“El cambio”, quizá sea una de las palabras que
más oímos últimamente, sobre todo debido a los tiempos cambiantes en los que
vivimos.
Ante una
situación de cambio podemos elegir seguir en nuestra zona de confort (que son esos límites psicológicos dentro de los
cuales nos sentimos cómodos y seguros) o podemimos optar por abandonarla para
avanzar.
Con el tiempo,
nos conformamos con esa zona de confort (“nuestras paredes”), donde no entra lo
inesperado, lo novedoso. Donde el miedo
al cambio y la resignación nos
impiden avanzar. Yo misma ante un
cambio o cualquier nueva situación, me surgen mis propias barreras, aunque
también pienso que si no se intenta nunca se sabrá lo que puede ocurrir.
“Un hombre nunca sabe dónde puede llegar hasta que no lo intenta”
Dickens.
Lo mismo ocurre
en las empresas, ante un nuevo cambio organizacional,
temen abandonar esa zona de confort, por
miedo a perder lo conseguido hasta ahora, por miedo a perder lo que son.
Esa resistencia al cambio impide la adaptación de las organizaciones y en
muchos casos la pérdida de oportunidades
de progreso.
Causas
principales de la resistencia al cambio:
- Miedo a lo desconocido.
- Falta de información.
- Factores históricos.
- Amenazas al estatus.
- Amenazas a los expertos o al poder.
- Miedo al fracaso.
- Resistencia a experimentar.
Ante esto, yo me
pregunto ¿qué rol debe desempeñar el
personal de recursos humanos?
Yo creo que en
las empresas, ante un cambio, es fundamental tener en cuenta a las personas (“el corazón o motor de las
organizaciones”). Y por eso, desde el departamento de RRHH deben orientar a los
trabajadores para transmitirles seguridad, motivándoles para conseguir su
participación en el proceso de cambio. Deben de estar primero autoconvencidos, y después, concienciar a los trabajadores
respecto a la necesidad de cambio.
Aunque pienso que
el proceso de cambio debe ser liderado por los altos directivos, el personal de
recursos humanos debe ser la vía de comunicación para que todos los que forman
la organización, puedan compartir sus puntos de vista sobre la situación.
Debido al
ambiente en el que se mueven las organizaciones de continuo movimiento e
incertidumbre, se debe crear y
desarrollar una actitud y mentalidad abierta a los cambios, una cultura
dentro de la organización, que permita acoger las buenas iniciativas.
En la siguiente
viñeta podemos reconocer alguna de las causas de la resistencia al cambio (como
el miedo a lo desconocido, factores históricos, resistencia a experimentar).
Por último, os
recomiendo un vídeo “¿Te atreves a
soñar?”, en el que su creador, Matti Hemmi, desglosa qué ocurre cuando sí
nos atrevemos y qué sucede cuando no. Podéis verlo en el siguiente enlace: "VIDEO Te atreves a soñar?".
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