jueves, 28 de enero de 2016

AUTOMOTIVACION: LA ENERGÍA DE NUESTROS PROPÓSITOS, por INES SANZ

La automotivación es la energía, la fuerza interior o el entusiasmo con que desarrollamos nuestras tareas o dirigimos nuestros actos; la pasión que volcamos en hacer algo o el “échale ganas” que tan a menudo oímos. Una tendencia emocional que, al contrario de lo que muchos creen, se aprende y se desarrolla conociéndose a uno mismo y practicando continuamente. 

Junto a la autorregulación y el autoconocimiento, es la base de la inteligencia intrapersonal, basada en la gestión de las emociones propias, uno de los pilares básicos de la inteligencia emocional.

La automotivación se rige por cuatro variables, las cuales son el afán de logro, la iniciativa, el optimismo y el compromiso, ítems que nos van dando ya pinceladas sobre cómo alcanzar esa confianza en uno mismo y esa emoción interna por hacer algo. Igual que un motor, la motivación hay que encenderla, desarrollarla y avivarla con la combustión de pensamientos adecuada, identificando conductas negativas y perniciosas para eliminarlas, y potenciando los pensamientos positivos que nos acerquen a la consecución del desafío.

La chispa que nos enciende de forma interna puede ser positiva, ya sea por una meta o un reto propio o externo que ya en sí mismo nos motiva, o negativa, cuando nos viene impuesto o no entraba dentro de nuestros planes. 
¿Dónde está la clave? Personalmente, en que cualquier reto se convierta en un transcurso positivo, de crecimiento personal y autodesarrollo

Piensa más en las ventajas que te puede aportar ese proceso y en los conocimientos que adquirirás, potencia las expectativas y creencias optimistas que vas fundando, valora los pasos que vas dando con pequeñas recompensas, fíjate retos significativos que te alcen a la meta final, reconoce tus méritos y resultados alcanzados, y aprende de tus fracasos. 

Así, los temidos fracasos también son parte del desarrollo personal y una principal fuente de aprendizaje que hay que ver como una oportunidad, pues no permitas que el miedo a equivocarte se adueñe de tus sueños


“Piensa, cree, sueña… y atrévete” Walt Disney.

5 comentarios:

  1. Buenos días, Inés:
    Felicidades por el post, que comparto en gran medida.
    Sobre el fracaso, me gustaría saber si estarías segura en el coche con quien ha tenido cinco accidentes en el último año. O si crees que es buena idea casarte con quien se ha divorciado tres veces.
    Creo que el fracaso está sobrevalorado, y que sea elogiado sólo favorece a quien fracasa.
    Si les decimos que no pasa nada, se animan, no ponen límites y no son responsables.
    Un saludo.

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  2. ¿te importaría ser operado por el cirujano que ha fracasado en sus tres últimas operaciones?

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  3. Buenos días, anónimo:
    Mi punto de vista se centra en que al intentar alcanzar una meta puede darse la equivocación o caer en el error, y no era mi intención elogiarlo, sino intentar sacar lo positivo del proceso y aprender a no repetirlo para nuestra propia mejora.
    Respecto a tus ejemplos, creo que en esos casos entramos en un problema de autoconfianza exagerada al desarrollar esas actividades concretas tras haber errado varias veces, o quizás falta de aprensión por volver a repetirlo. No es justo sentenciar que alguien que suspenda el carné no pueda ser taxista, quien se divorcia no pueda pasar su vida con la persona con la que forma otro matrimonio, o por supuesto, que un cirujano no pueda fallar durante su carrera profesional.
    Atentamente,
    Inés.

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  4. Inés:

    A lo mejor simplemente es que es mal@, no sirve o no tiene las capacidades (aptitudes o actitudes) para serlo.
    Conocer las propias limitaciones evita muchos fracasos (y sus consecuencias) a uno mismo y a los demás.
    Manifestar las limitaciones ajenas, es un acto de responsabilidad.

    ¿Estás tú de acuerdo?
    ¿No crees que la comprensión excesiva al fracaso facilita el fracaso?

    Saludos

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  5. Totalmente de acuerdo, anónimo. Como todo, el fracaso en cierta medida es comprensible, y del cual podemos sacar un aprendizaje positivo o moraleja. Pero siempre debe ir unido al autoconocimiento, porque ser conscientes de nuestras habilidades y aptitudes hacia el problema al que nos enfrentamos, así como la actitud que vamos a poner en su desarrollo, nos evita sobrepasar nuestros límites y caer en el error.

    Un saludo.

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