Siempre he considerado que la motivación y la
automotivación es el fundamento del compromiso de las personas con la
organización. Y creo que es uno de los retos que tenemos pendientes de
alcanzar.
¿Qué es lo que motiva a las personas? ¿Qué les
ilusiona? ¿Qué les entusiasma? ¿Por qué se implican tanto en algunas
actividades y tan poco en otras? Preguntadles qué hacen en su tiempo libre y os
sorprenderá el talento que estamos desperdiciando. Y nosotros mismos ¿en qué nos
comprometemos realmente? ¿En qué empleamos todo nuestro talento?
¿Acaso la motivación principal actualmente sea el
miedo? ¿Miedo a perder el trabajo, fundamentalmente? ¿Miedo a no ser
seleccionado? ¿Miedo a la opinión que pueda merecer a mi jefe? Entonces, ¿la
motivación es complacer? El miedo paraliza.
Si tomamos como referente la pirámide de Maslow,
hoy la mayoría de los empleados están motivados por las necesidades básicas y
de seguridad. ¿Cómo actuar si lo que deseamos es lograr, a través del diálogo y
la confianza, que los empleados se motiven, al menos, por la necesidad de
pertenencia, no ya de autorrealización, si no están seguros de si mañana
seguirán trabajando en la empresa?
¿Cómo actuar? ¿Si yo estuviera en esa situación,
cómo me gustaría que actuaran conmigo?
Me encanta tu reflexión Rafa, me temo que no sólo actual, sino que se quedará alguna temporada entre nosotros.
ResponderEliminarRespecto a la pregunta, mi respuesta es: "TODO ES POSIBLE".
Mi aportación (muy personal): Existen organizaciones en las que sus empleados están motivados y automotivados ( incluso en tiempos de crisis ). Y otras, Cadáveres Andantes ( sea Eres o similares ) en las que la motivación ya carece de importancia, el cierre, el despido, es cuestión de tiempo. La motivación del empresario y la automotivación del colaborador, como todo, a su tiempo y en su justa medida. Ahora en algunos sitios: el miedo, la resiliencia, el volver a levantarse,... es lo que toca.
Gracias
Gracias por tu reflexión, Rafa. Creo que estos tiempos viene que ni pintada!!
ResponderEliminarPersonalmente tengo la sensación que estar descendiendo en la pirámide de Maslow nos está conviertiendo en una sociedad desmotivada con nosotros mismos, que estamos perdiendo autoconfianza y, precisamente, en estos momentos es cuando el valor y el no miedo, fruto de la autoconfianza (entre otros factores), debieran ser nuestras armas laborales diarias. Qué contradicción!
No es tarea fácil pero comparto contigo que esa es una de las líneas de trabajo más importantes en las que hay que trabajar en la actualidad en la gestión de personas.
Saludos,
Celia