lunes, 19 de mayo de 2014

THINGS WE LOST, por ALICIA GÓMEZ

Antes de comenzar a leer este pequeño post, me gustaría invitaros a hacer clic en el siguiente link, en él encontrareis una canción de Bastille, la cual ha sido mi fuente de inspiración a la hora de escribir y la banda sonora que acompaña a cada una de las ideas que comparto. Os recomiendo que la escuchéis mientras continuáis leyendo…

Normalmente, a estas alturas del año, momento en que se acerca el veranito, yo y mi gente comenzábamos a plantear destinos de vacaciones para disfrutar del solecito, chiringuitos y una buena playa a ser posible exótica y paradisíaca alejada de la vida rutinaria…

Pero… ¿Qué sucede este año?

Parece que las cosas están cambiando y conceptos como “control del tiempo” ó “estabilidad” hace mucho que dejaron de tener cabida en nuestras vidas, ya que parece que trastocan cada deseo, haciendo que sea imposible planificar hasta en el más corto plazo.

Y entonces… ¿Qué podemos hacer? ¿Debemos dejarnos llevar por las circunstancias y conformarnos con sobrevivir como podamos? ¿Debemos provocar una revolución?

En mi caso creo que me quedo con algo que me dijo no hace mucho una sabia compañera:
"DONDE FUERAS HAZ TODO LO QUE PUEDAS CON TODO LO QUE TENGAS". Y yo añadiría… "INTENTANDO CAMBIAR LAS COSAS A MEJOR Y DISFRUTANDO DEL RECORRIDO".

Esto es lo que QUIERO conseguir, no aspirar a dominar y controlar mi vida, pero si a que algún día encuentre mi huequecito perfecto en el mundo combinando  mi vida personal y laboral donde poder aplicar y llevar tan alto como pueda conceptos como “bienestar”, “gestión del talento”, “desarrollo personal y emocional”, “motivación” e incluso “felicidad”…  Para que así tanto yo como los que me rodean puedan valorar y disfrutar al máximo de los pequeños oasis que nos ofrezca cada mes del año.

Quien sabe, quizá llevando esta recomendación a cabo, no nos centremos tanto en las cosas que hemos perdido o que ya no podemos hacer,  y si en que toda persona puede sentirse la más afortunada del mundo solo con estar sentado en pleno mes de enero frente al mar en lo alto de los acantilados del pueblecito costero más cercano a nuestra ciudad… a mí ya me pasa…y cuando lo hago, me siento congelada pero... FELIZ!!!


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