LA
SITUACIÓN.
Llevas un tiempo en desempleo. El suficiente
para acudir a unas cuantas (más bien pocas) entrevistas de trabajo. Vas con el
entusiasmo necesario pero no quieres emocionarte demasiado, por si las moscas.
Ya te habrá tocado premio si el entrevistador es el mismísimo Jefe de Recursos
Humanos.
En una de esas ocasiones te encuentras frente
a alguien tan cariacontecido, que te dan ganas de darle ánimos. Una vez
relatadas todas tus magníficas capacidades para el puesto, observas que te
habla bajito, diciéndote que estás muy preparado pero que no te podría pagar lo
que mereces, - “ya sabes la crisis y eso”-.
Es entonces cuando le indicas que podrías
realizar otras funciones porque tienes ganas, porque tienes talento, porque tienes
un… - “lo siento” - es su respuesta.
Agradeces la atención prestada y te vas
despechado, pensando que esa empresa y ese Jefe tampoco te han gustado a ti.
Y te pones a soñar y como eso también se te
da bien, sueñas que no quieres un trabajo. Que lo que verdaderamente deseas, es
colaborar con una persona de esas que dejan huella. De las que parecen Leónidas
en las Termópilas y que tras una arenga, su equipo sólo puede decir: “¡Ah Uh!,
¡Ah Uh!, ¡Ah Uh!”.
Además como tienes un Master en Recursos
Humanos, consideras que serías el mejor Director de Recursos Humanos del mundo
mundial. Que solamente hay que tener algo de formación y experiencia para
hacerlo bien pero… ¡Despierta! Observarás en cualquier publicación
especializada, el perfil que hoy en día han de tener estos profesionales.
EL
PERFIL.
Compruebas que se requiere alguna de estas
titulaciones: económicas, empresariales, derecho, graduado social, ciencias del
trabajo, relaciones laborales, psicología… (y no me digas eso de que si no
faltará alguna más… listillo).
No olvides la conveniencia de tener formación
complementaria, algún Máster en Recursos Humanos y/o Marketing.
La experiencia, sólo de 5 o 10 años y este
requisito, dadas las circunstancias, sabes con toda seguridad que no lo vas a
tener.
Para que te quede claro, el objetivo general
del puesto consiste en diseñar, dirigir, implementar, desarrollar y mejorar las
políticas de Recursos Humanos en alineación con la estrategia de la compañía.
Hasta aquí casi nada, lo básico y además tener una serie de competencias:
- Tener pensamiento estratégico y capacidad organizativa.
- Ser dinámico, emprendedor y comprometido con el proyecto empresarial.
- Capacidad de liderazgo e influencia personal.
- Comunicador, negociador y persuasivo.
- Capacidad de gestión de equipos.
- Con tolerancia a la presión.
- Adaptable a los cambios y transformador.
- Con habilidad para la obtención y análisis de información y conocimiento.
- Orientado al cliente interno y externo.
- Capacidad de gestión y desarrollo del talento humano.
- Conocimientos en contratación, sistemas de compensación y beneficios, coaching, legislación laboral.
- Responsable de la selección, evaluación, retribución, formación, desarrollo y motivación de la plantilla.
- Manejo de nuevas tecnologías de la Información y software, gestión de empresas, destreza financiera, comprensión de los fenómenos económicos, disponibilidad para viajar e idiomas.
A estas alturas crees que este perfil pertenece al Director de Recursos Humanos de la NASA por lo menos. Pero ¡aún hay más!, la Función de Recursos Humanos está sufriendo cambios constantes y al Profesional de Personas de una Organización se le va a exigir :
- Liderar de acuerdo a nuevos valores emergentes (transparencia, honestidad, colaboración).
- Determinar los servicios administrativos que pueden externalizarse, realizados tradicionalmente por el departamento de RRHH.
- Seleccionar todos los procesos internos - burocráticos que pueden realizarse directamente por los empleados de manera automatizada.
- Gestionar el cambio hacia la innovación y los nuevos entornos digitales.
- Utilizar nuevas herramientas tecnológicas de la nube para la, reclutamiento, selección, evaluación y formación de los empleados.
- Desarrollar la Red Social Corporativa, como elemento de comunicación en la empresa, fomentando una cultura más horizontal y colaboradora.
- Convertir la participación de los empleados en redes personales y profesionales en un elemento estratégico.
- Manejar las redes sociales para buscar, identificar atraer y retener el talento, fomentando la imagen de marca como empleadores.
- Incrementar el compromiso de las Personas, su implicación colectiva, el empoderamiento o la disposición de espacios físicos que favorezcan la cercanía.
- Generar un equilibrio entre trabajo y vida personal, fomentando horarios flexibles, trabajo a distancia con medios tecnológicos y los resultados por objetivos.
- Personalizar de acuerdo con las preferencias de cada colaborador, beneficios, desarrollo profesional, etc.
- Identificar los nuevos perfiles profesionales y la formación en nuevas competencias.
LA CONCLUSIÓN.
Seguro que has ido leyendo una a una las
competencias pensando…-“esta la tengo,
esta también, esta… vaya…, esta…nunca la he visto a un Jefe de Personas…o
sencillamente no la tengo y si no trabajo en este área nunca la tendré” -.
Te has venido un poco abajo porque…no
imaginabas que un Director de Personas tuviera más funciones que una navaja suiza.
Desconoces el por qué no siempre has encontrado
este perfil en las organizaciones. Tú tienes en mente un Jefe de Personas Ideal, alguien con quien poder
colaborar. Alguien que con su manera de actuar, de ejemplo, sea íntegro, capaz
de crear relaciones sociales positivas, respetuoso y justo. Casi nada y empieza
a cuestionarte si tú serías así.
Pero no vas desencaminado en tus
anhelos. Estudios recientes que auguran
que el futuro del área de Recursos Humanos pasa
por un cambio radical en las funciones tradicionales. Parece que uno de los
nuevos retos será la recuperación del compromiso y entusiasmo de los equipos de
trabajo muy tocados tras las drásticas reducciones de plantillas y de costes de
personal.
Tal vez hayas conocido a algunos Jefes de RRHH a los que les sobraba
ego y les faltaban competencias, en definitiva decepcionantes. Pero los hay
también muy reales, yo los he conocido.
Les distinguirás claramente porque dirigen
Personas de manera excelente, siendo excelentes Personas. Ojalá algún día tú
también tengas la suerte de conocerlos, o de ser uno de ellos.
Hola Rosario, !Enhorabuena por el post!
ResponderEliminarMe quedo con el enfoque positivo y humano con el que lo cierras. Y comparto plenamente la sensación de que uno de los retos será recuperar la confianza, el compromiso y el entusiasmo, no sólo de los empleados sino también de los propios mandos... a los que también la crisis ha ido afectando mucho y sobre todo internamente.
Un abrazo y adelante en ese proceso de "construirnos" como excelentes personas... primer paso. ;-)
Celia Martín
Muchas gracias por tu opinión Celia.
EliminarSeguro que tú también reconoces a esas Personas excelentes o incluso seas una de ellas. Lo bueno es que siempre contagian- contagiáis algo a los demás que es motivador hacia cambios positivos. Esa es la idea.
Muy bueno. Me ha gustado mucho. Como dice Celia, se queda el sabor de ese enfoque positivo!
ResponderEliminarMuchas gracias a tí también Juan Francisco.
EliminarMe hace feliz saber que os ha gustado. El enfoque positivo creo que lo tenemos todos los que apostamos por las Personas. Quiero decir que todos tenemos compañeros o jefes tóxicos, pero también es nuestra responsabilidad el convertir lo malo en algo un poquito mejor. Saludos.