jueves, 14 de abril de 2011

LA PROCRASTINACION por LUÍS POVEDA

La semana pasada, por causalidad, se incorpora en mi repertorio de nuevas palabras asociadas a la gestión una nueva. La Procrastinación.

No sé si fue por casualidad o por causalidad, pero en el mismo día apareció tres veces esta “palabreja” de la cual no tenía referencias.

Como uno es curioso por naturaleza, y no deja pasar las causalidades en vano, me puse a buscar información sobre la misma, y compruebo con cierto interés que resulta un tema extremadamente interesante y sobre todo del cual no solemos ser conscientes.

Quiero compartir con vosotros, los links, que desde mi proceso de búsqueda me resultaron más interesantes y aclaradores.

Creo que es una excelente reflexión a realizar con el fin de mejorar nuestro desempeño. Y sin más profundizamos en LA PROCRASTINACION...

MAL DE EPOCA
Procrastinación: dejar para mañana
El hábito de postergar es un síntoma de estos días: desde fumadores que viven dejando de fumar hasta estudiantes que preparan un examen eternamente. Cómo pasar de la inacción a la dinámica.

http://edant.clarin.com/diario/2006/02/06/conexiones/t-01137321.htm

Y un link muy interesante para controlar LA PROCASTINACION. La Herramienta de los 13 minutos

Herramienta: 13 minutos
Te recuerdo que procrastinas cuando pospones la ejecución de una tarea, acción o decisión relevante que habías decidido realizar y, en su lugar, haces otra menos relevante.
Procrastinación es, en mi experiencia, la segunda causa individual que frena el despliegue de tu productividad.



El gran problema con la procrastinación es su invisibilidad. No hemos aprendido a distinguirla y por ello la confundimos con la pereza, despreocupación o indolencia, e incluso con la falta de involucración.

El desconocimiento es tan grande que se la considera como un problema asociado a la gestión del tiempo, más concretamente con la priorización.

Las herramientas no son soluciones mágicas

Las herramientas a veces tienen sentido y funcionan dentro de un proceso de cambio. No son soluciones mágicas y, mucho menos, universales.
Generalmente procrastinas cuando te enfrentas a una tarea compleja, larga, difícil o aburrida.
Esta herramienta te permite romper la inercia escapista procrastinadora y arrancar con la ejecución de la tarea. Esta primera fase es la más crítica. Una vez que has empezado la tarea te resultará más fácil continuarla.

¿En qué consiste?


La efectividad reside en su sencillez, por ello es necesario que la implantes con precisión:
Primero. Te comprometes a trabajar en tu tarea SÓLO 13 minutos.
Segundo. Cuando termina ese plazo te haces la siguiente pregunta: ¿quiero trabajar otros 13 minutos? Si la respuesta es afirmativa trabajas SÓLO otros 13 minutos y cuando terminas el plazo te vuelves a hacer la misma pregunta. Cuando la respuesta sea negativa dedica otros 13 minutos a trabajar en tu tarea para dejarla adecuadamente preparada para que te resulte muy fácil retomarla en la próxima ocasión.
Por tanto, tu compromiso mínimo es 13 + 13 minutos.

Tres claves

Clave 1. La palabra SÓLO. Es preciso que te programes una alarma y te detengas cuando suene. Existe una gran probabilidad de que, una vez has roto la inercia a empezar, puedas continuar trabajando un buen rato hasta que por alguna razón te canses o aburras. Si lo que quieres es vencer tu procrastinación es crítico que seas tú el que decida cuando empiezas y terminas. Por eso necesitas la alarma y la renovación o no de tu compromiso. Si no lo haces así el resultado final será que tu procrastinación es la que finalmente vence, porque será la que decida cuando terminas.

Clave 2. Deja la tarea preparada para retomarla con extrema facilidad la próxima vez, así minimizas el posible rechazo causante de tu procrastinación.

Clave 3. No toleres NINGUNA interrupción durante el período de 13 minutos. Necesitas concentrarte y trabajar con intensidad en ese plazo. Recuerda que la productividad no es una carrera para maratonianos, sino para sprinters – trabaja duro y concentrado y, después, recupera la energía y atención invertida con una pausa recargadora. Si sientes un fuerte impulso para hacer otra tarea distinta, resístelo y prométete que realizarás esa otra tarea como recompensa cuando cumplas tu compromiso actual.

¿Qué va a pasar?

Con la práctica observarás que empiezas a encadenar varios compromisos de 13 minutos y pronto descubrirás con asombro que aquellas tareas que antes procrastinabas ahora eres capaz de abordarlas hasta completarlas.
Lo que sucede es que tu estado emocional después del logro, que supone vencer tu procrastinación y cumplir tu compromiso de trabajar 13 minutos en esa tarea desagradable, es muy diferente del que tenías antes de iniciar la tarea.
Lo que estás entrenando con esta técnica son tus habilidades de atención o foco (aprendiendo a distinguir y evitar las interrupciones), tu concentración o energía (aprendiendo a trabajar en sprints), a romper tu impulso procrastinador (comprometerte SÓLO 13 minutos no es muy difícil) y tu disciplina (te comprometes y cumples).
“Dios ha prometido perdón a tu arrepentimiento, pero no ha prometido un mañana a tu procrastinación”. – San Agustín

Espero que hay sido de interés

4 comentarios:

  1. Que buen Post, Luis, me parece muy útil y acertado. Gracias por compartirlo!

    David

    ResponderEliminar
  2. Que interesante esta aportación que haces, me parece muy útil y eficaz.
    Además con truco...al final esa tarea que destestamos la acabamos abordando con la ténica de los 13 minutos
    Muchas gracias

    ResponderEliminar
  3. Celia dijo....
    Muchísimas gracias por el post, me ha encantado!!!
    Yo soy de las que procrastino en alguno de mis frentes. Y el reconocerlo y ponerle nombre (aunque sea un término un poco feo) es el primer paso para mejorar.

    ResponderEliminar
  4. Al fin algo útil que leo sobre la procrastinación. Me considero una procrastinadora en riesgo, voy a probar la técnica de los 13 minutos y ojalá funcione.
    Gracias por el post.

    ResponderEliminar