martes, 20 de marzo de 2012

LA REFORMA LABORAL por CARLOS PALMERO

Buena para unos, mala para otros. Unos dicen que fomenta el empleo ya que se logra flexibilizar el mercado y otros que fomenta el desempleo ya que facilita el despido objetivo. ¿Cómo es posible esto? Si lo más importante es la tasa de desempleo que tenemos ¿por que parece que lo único que importa son los ideales, una vez más? Los datos son preocupantes y más para los jóvenes españoles.




En España desde que se implanto el Estatuto de los Trabajadores, hemos asistido a numerosos cambios en nuestra legislación laboral, en su mayor parte debido a la tasa de desempleo. Este último ha venido motivado por que no podíamos seguir con un aumento de paro trimestre a trimestre, siendo necesario adaptarlo a nuestra realidad empresarial y a la normativa europea.

¿Que significa adaptarlo a la realidad empresarial? En 2011 una de cada cuatro personas decidió aprovechar la prestación por desempleo para abrir su propia PYME (lo que mas dinero da en España), siendo el emprendimiento uno de los puntos que se pretende fomentar gracias a importantes ayudas fiscales, períodos de prueba de 12 meses…

En mi opinión la reforma va a ayudar a fomentar la contratación indefinida y de jóvenes. ¿Pero simplemente con esta reforma ayudaremos a reducir el desempleo? Parece ser que no, que la reforma es una condición necesaria pero no suficiente para que el empleo vuelva a crecer. Todo economista sabe que es necesario que tanto la inversión, economía, confianza y consumo den un giro de 180 grados, por tanto la reforma es posible que ayude en muchos aspectos pero es necesario potenciarla aun más con cambios en estas medidas.

No obstante esta claro que las empresas necesitan reducir sus costes laborales y estas medidas les van a ser de ayuda. Va a dinamizar el mercado, causando menos rigidez, porque recordemos que un despido no tiene por que ser un fracaso ya que las circunstancias, ciclos de las empresas, entornos, necesidades de la gente cambian, pero si se logra un mercado mas flexible, siendo esa una de las ideas de la reforma, podremos conseguir que un trabajador despedido por cualquier causa, consiga adaptarse rápidamente al mercado laboral fomentando sin lugar a duda la formación del trabajador.

Para terminar quiero hacer una pequeña reflexión. En mi opinión es necesario realizar una reforma un poco más agresiva. Lo que no puede ser es que el trabajador que no se molesta, que no hace nada por la empresa tenga que indemnizarle para que se vaya de la empresa, y el que lo da todo por ella, el día que lo jubilo le doy cero.

3 comentarios:

  1. Carlos, gracias por tu aportación.
    Te diré que me ha parecido muy valiente tu frelexión final, no es fácil posicionarse públicamente en esa línea y tú lo has hecho con firmeza.
    El otro día escuché a una persona una reflexión, en la misma línea, que también me gustó mucho. Vino a decir, más o menos, que un emprendedor cuándo emprende, lo que realmente desea es contratar más y más gente (síntoma de que le va bien) y que si ha de despedir no es por gusto sino porque su proyecto fracasó.
    Aún no he digerido y traducido a mi lenguaje interno dichas reflexiones (la de esa persona y la tuya), pero al menos me habéis hecho ver algunas cosas con un prisma diferente.
    Gracias por la parte que te toca.

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  2. Estimado Carlos, pretendo con este comentario dar oto punta de vista que se complementa con tu reflexión.

    Las reformas laborales han sido muchas, las más importantes: 1984/92/97/98/2001/2002/2006/2009 y 2012. Todas son presentadas para promover el empleo y reducir el paro. A partir del 94 se habla también de reducir la temporalidad y en el 2010 se añade el de promover un cambio del modelo productivo (¡casi nada para una simple ley laboral!)
    Si miramos los efectos reales de todos estos ajustes, veremos que han sido otros distintos a los previstos. Tenemos datos para afirmar que el empleo, el paro y la temporalidad en España, responde, sobre todo, a ciclos económicos y no a la legislación laboral. Entre los factores económicos que explican la situación actual podemos citar:

    - Una economía dependiente sector inmobiliario (y de la consiguiente especulación) y del turismo estacional
    - Un sistema financiero que financió esa burbuja especulativa a base de endeudamiento exterior
    - Un sistema Fiscal sin capacidad para afrontar las necesidades generadas por la crisis.
    - Bajos niveles de inversión de las empresas en inversión tecnológica y organizativa.
    - Desincentivos de toda clase (incluidos salariales) para la formación de los trabajadores
    - Y, como resultado de los anteriores, caída en picado de los niveles de productividad.

    Es decir, los factores que impulsaron el empleo durante las décadas del crecimiento han sido los motores de destrucción de empleo durante la crisis. Las causas del paro no están en la rigidez del modelo de Relaciones Laborales, sino en la debilidad de la economía y en el modelo de crecimiento.
    Evidentemente, las reformas laborales han tenido incidencia en el mercado de trabajo. Pero las pretensiones de esas Reformas han ido en dirección contraria. ¿Cómo es posible tropezar en la misma piedra? La razón habría que buscarla en las limitaciones cognitivas propias de los seres humanos. O quizás se confirma una vez más "que si entender una cosa comporta perder beneficios importantes, son demasiado poderosas las razones para no entenderla"

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