miércoles, 21 de noviembre de 2012

LA NECESIDAD DE UN PARADIGMA DE ANÁLISIS MIXTO Y TRANSVERSAL EN LOS RRHH por ÁLVARO RETORTILLO

Todo lo concerniente a los Recursos Humanos es, en esencia, de naturaleza compleja y poliédrica. Estamos hablando de procesos en los cuales se interrelacionan personas, organizaciones, agentes, instituciones, equipos, departamentos, normas etc. En definitiva, un sistema complejo en el que, en términos hegelianos, “todo tiene que ver con todo”. Por ello, el conocimiento de las distintas realidades y procesos que acontecen en el seno de una organización o empresa y que están protagonizados por personas debería conllevar, a mi juicio, un enfoque analítico mixto e integral.
 
 

 
En mi caso, el énfasis en la metodología cuantitativa, en la articulación estadística de las relaciones humanas y, por ende, en la aplicación de la misma en procesos que tienen que ver con los Recursos Humanos ha sido una constante desde los inicios de mi devenir formativo y profesional: medias, medianas, desviaciones, varianzas, análisis discriminantes, cuartiles, correlaciones, pruebas ANOVA, regresiones, pruebas no paramétricas etc. Todo ello aplicado a esferas como la satisfacción laboral, los valores laborales, la adquisición de competencias clave, evaluación de la formación etc. Y ello me ha sido de gran utilidad hasta la fecha (y lo seguirá siendo), pero siempre vi y me hicieron ver que había otras puertas abiertas. Está claro que el análisis estadístico, tanto a nivel descriptivo como inferencial, es una herramienta de vital utilidad en el campo de los Recursos Humanos, pero su ultra-utilización en detrimento de otras modalidades analíticas minora la efectividad de los análisis que se realizan.
 
Hace cuatro años tuve la inmensa suerte de compartir unos meses con un genio como Robert Stake en el Center for Instructional Research and Curriculum Evaluation, en la Universidad de Illinois. Su método, las conversaciones que tuve con él y aquellas clases pausadas, reflexivas, compartidas con personas de distintas partes del mundo, que solían empezar con un poema o una lectura, me hicieron cambiar mi percepción sobre el análisis de la realidad social, aunque en aquel momento no fuera del todo consciente de ello. A menudo me sorprendo al constatar cómo aquellas conversaciones, aquellas lecturas, las experiencias compartidas en aquel remoto paraje del midwest americano, me vienen aún a la cabeza (recientemente me ha pasado durante las clases del Máster). Pero, más allá de lo enunciado anteriormente, descubrí que la metodología cualitativa podía ser tan rigurosa y válida como la cuantitativa. En concreto, el método de estudio de casos (metodología sumamente utilizada en el ámbito de los Recursos Humanos) desarrollado por Stake, un referente mundial en la materia, es uno de los ejemplos sobre cómo se pueden enfocar este tipo de estudios de manera adecuada. También aprendí, entre otras cosas, que los hallazgos han de triangularse y, sobre todo, que hay que buscar la esencialidad en el juicio, y desarrollar tanto evaluaciones comprensivas como evaluaciones basadas en estándares.
 
 
 
Y, yendo más allá de la metodología en sí misma, un campo como el de los Recursos Humanos requiere de una transversalidad que no siempre se contempla. En nuestro país tenemos una tradición nefasta a la hora de parcelar el conocimiento. Queda claro de la Economía, la Psicología, el Derecho, la Sociología o la Pedagogía son materias con una influencia decisiva en nuestro ámbito, pero en muchas ocasiones se olvida adoptar un enfoque verdaderamente transversal que genere una perspectiva integral. Y olvidamos, por ejemplo, áreas como la Historia o la Filosofía, áreas que tienen mucho que decir sobre quiénes somos, sobre las personas.
 
¿Podemos realizar una evaluación de la satisfacción laboral en un contexto dado atendiendo solo a escalas de valoración tipo Likert? ¿Podemos tener un conocimiento profundo del desempeño atendiendo solo a mediciones cuantitativas? ¿Basta una entrevista genérica para medir el clima laboral?¿En la selección hay que usar únicamente métodos psicológicos? No cabe duda que estos métodos de análisis son muy válidos, pero su tratamiento individualizado da resultados necesariamente parciales. Por ello, creo indispensable que los profesionales de los Recursos Humanos dominen tanto técnicas cuantitativas como técnicas cualitativas, entendidas estas últimas como un paradigma metodológico con rigor y robustez. Y que, independientemente de nuestra titulación formal, desarrollemos un enfoque transversal en el que se interrelacionen las distintas áreas de conocimiento en función de nuestros objetivos.
 
La naturaleza humana es, por defecto, imperfecta, muchas veces imprevisible e irracional. Somos seres complejos, sociales y multidimensionales. Pero hay que organizar, articular, motivar, optimizar etc. En definitiva: tomar decisiones. Y esas decisiones serán mucho más certeras si adoptamos un paradigma metodológico de análisis mixto, riguroso, transversal y ajustado a lo que pretendemos y a los recursos temporales, espaciales y materiales de los que que disponemos. A lo largo de este Máster tenemos una oportunidad única para adquirir y potenciar este enfoque.
 
"La realidad objetiva se ha evaporado y lo que nosotros observamos no es la naturaleza en sí, sino la naturaleza expuesta a nuestro método de interrogación" (Heisenberg)

8 comentarios:

  1. Muy buena expocíón Alvaro. Creo que muchos de nosotros en nuestra vida profesional y en numerosas ocasiones, queriendo aplicar la transversalidad e integración de distintos componentes, hemos tenido que renunciar a ello para seguir las directrices, a mi modo de ver totalmente equivocadas, de aquellos que estaban por encima de nosotros. ¿Cómo convencerles? Esperemos que el Master de RRHH nos permita adquirir HABILIDADES nuevas de apliación practica para la consecución de nuestros objetivos. El privilegio que has tenido de estudiar en una Universidad Americana con Stake y compartir experiencias multiculturales, lo considero muy enriquecedor, dandote la oportunidad de adquirir una vision mucho más amplia no solo a nivel cognitivo. ¡que magnifica experiencia! Un abrazo Cristina

    ResponderEliminar
  2. Totalmente de acuerdo. Medir a las personas solo con números es un error, aplicar el sentido común y una buen método mixto es clave. Así muchas veces despedimos a los más o a los menos caros, por ejemplo, y pasa lo que pasa. Más reflexión y menos actuar por impulsos. Muy buena entrada. saludos

    ResponderEliminar
  3. Enhorabuena por el post Álvaro! Me ha encantado el contenido y tu forma de exponerlo y presentarlo.
    Comparto plenamente tu percepción sobre la necesidad de transversalidad y de combinación de métodos cualitativos-cuantitativos. Además, creo que esa falta de integración multidisciplinar tiene mucho que ver con nuestro sistema educativo que nos va "forzando" a especializarnos, ofreciéndonos pocas posibilidades de conocer otras formas de análisis.

    Un saludo a todos,
    Celia

    ResponderEliminar
  4. Me ha gustado mucho tu comentario, Álvaro. Sobre todo cuando dices que, en ocasiones, se pierde el enfoque transversal que nos hace integrar la información. Como tú bien dices tendemos a parcelar el conocimiento. Me recuerda mucho a lo que Ford aplicó a la producción: división del trabao en pequeñas tareas que hacen cada una de ellas muy sencillas y posibles de desempeñar por cualquier persona no cualificada. En contrapartida, se pierde el enfoque global del proceso, lo cual a veces genera errores y, por su puesto, falta de creatividad, innovación e identificación con el trabajo.
    Como futuros gestores del Factor Humano hemos de hacer un esfuerzo por impulsar la visión general en las organizaciones, y favorecer el enfoque transversal donde, a mi parecer, todos ganan.
    Un abrazo.
    Arancha

    ResponderEliminar
  5. Pues tenéis razón, lo que pasa es que la mayoría de empresas son pymes, y da gracias si hacen nóminas, contratos, PRL y poco más. Y luego claro, en un país donde todo se hace a C/P...están como para pensar muchos.

    Pero sería lo suyo si.

    Saludos

    ResponderEliminar
  6. Menuda potencia de fuego chico. Si pudiera añadir tanta información y conocimientos a mis impulsos e intuiciones...me volvería loco.
    En referencia a las Pymes, es verdad que no usan tantos métodos analíticos, ni análisis 360º ni casi nada de eso. Ellos no tienen un despacho para analizar tantos datos sobre los empleados. Como están entre ellos, almuerzan con ellos y saben si durmieron mal o les duele la tripa...
    Por ciero, no todo el empleo en España lo generan las grandes empresas y sí hacen contratos, nóminas, PRL, LOPD, y muchas cocas más, que por cierto deben pagar, a un tercero.

    ResponderEliminar
  7. Desde luego que yo no estoy sugiriendo que alguien que se dedique a los RRHH deba ser omnisciente y/o omnicompetente, y si ha dado esa impresión desde luego que he fallado en el mensaje. Yo soy el primero que, además como persona en proceso de formación en el campo, tengo muchas, muchísimas lagunas y aspectos a mejorar. Cualquiera que esté dirigiendo o gestionando personas, sea en una gran, mediana o pequeña empresa, tiene más competencias que yo en la materia.

    Lo mío es simplemente una reflexión personal, desde el punto de vista de lo que he vivido y vivo a diario. Y probablemente mi enfoque sea ideal y/o erróneo, no lo sé. Solo he querido plasmar lo que siento como estudiante de un máster de RRHH con el bagaje que tengo detrás. Estoy muy en sintonía de lo que han expuesto David, Cristina, Celia o Arancha en los comentarios. El no cerrarnos, no descartar métodos, articular distintas perspectivas, diferentes áreas de conocimiento...en la medida de lo posible. Y creo que este máster, con un profesorado tan experimentado y tan heterogéneo, es una oportunidad única para ello. Y también desde el punto de vista de mis compañeros/as, ya que nuestro background es muy diverso, y eso es algo que hay que aprovechar, aprendiendo los un@s de los otr@s, sin cerrarnos en preconcepciones o enfoques rígidos.

    Sobre lo de las Pymes, creo que una persona en una Pyme (en este país sin ellas no seríamos nadie) que come con los empleados a diario etc. sabe muy bien cómo son, qué necesidades tienen etc. Posiblemente más que cualquiera que analice su comportamiento desde un despacho atendiendo a articulaciones matemáticas de su desempeño y no habla nunca con ellos. Lo que yo pienso es que sería conveniente conjugar ambas visiones.

    Un saludo

    ResponderEliminar
  8. Totalmente de acuerdo contigo Álvaro, sobretodo al dar importancia a las técnicas cualitativas como las cuantitativas en el mundo de los RRHH. Éstas nos sirven para anticiparnos al futuro, para prevenir/minimizar riesgos...en definitiva para poder tomar decisiones.
    Gran entrada compañero! Un saludo Isabel Ceamanos

    ResponderEliminar