viernes, 16 de diciembre de 2022

Benchmarking; Por Isabel García Vidal.

            El benchmarking es un análisis estratégico de las prácticas que son llevadas a cabo por empresas del mismo sector. Se trata de una herramienta de gestión que permite el perfeccionamiento de procesos, productos y servicios. Etimológicamente esta palabra proviene del inglés, “benchmark” significa “punto de referencia” y “benchmarking” significa “evaluación de la competencia”. 

El benchmarking surge necesariamente como respuesta a la transformación digital y el surgimiento masivo de startups que vivimos en la actualidad. Gracias a esta herramienta pueden analizarse los errores o aciertos que las empresas del sector han llevado a cabo y de esta forma, extraer ideas para la posterior implementación de nuevas acciones que mejoren la estrategia y el desempeño de tu organización. 

Como todo, para que triunfe, debe tener un objetivo; y es que el objetivo principal del benchmarking es descubrir cómo mejorar el funcionamiento de la empresa a través del establecimiento de metas comparables y del seguimiento de los procesos que posibilitan y capacitan a las empresas a conseguir un mejor resultado o mejor posicionamiento en el mercado. 

Los objetivos básicos que busca conseguir un proceso de benchmarking son los siguientes: 

- Definir nuevos conceptos de análisis;

- Identificar las áreas a mejorar;

- Ampliar el conocimiento de la propia empresa; 

- Ajustar la organización con las mejores prácticas del mercado; 

- Plantear nuevas estrategias para sacar ventaja a la competencia;

- Mejorar la comunicación empresarial interna;

- Perfeccionar procesos y disminuir el número de errores;

- Reducir costos.

Cabe destacar la existencia de distintos tipos de benchmarking: interno, de competencia y funcional o estratégico. 

El interno consiste en analizar una o más áreas de una misma empresa. Por ejemplo, si dentro de una misma empresa se observa que el departamento de recursos humanos tiene un mejor desempeño en x aspecto, se analizarán las acciones tomadas para poder llevarlas a cabo en los demás departamentos. 

El de competencia consiste en realizar un exhaustivo estudio de las organizaciones del mismo sector con el fin de analizar sus prácticas para tener un mejor posicionamiento en el mercado. 

El funcional observa a otras empresas que no tienen por qué pertenecer necesariamente al mismo sector y toma como referencia las estrategias llevas a cabo por estas. 

El análisis de benchmarking sigue un recorrido determinado de 6 etapas diferentes: 

1. Estudiar a tu negocio.

2. Seleccionar el tipo de benchmarking.

3. Elegir las empresas que van a ser analizadas.

4. Definir los datos que se van a recolectar.

5. Analizar los datos recolectados. 

6. Implementar las mejoras. 

Resulta imposible pensar que estos estudios y análisis (benchmarking) siguen haciéndose con papel y boli, y es que en la era de la transformación digital se han desarrollado ciertas herramientas que permiten llevar a cabo esta práctica de manera efectiva y eficaz. Aquí te muestro tres: 

- Google Trends: es ofrecida de forma gratuita por Google que muestra las tendencias de búsqueda y permite comparar la popularidad de varias palabras clave.

- SEMrush: es una de las más completas. Te muestra datos de tu sector y de cualquier otro que sea de tu interés. Además, ofrece información detallada sobre la ubicación geográfica, key words, competidores orgánicos, etc.

- Similarweb: es de fácil uso y te permite la posibilidad de realizar un análisis de tu competencia, identificar tendencias o encontrar nuevas audiencias. 

Un claro ejemplo de benchmarking en la actualidad es la empresa Xerox.

Puede pensarse que es una forma de copia o plagio de la competencia, pero también puede verse como una técnica que te permite diferenciación en el mercado sabiendo que, el precio a pagar por ello es el firme compromiso de involucrarse en un mundo de constante cambio a través de una gran adaptabilidad. 

Personalmente considero que se trata de una forma astuta de sacar ventaja a la competencia. Entiendo que se trata de un “juego limpio” ya que un proceso de benchmarking no trata de ensuciar la imagen o reputación de otra empresa sino, utilizar su ejemplo para aprender de lo que sí hacer y de lo que no hacer. Además, entiendo que, en la actualidad, sumergidos en el fenómeno de la globalidad, resulta difícil que este tipo de prácticas no tengan lugar, pues existe tal cantidad de información y de referencias que cualquiera que quisiera destacar, llevaría a cabo alguna actuación de forma inteligente y considero que la utilización de una herramienta como esta lo es. 

Hay quien opina que el benchmarking es una herramienta que sirve a las empresas para no pensar por sí mismas y adoptar proyectos de otras. Personalmente opino que se trata de una herramienta que permite generar inspiración en otras organizaciones de ese u otros sectores. Incluso podría decirse que cada uno de nosotros en el día a día utilizamos esta herramienta para mejorar(nos). Pensar que el entorno no puede inspirarnos o generar en nosotros un cambio es de una arrogancia mayúscula, y es por eso que considero importante saber diferenciar correctamente lo que supone el término “inspirar” y lo que supone el término “copiar”. ¿Vosotros que opináis? ¿Lo veis como una forma de plagio o como una herramienta útil para las empresas?


Isabel García Vidal
Alumna del Máster en Dirección y Gestión de RRHH 2022-2023
Escuela de Negocios de la Cámara de Valladolid

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