martes, 8 de diciembre de 2020

La importancia de los planes de formación en las empresas, por Laura Zarzuelo

     El principal objetivo de la formación en una empresa es la capacitación y actualización permanente de competencias y conocimientos de su personal, para permitirle un mayor desarrollo profesional y un óptimo desempeño de las actividades encomendadas. Cada día son más las compañías que apuestan por invertir en formación, pero desafortunadamente, para muchas otras esto todavía supone un gasto de difícil justificación.

En este post me gustaría reflexionar acerca de la importancia hoy en día de contar con un plan de formación bien estructurado desde el departamento de Recursos Humanos. 

 


En primer lugar, desde la perspectiva del trabajador. ¿Nunca os ha sucedido que, al incorporaros a un nuevo puesto de trabajo os habéis sentido “solos ante el peligro”, porque no se os había proporcionado la información suficiente para desempeñar el cargo? Yo misma he vivido esta situación en varias ocasiones. Te seleccionan para el puesto, se fija la fecha y la hora para la incorporación, llega el momento y… Te encuentras con que tienes que arreglártelas por tu cuenta, sin nadie que te supervise o te guíe dándote las explicaciones pertinentes. Si bien es cierto que este tipo de experiencias te hacen más fuerte y te dotan de autonomía y una alta capacidad resolutiva, también puede ocurrir todo lo contrario: es posible que te frustres y abandones el puesto de manera prematura. En otros casos, la formación que te proporciona la empresa es un escueto curso online que consiste en leerte una serie de documentos con un cuestionario final para evaluar lo aprendido. Pero ¿realmente eso es suficiente? Sin mencionar el hecho de que, en numerosas ocasiones, dichos cursos de formación se llevan a cabo semanas o incluso meses después de la incorporación del trabajador a la plantilla. Seamos realistas: por mucha formación académica que lleves a tus espaldas o, aunque hayas desempeñado el mismo cargo en otra organización, cada empresa es un mundo, con procedimientos y protocolos distintos que es necesario que, como empleado, conozcas a la perfección antes de incorporarte a tu puesto de trabajo. Una formación mal gestionada o la falta de ella puede provocarte incertidumbre, desmotivación y falta de interés, además de un desempeño profesional por debajo del deseado.

Y por otro lado, desde nuestra perspectiva como profesionales de Recursos Humanos: debemos ver la formación como un instrumento de motivación que favorece la comunicación interna y mejora el grado de implicación de las personas en los proyectos de la empresa. Hay diversos factores que debemos tener en cuenta:

·       Los procesos de selección de personal no aseguran obtener trabajadores perfectamente preparados para el puesto.

·       Desde el mismo momento en el que se incorpora a la compañía, el empleado necesita entrenamiento, orientación y, en ocasiones, instrucción.

·       La formación ayuda a conseguir niveles homogéneos de conocimientos y capacidades en un equipo de trabajo.

·       Es imprescindible que los empleados conozcan la cultura de la empresa.

Y, por supuesto, no solamente es importante la formación inicial (onboarding), sino que también es conveniente llevar a cabo procesos de formación de perfeccionamiento y de reciclaje, ya que:

·       Los cambios en el puesto de trabajo requieren reajustes en las habilidades necesarias para desempeñarlos.

·       Los sistemas de promoción exigen la recualificación de quienes ascienden a un puesto superior.

 

Como conclusión simplemente me gustaría añadir que, aunque obviamente no todas las empresas cuentan con departamentos de Recursos Humanos cualificados ni con los medios necesarios para implantar planes de formación, sí es necesario invertir en ello en la medida de lo posible, ya que aporta numerosos beneficios tanto para la compañía como para el trabajador. De esta manera será mucho más fácil contar en nuestro equipo humano con personas preparadas, cualificadas, motivadas y con orgullo de pertenencia a la empresa. ¿y tú, qué opinas?

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