jueves, 10 de diciembre de 2015

ATREVÁMONOS A EQUIVOCARNOS, por CRISTINA LERA

¿Cuántas veces nos hemos callado o hemos dejado de hacer algo “por si acaso”?

Muchas veces tendemos a actuar de la forma en que los demás esperan que actuemos, viviendo como robots que reciben instrucciones… pero, ¿Por qué? La respuesta es muy simple: por el qué dirán, por miedo, por inseguridades.

Vivimos con miedo a afrontar las dificultades, con miedo a las incertidumbres, con miedo a equivocarnos. Vivimos pensando que estamos siendo juzgados las 24 horas del día por nuestras decisiones. Debemos atrevernos a hacer lo que sentimos o decir lo que pensamos en cada momento sin miedo a las represalias.

Parece que nos sentimos mal cuando no pensamos lo mismo que los demás, cuando actuamos de forma diferente, cuando sobresalimos, cuando destacamos ante el resto. Vivimos buscando la aprobación de la gente que nos rodea, tanto de las personas que nos aprecian como de las que no conocemos. Vivimos nuestras vidas conforme a cómo los demás quieren que las vivamos.

Tenemos que atrevernos a romper los moldes, a diferenciarnos del resto, a actuar como nosotros queramos sin miedo a ser juzgados ni criticados por una simple razón: nunca va a existir una decisión perfecta.

Porque no existe una garantía de que nuestras decisiones vayan a ser acertadas, pero ahí está el tic de todo: la incertidumbre es parte de la vida. Debemos confiar en lo que decidimos, aunque temamos equivocarnos, esto nos hace crecer y eleva nuestra experiencia.

No tenemos que tener miedo a tomar una decisión equivocada, tenemos que ser nosotros mismos a cada instante y actuar como nosotros queramos, porque cada situación y cada momento es distinto.

Siempre estamos con la misma duda dentro de nuestra cabeza: ¿Y si nos equivocamos? ¡No pasa nada! Levántate, aprende del error y sigue hacia delante. A veces, gracias a un error, damos con la respuesta correcta.

El mayor fracaso que podemos cometer es no intentarlo por el miedo a equivocarnos. Porque no hay mayor fracaso que abandonar: incluso de la peor de las situaciones podemos aprender algo.
Porque estamos genéticamente programados para intentarlo hasta lograrlo, pero la sociedad y nuestros miedos internos nos contaminan después.

¿No creéis que es mejor atreverse, actuar y, si nos equivocamos, aprender del error y continuar, que quedarnos estáticos y no hacer nada por el miedo a equivocarnos?

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