planteas me hago una reflexion: ha sido esta persona siempre así o ha modificado su actitud por alguna causa. Quizá podamos reconducir su "comportamiento" conociendo sus causas, o como propone Vicente, tomar soluciones más drásticas.

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  6. A mí a raíz de tu post, Sandra, me provoca un par de reflexiones, una de ellas, la segunda que expondré, de hecho, es una duda que tengo desde hace mucho y varias veces había estado tentado de plantearla aquí, hoy aprovecharé la ocasión:

    1- Según leía la descripción de la “persona tóxica”, aunque parezca que no tiene nada que ver, irremediablemente me han venido a la mente escenas de la película "Te doy mis ojos", en la que el personaje que bordaba Luís Tosar intentaba humillar y anular (más allá de la violencia física) a su mujer (interpretada por Laia Marull), infravalorándola y menospreciando los logros que ésta tuviera (ser buena haciendo su trabajo en un museo, si no recuerdo mal). O sea que mi mente rápidamente a identificado a una “persona tóxica” con un “maltratador psicológico”.

    2- Yo hace tiempo tengo una duda que seguramente no tenga respuesta correcta y es la que ha planteado Sandra al final de su entrada. Yo pensaba en la siguiente situación: un trabajador que siempre ha generado mucho valor a la empresa, en un momento dado adquiere una adicción (cocaína, alcohol, juego,… qué más da) y por ello disminuye su rendimiento laboral e incluso genera problemas (absentismo, impuntualidad,…). ¿Qué debería hacer un Director de RRHH si es consciente de ello?
    ¿Tomar las medidas drásticas que propone Vicente para las “personas tóxicas” o intentar ayudar en su problema a esa persona para que rinda de nuevo a su nivel?

    Muchas gracias Sandra por un post tan interesante y tan bien contado.

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  7. Informamos que esta entrada ha tenido, hasta hoy (una semanas después de su publicación ), un total de 107 visitas.

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