Si queremos entender las metodologías ágiles, qué son, y cómo funcionan,
tenemos que echar la vista atrás, y entender primero cómo se estructuraban los
diferentes estilos de liderazgo (desde los años 60), para después comprender,
porqué surgen las metodologías ágiles, qué es el método Scrum y cómo se puede
aplicar en las organizaciones.
Revisando las diferentes teorías sobre los estilos de liderazgo, nos damos
cuenta cómo las empresas y organizaciones han ido modelando sus estructuras y
la forma de comunicarse con sus empleados; desde las estructuras más
jerarquizadas, hasta las más flexibles, donde el poder del equipo se alinea con
el poder de decidir cómo se hará ese trabajo. (Incremento del valor del empleado, así como
de sus opiniones y toma de decisiones).
Por lo tanto, para lograr entender las metodologías ágiles y su utilidad,
primero debemos comprender de dónde venimos, y qué estructuras sobre estilo de
liderazgo se implementaban en las organizaciones:
La teoría X (Director vs. subalterno); la
única forma de dominar al empleado en la organización, es mediante la amenaza y
el castigo. El empleado cumple con su tarea ante una fórmula de acción-
reacción- orden y castigo. No es flexible, y no permite que el empleado participe
en la toma de decisiones, ni en el funcionamiento de la organización. (Esta
fórmula no nos serviría para el método Scrum).
La teoría que la sigue es la Teoría Y (Coordinador vs. colaboradores),
Ésta teoría, ya considera al empleado como un activo fundamental dentro de la
organización, y con capacidad suficiente como para resolver problemas de forma
creativa, pero esta teoría, aún no estaría preparada para utilizar el método
Scrum.
Es ya, gracias a la teoría Z, (Líderes facilitadores vs. equipo)
donde al trabajador se le otorga mayor estabilidad dentro de la empresa, por lo
que su satisfacción global (fuera y dentro de la empresa, aumenta), y por tanto
su productividad en la misma. Esto se conoce como líder sirviente, pues irá
eliminando los obstáculos y dificultades que vaya encontrando en el
equipo. Incluso, con esta teoría, los
líderes se plantean que los empleados tienen la necesidad de poder conciliar su
vida personal y profesional, y además poder autorrealizarse (último eslabón de
la pirámide de Maslow).
Y precisamente, de la pirámide de Maslow, parte la idea de las
metodologías ágiles. Tenemos que ser capaces de entender que los empleados
dentro de una organización, tienen la necesidad de autorrealizarse, y no sólo
de cubrir sus necesidades fisiológicas básicas. La apreciación que nosotros
tengamos de los empleados, determinará nuestra forma de liderazgo.
Es precisamente, de esa reflexión, y de creer en los datos más
que en los procesos, (pues los datos son propios de cada empresa, mientras
los procesos son casi iguales en todas) donde Jeff Sutherland y otras mentes
brillantes de la época (década de los años noventa), diseñan y desarrollan el
Manifiesto Ágil, punto de partida de las metodologías ágiles, dentro del
mundo del software.
El Manifiesto Ágil se compone de cuatro valores y doce
principios, creando así los pilares de las metodologías ágiles.
Aunque en su creación iba dirigido a mejorar y desarrollar software, ahora
ya se utiliza en otros campos con resultados muy exitosos. Varias de las claves
de esta metodología, es poder valorar más a los empleados y su interacción,
que a los procesos y a las herramientas. También debemos valorar más la
colaboración con el cliente; y está demostrado que es más eficaz
centrarnos en una tarea y no en múltiples tareas ya que ayudará a agilizar
los procesos.
También el manifiesto ágil, tiene en cuenta que debemos inspeccionar continuamente
lo que estamos haciendo. Debemos ser capaces de inspeccionar constantemente
y entregar valor, así conseguiremos un feedback por parte del cliente y
nos aproximaremos al resultado que estamos buscando.
La motivación en los equipos, es fundamental, así como trabajar
codo con codo con el cliente.
Para poder aplicar de manera adecuada el método Scrum, debemos seguir una
serie de pasos;
1.
Definir quién será el líder
o Scrum Master.
2.
Definir quién será el responsable
del producto, o Dueño de Producto (Product
Owner)
3.
Definir quiénes serán los
integrantes del equipo; Equipo de desarrollo (Development Team).
Una vez que tengamos claros, los diferentes roles dentro de nuestro
equipo, pasaremos a analizar el proceso que hay que tener en cuenta,
para poder aplicar el método Scrum:
Reuniones en
equipo. Cada interacción, en esas reuniones se va a
denominar; Sprint.
·
Lo primero vamos a establecer
es una lista de objetivos o requisitos priorizada del producto, éste va
a actuar como plan del proyecto.
o
Reunión de planificación, (planificación del sprint), podremos planificar cuánto trabajo tenemos,
y el grado de compromiso que vamos a adquirir.
o
Reuniones diarias cortas; (trabajo del sprint) con un máximo de 15 minutos y con el fin de
retroalimentarnos de qué se ha hecho el día anterior, y qué problemas han
surgido. Marcarnos objetivos para las próximas 24 horas.
o
Reuniones de revisión; (al final de cada sprint), así podremos analizar, qué hemos podido
cumplir y qué nos ha quedado pendiente.
o
Por último, debemos
reflexionar y ver cómo ha ido la marcha del Sprint, aplicando la mejora
continua, denominada Retrospectiva de Sprint (Sprint Retrospective).
En definitiva, para poder implementar las metodologías ágiles, en
concreto el método Scrum, debemos conocer el vocabulario propio, los tres
roles fundamentales del proceso (Scrum
Master, Dueño del Producto y Equipo de Desarrollo), las ceremonias o reuniones
y los utensilios o artefactos: Pila de producto (tiene que
estar claramente definida en tareas), y a raíz de ahí se forma la Pila de
Sprint.
Imagen extraída de (https://openwebinars.net/blog/conoce-las-3-metodologias-agiles-mas-usadas/).
Por tanto, Scrum nace de la necesidad de
obtener resultados pronto, donde exista un grado de flexibilidad, adaptándonos
al cambio, con creatividad e innovación mejorando la productividad.
También, podemos utilizar el método
Scrum en las empresas para detectar y resolver situaciones donde al cliente no
se le esté entregando lo que necesita, o los costes de pronto se elevan, o no
están conformes con la cantidad, incluso también para reaccionar ante la
competencia.
El método Scrum en definitiva es una
herramienta eficaz y exitosa, que podemos poner en marcha en las
organizaciones, desde RRHH.
¿Y
tú, qué opinas?
.
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