Yo tenía un post sobre el último
Responsable de RRHH famoso….Luis Bárcenas, ex responsable de personal del PP.
En él detallaba lo que no me gusta de la identificación de los RRHH como meros
recursos financieros, como los que tejen las redes de poder (que no sólo están
en los partidos, también se multiplican en las empresas), y sobre todo de la
necesidad de RRHH en los partidos, ministerios…..etc. como
parte fundamental de la solución a su mala gestión.
También hablaba de cuando la función
está maniatada y no puede tomar
decisiones en función del desempeño o la necesidad estratégica, y lo que
tiene que hacer, en base a parentescos o relaciones oscuras de gente que se
agarra a la silla, es seguir aquella máxima de “ponedlo donde menos moleste”.
Qué importantes son los RRHH para
cambiar y mejorar las organizaciones…..cuando
nos dejan. Pero entonces me doy cuenta de que me ha tocado el 14 de Febrero. Y de paso Cupido me ha hecho pensar en lo que me gusta de mi trabajo, y sin lo que sería imposible hacerlo:
LAS
PERSONAS
Porque aunque hay momentos malos, hay
gente que brilla en el esfuerzo y el compromiso necesario para que una empresa
funcione, y eso te llena de admiración
hacia ellos. Y uno de ellos vale más que 20 que no lo hacen.
Porque ves que la formación permite el
desarrollo de la gente, y puedes apreciar en unos años como personas recién
salidas de su etapa inicial de formación, pasan a ser profesionales que toman
decisiones con inteligencia e humanidad. Y eso te llena de orgullo.
Porque acompañas a la gente en sus
malos momentos, muchas veces situaciones difíciles o problemas de salud, y eso
te ayuda a relativizar los problemas del día a día. Y también te hace más sabio.
Porque hasta cuando haces un despido (lo más difícil), atendiendo a un mal encaje o desempeño, te das cuenta de
que el fin último es que el grupo siga mejorando y luchando en un mundo muy
competitivo. Eso te hace sentir que formas parte de un proyecto vivo.
Porque al ayudar a que la gente encaje
con su mejor desempeño, concambios
y situacionesdifíciles de adaptación
(y de los dolores de cabeza que conllevan), sientes que algunos equipos son
como orquestas afinadas, y la música que
hacen es perfecta.
Porque cuando llegas a la información,
y mantienes ese punto tan difícil de estar entre la dirección y tus compañeros,
y entender a ambos pero sobre todo hacer que se entiendan, sientes que eres importante para ambos.
Porque cuando un esfuerzo es
compensado, y visibilizas a los verdaderos responsables de que algo funcione,
sientes que se ha hecho justicia.
Porque cuando das más oportunidades a
gente que se ha equivocado, aceptando que todos lo hacemos, eres más humano.
Porque seleccionar a las personas
adecuadas para una misión o grupo determinado, y acertar a pesar de la
dificultad, y verlos ilusionados, hace que sientas esa ilusión.
Porque cuando ayudas a los demás te
sientes realizado.
Me encantaría que cada uno de los
miembros del foro reflexionase sobre lo que le gusta de su trabajo. Y después
de hacerlo, guardase esa reflexión para los días fríos del invierno. Las crisis
sacan lo mejor y lo peor de la gente. Y esté invierno está siendo largo.
Como dicen en Invernalia: “Winter
iscoming”. No perdáis la fe en las personas, son las personas las que acabarán
con la crisis.
Bonito post David, perfecto para reflexionar un poco en este día de frío invierno en la montaña palentina. Totalmente de acuerdo contigo, si perdemos la perspectiva humana en todo lo que hacemos estamos abocados al fracaso. Una parte muy muy grande de esta maldita crisis viene dada precisamente por la falta de humanidad. Y que sepas te has ganado el cielo poniendo una canción de los grandísimos Wilco.
ResponderEliminarUna entrada muy positiva David. De todo lo que mencionas yo quería hacer una breve mención al tema de los despidos, y es que debido a la mala situación que pasan últimamente muchas de las empresas estamos constantemente oyendo hablar sobre EREs y despidos que engrosan más si cabe las listas del paro.
ResponderEliminarEl problema surge cuando las empresas deciden dejar de contar con aquellas personas que les suponen mayor coste desde el punto de vista salarial, en lugar de hacerlo en función de lo que aportan. A corto plazo estas empresas obtendrán mejores resultados ya que habrán disminuido sus costes, pero a largo plazo esto se convertirá una vez más, en un problema.
En un mundo cambiante, con la tecnología al alcance de cualquiera, y con unos precios y costes muy similares, la única fórmula para aportar valor son las PERSONAS. Apostemos por las personas que se implican, que valen, que tienen ilusión y que en resumidas cuentas, aportan valor a nuestra empresa.
Un saludo, Helena.
David:
ResponderEliminarMe has hecho reflexionar e incluso más: volver al centro, al núcleo.
A veces dejamos de lado el aspecto humano, las personas, tendiendo a considerarlas como "recursos" que se gestionan de acuerdo a criterios exclusivamente econométricos.
Pero, de hecho, tu post me ha recordado que el factor humano es la cuestión realmente importante.
Gracias y un abrazo
Hola,
ResponderEliminargracias por vuestros comentarios. Estoy en Malta con una de esas personas por las que apuestas atendiendo a sus competencias, y que reune un poco todas las sensaciones expuestas en el post. Él no es de Valladolid, y me decía que percibía mucha resistencia a moverse por parte de la gente en nuestra ciudad.
Yo le comenté lo importante que había sido Malta particularmente dentro de la estrategia internacional de la empresa. Para que la gente abra su mente. Y le pregunté, ¿sabes qué es lo que puede detener el crecimiento, y por tanto iniciar el declive de la empresa? Me dijo la I+D, problemas de competencia....etc. Le dije, no, sólo las personas. Si tienes a las personas adecuadas, y las formas dándolas más responsabilidad de forma paulatina, puedes montar negocios alternativos, puedes irte a otros países a competir en igualdad, puedes generar negocios entorno a profesionales como por ejemplo los que hemos generado en León. Las personas son el reactivo limitante para el crecimiento, y alrededor de una persona adecuada, puedes cristalizar un diamante.
Helena, respecto a lo que comentas, yo en cambio he visto situaciones que funcionan al contrario. Echar al último en llegar aunque sea mejor porque es más barato. No poder echar a dinosaurios por pacto con el comité de empresa, o mantener condiciones a los que llevan más tiempo a cambio de que los nuevos entren con unas condiciones malísimas. Eso desde mi punto de vista pasa y es el principio del fin de la equidad interna y del trabajo en equipo en muchas empresas. Es a lo que nos empuja unas relaciones laborales obsoletas y peligrosas.
Otra cosa es que gente cuyo trabajo está valorado en un 50% más de su valor de mercado. No se han actualizado, no aportan ´mucho más valor y hay gente que lo hace por la mitad. En esos casos el ajuste es obligatorio por la ley de la oferta y la demanda, según mi punto de vista, ya que si a ti un fontanero de confianza, con el que has trabajado muchas veces te ofrece un presupuesto por el doble que otro, y te aseguran que van a ahcer el mismo trabajo...con cual lo harías?
Un abrazo
David
Buenos días David, estoy totalmente de acuerdo contigo,
ResponderEliminarCuando las cosas van mal hay que reducir costes donde se pueda, y cuando en una empresa todas las personas son excelentes, finalmente tienes que desprenderte de alguna de ellas, y seguramente sea la que mayores ahorros nos proporcione, aunque su aportación sea muy grande.
También es cierto que a veces son las circunstancias (como por ejemplo, los pactos con el Comité que mencionas) las que nos impiden desprendernos de personas que no aportan nada o casi nada, y obligan, por tanto, a despedir al “recién llegado” que tan buenos resultados estaba dando.
A lo que yo hacía referencia en mi anterior post es a aquellas ocasiones en las que el ÚNICO criterio que prima es ese, el de “recortar” a aquel que mayor coste salarial nos supone, aunque sea el que más aporta, dejando en la empresa a otros trabajadores que quizás por falta de motivación, de implicación o de conocimientos están realizando mucho menos trabajo que el despedido en cuestión. En condiciones similares, con una indemnización por despido más o menos semejante, convendría despedir a 2 ó 3 trabajadores ineficientes y quedarnos con 1 bueno (aunque esto también suponga un coste moral, ya que son más FAMILIAS a las que les afecta).
...Una empresa es como una gran carroza; Unos van delante; dirigen por el sendero que creen es más apropiado. Otros caminan al lado; acompañan el esfuerzo. Unos pocos van detrás; son los que más empujan, con más ganas y fuerzas. Otros pocos van encima, bien sentados, y sólo a veces se bajan para quitar peso o ayudar. A veces me pregunto ¿dónde voy yo?.
ResponderEliminar...¿Lo que más me gusta de mi trabajo? Ver que todos, aunque de diferentes formas, empujamos esa carroza, y que conseguimos que llegue a donde nos proponemos, construyendo incluso a veces el propio camino y que, llueva o salga el sol, logramos llegar todos juntos.
Las personas son lo mejor del trabajo, y de la vida. Somos grandes en muchos aspectos; hagámoslo mejor aún: se puede, seguro.
Un abrazo.
Arancha