La ley más básica del comportamiento nos dice que cuanto mayor sea el incentivo dado a una persona mayor será la frecuencia y/o intensidad de la conducta incentivada.
De ahí se deriva la conclusión lógica a la pregunta ¿cómo motivar a mis trabajadores? Fácil: pagando más.
Hace un tiempo el responsable de un equipo comercial que se planteaba la misma cuestión arriba mencionada me comentó que no entendía por qué no había conseguido mejorar la motivación de sus trabajadores si les había subido las comisiones individuales y de equipo. No solamente deberían trabajar más motivados individualmente sino también en equipo. A pesar de eso, según mi interlocutor, la conducta de sus empleados era cada vez más “pasota” e incluso ¡había empeorado!
Una cosa que las teorías económicas no consideran es que la proposición de un incentivo determinado aporta información que influye en la toma de decisiones sobre cuánto esforzarse individualmente y cuánto en equipo. Si el incentivo individual es bajo se entiende que el esfuerzo aplicado también debe serlo. Como se dice comúnmente: las cosas “valen” lo que se paga por ellas. Si el incentivo grupal es bajo será más individualista puesto que un incentivo de equipo requiere factores externos ajenos a nuestro control, como la conducta de los compañeros, mientras que el incentivo individual, siendo también bajo, al menos está más “controlado”. Por otro lado, si el incentivo es grande, contradictoriamente, aumenta la percepción de riesgo, lo que genera incertidumbre, ambigüedad y dudas… y todos sabemos lo que pasa con las dudas.
De esta manera, los vecinos de un barrio a los que se les ofreció dinero para aceptar la instalación de una planta de residuos nucleares cerca de su barriada mostraron una oposición más fuerte que aquellos a los que no se ofreció nada. ¡Si no lo veo no lo creo!
Algo parecido ocurrió cuando el centro de donación de sangre de Gotemburgo estableció un pago a donantes para cada donación realizada: El número de donaciones disminuyó a más de la mitad. Sin embargo, cuando el gobierno italiano concedía a los donantes de sangre tiempo libre en sus trabajos las donaciones aumentaron. Esto es raro.
Tal y como afirma Edward Deci: Cuando usamos las gratificaciones económicas para motivar es cuando resultan más desmotivadoras. Así que alguno dirá: “Al que esté escribiendo esta basura le diría: ¿Acaso tú no cobras? ¿No quieres cobrar más?” y yo diré: “Por supuesto, y claro que querría cobrar más”, pero usar el salario para motivar no es la opción con mejores resultados (o al menos es lo que se deduce de una infinidad de investigaciones), y menos cuando se busca el alto rendimiento. El salario debe ser un salario compensado y a ser posible por encima de la media, ¡por supuesto!, pero una vez que el salario se haya convertido en un factor higiénico, un punto de partida justo y equitativo, entonces el salario debe dejarse en un segundo plano y utilizar otros factores para motivar a nuestros empleados como la autonomía.
El proceso de incentivo es algo más complejo que un simple palo con una zanahoria. No admite el café para todos ni funciona para todos de la misma forma así que ¿Un cafecito?.
Completamente de acuerdo Juan.
ResponderEliminarMuchas gracias Marta! Los RRHH deberían hacer más caso a las investigaciones de psicología social en particular y de toda la investigación en general! Seguro que conseguiríamos más mejoras! ;)
ResponderEliminarNunca me defraudas compañero!
ResponderEliminarPara mi, lo más importante... Salario compensado.
Ni todo es "salario emocional" ni todo es la tan deseada nómina, porque por mucho reconocimiento que puedan darte, si el salario final no es equilibrado con ello, puedes llegar a pensar, ¿Esto es lo que valgo?
Los cafés ... preferiblemente con los amigos. Te espero.
Un abazo
Isabel Ceamanos Villa
Exacto, no se trata de vivir en un mundo de "yupi" y entender el salario emocional en exclusiva sin tener en cuenta todos los factores. Es por eso que entiendo al salario como un factor higiénico y no emocional, pero igualmente importante, como el resto de factores higiénicos cuya presencia es bastante inefectiva desde el punto de vista motivacional (en ellos el fenómeno de la saciación motivacional tiene unas cotas más bajas), su ausencia, sin embargo, puede causar graves destrozos a la motivación del trabajador.
EliminarY café: pronto! ;)
Hola Juan:
EliminarMe parece muy acertada la consideración del salario como un factor "higienico", ya que si no es adecuado claramente desmotiva, pero no es un motivador en si mismo. Debe de ser contemplado por las empresas como una cuestión básica, sin la que no puede construirse todo el sistema de compensanción con el que realmente vamos a optener resultados en lo que a motivación se refiere.
Saludos
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarEnhorabuena Juan por tan buena aportación, desde la psicologia social y algo tan importante como son las emociones....Totalmente de acuerdo,
ResponderEliminarun abrazo,
Ainhoa
Muchas gracias Ainhoa! Un abrazo!
EliminarHola Juan, excelente post escrito con tu "don"narrativo... sigo pensado que tienes madera de escritor;-).
ResponderEliminarYo estoy totalmente de acuerdo con tu aportación. La investigación en ciencias sociales ha comprobado una y otra vez que el incentivo económico tiene un efecto motivacional meramente higiénico. A veces parece que no queramos ver que nuestra sociedad (a pensar de la crisis) ha pasado a un nivel de bienestar que garantiza la satisfacción de esas necesidades (higiénicas) y a partir de ahí, entran en funcionamiento otras varibles con las que motivar e incentivar. Yo misma me reconozco en esa forma de funcionar cuando reflexiono sobre mí misma y cuándo y cómo he funcionado mucho más motivada y logrando un mayor rendimiento.
Todo esto corrobora una vez más una de las principales conclusiones en las que llegaba en mi tesis doctoral: lo que más retiene y provoca el compromiso de los trabajadores no eran los incentivos salariales, sino la parte relacional-afectiva: el soporte del supervisor, la participación de los empleados y el compañerismo.... bendito E. Mayo!!, que ya no los evidenció hace casi un siglo y aquí seguimos que parece que no nos lo queremos creer.
Me ha gustado mucho tu post.
Un abrazo
Celia
Muchas gracias por tu comentario Celia!
EliminarBendito Mayo! La mayoría de la gente está de acuerdo con la afirmación: "no te vas de la empresa, te vas de tu jefe", y es que la relación con el superior inmediato es uno de los factores que más afecta al clima laboral y al compromiso en la empresa (según Meyer y Allen)!! así que tu tesis va en la línea de muchas otras investigaciones que destacan la importancia de la parte "relacional-afectiva"! Esperemos que el cambio siga queriendo venir, aunque sea tan poco a poco.
Me alegra que te haya gustado el "post"!
Un abrazoooo!
PD: Quizá me plantee escribir una novela! :p