Que la vida son etapas es algo
que hemos oído y comprobado muchas veces. No obstante, me gustaría hoy
detenerme en estas etapas, diferentes unas de otras y que nos hacen “pararnos
para avanzar”.
A nivel profesional, no importa
si empezamos un proyecto nuevo o llevamos un tiempo desarrollando el mismo,
podemos distinguir diferentes momentos cuando echamos la vista atrás.
Estos “saltos” pueden ser más o
menos explícitos. En ocasiones se trata del final de un proyecto o una fase del
mismo y, en otros momentos, la diferencia viene marcada por pequeños gestos o
pequeños aprendizajes que producen en nosotros cierto cambio.
Me empiezo a plantear que
aprendemos más de las situaciones negativas. Evidentemente, nos hacen poner en
marcha más y mejores recursos personales, lo que suele generar unos resultados
más tangibles, o al menos evidentes, para nosotros.
Creo que hoy mismo, estés donde
estés y sea cual sea tu situación laboral o personal, es un buen momento para
detenerte y mirar atrás a los últimos meses. Seguro que descubres ciertos
matices que te ayudan a diferenciar fases, momentos y con ellos, los insights
que te han producido.
Mirar hacia dentro puede dar
miedo pero hemos de tener en cuenta que todo lo que descubramos ya forma parte
de nosotros y son aspectos que nos han ayudado a estar donde estamos o a
aprender lo que ahora sabemos.
Poder observar nuestro pasado
reciente como el paisaje de una montaña que hemos recorrido con más o menos
esfuerzo, con sus subidas y bajadas, nos da no sólo recursos para los caminos
que aún nos quedan por andar, sino unos aprendizajes acerca de nosotros mismos
que nos ayudarán a reiniciar la marcha de la mejor manera posible.
Las preguntas en este caso
podrían ser: “¿Qué tienen en común los
momentos de cambio?” “¿Cómo me he enfrentado a ellos?” “¿Cuál es mi reacción
frente a los mismos?” “¿Qué he aprendido del pasado?” “¿Qué espero del futuro?”
“¿Qué tendría que ocurrir para que se me dibujara una sonrisa?”
Tal vez sea un post demasiado
cifrado o genérico pero creo que ha de ser así para que cada uno de vosotros
que lo estáis leyendo os sintáis identificados sea cual sea vuestra situación,
sin dejaros influir por la subjetividad de la que firma.
Me gustaría cerrar con una frase
del fundador de la medicina experimental, Claude Bernard: “El que no sabe lo
que busca, no entiende lo que encuentra”. Espero que os sea útil en el camino
que tenéis por delante.
La vida es el mejor maestro que nos enseña con su experiencia y sus errores.
ResponderEliminarA veces necesitamos que alguien nos recuerde esto porque nos apuntamos a cursos, pedimos consejo a otras personas, y no nos damos cuenta de que quizás la respuesta que necesitamos está en nosotros mismos, en nuestro pasado.
Muy buena entrada,
Un saludo,
Helena.
Encantador post: para cargar energía y cogen confianza :)
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