Han participado en la encuesta 37 personas. Teniendo en cuenta que difundimos el blog con un correo semanal a 124 contactos, el nivel de participación ha sido del 29’84%.
Para 19 de las 37 personas que se han pronunciado al respecto, o sea el 51’35 %, el líder se hace, mientras que para el 48’65% restante (18 personas) nace.
De estos datos -y sin entrar en valoraciones cualitativas- podemos extraer dos rápidas conclusiones:
Muchas gracias a los que habéis participado y ánimo a los que no para que lo hagáis en las siguientes encuestas.
Para 19 de las 37 personas que se han pronunciado al respecto, o sea el 51’35 %, el líder se hace, mientras que para el 48’65% restante (18 personas) nace.
De estos datos -y sin entrar en valoraciones cualitativas- podemos extraer dos rápidas conclusiones:
- Que la participación ha sido relativamente escasa teniendo en cuenta el número de personas que tienen conocimiento directo del blog (dejamos al lado los datos de los contadores de entradas que nos dicen que el número de visitas es mayor).
- Que dentro de los miembros del Foro Ulises no hay una tendencia clara acerca de ninguna de las dos opciones planteadas – el líder nace o el líder se hace- pues existe un empate técnico acerca de las mismas (48’65% por 51’35%).
Muchas gracias a los que habéis participado y ánimo a los que no para que lo hagáis en las siguientes encuestas.
Parece ser el eterno dilema.
ResponderEliminarYo creo que sacaría como conclusión que consideramos (como vinimos comentando en el post sobre liderazgo publicado el pasado lunes) que el líder es el resultado de una mezcla entre lo que nos es innato y lo que venimos desarrollando a lo largo de nuestra vida profesional, y que todo se reduce a la duda sobre cuál de éstos es el factor determinante.
A tenor de los resultados se decantaría ligeramente la balanza a favor de que el líder se hace, es fruto de la experiencia, si bien es cierto que una cierta predisposición de la personalidad juega un importante papel en ello.
Parece complicado sacar conclusiones más allá vistos los resultados de la encuesta...
Saludos.
¿De padres líderes salen hijos líderes?. ¿Es genética o entorno social?. No doy la solución desde luego pero en el resultado de la encuesta puede estar implícita la respuesta. Personalmente creo que el líder nace, pero entiendo por "nacer" a una circunstancia o serie de ellas que te hacen serlo. ¿Cuántos hemos cambiado la respuesta, dependiendo cómo nos hemos levantado ese día o lo que hemos visto?.
ResponderEliminarOtra pregunta ¿ hay gente que nunca fueron ni serán líderes ?. En la vida hay muchos "zampabollos", si alguien está genéticamente imposibilitado para serlo, ¿ es que alguien sí lo está?, ¿o su entorno social era de "zampabollos" y actúa según lo aprendido?.
Yo creo que todas las personas tenemos un talento determinado para cada cosa y que para algunas cosas hay personas que tienen un talento especial. Si ese talento va impreso en los genes o se determina en los primeros años de aprendizaje (y me refiero hasta la adolescencia)... difícil cuestión.
ResponderEliminarPara ser un buen líder el talento base se llama "inteligencia emocional" y hay personas con más IE que otras, al igual que hay personas más altas o más guapas.
Pero eso no necesariamente garantiza que sea un buen líder alguien con una IE alta, al igual que una inteligencia numérica y espacial no garantiza que una persona sea un gran ingeniero o que alguien alto, muy rápido y con una altísima coordinación oculo-manual sea un gran tenista.
Sólo con trabajo, con el aprendizaje y desarrollo de habilidades relacionadas, con pasión, con atención y con el deseo de querer ser cada vez mejor se desarrolla el potencial de cada persona. Por ello, personas con un talento menor, en cualquier ámbito, acaban siendo mejores que otros con más potencial. O sea que personas que se “han hecho” se desarrollaron más que personas que “nacieron”. Pero a igualdad de actitud por ser mejor, los que tienen un don acaban siendo mejores en ello.
Con el liderazgo, creo yo, ocurre igual. Aunque en este caso, además, siempre podremos potenciar, desarrollar, entrenar y mejorar nuestro talento, o sea, nuestra Inteligencia Emocional.
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