viernes, 17 de diciembre de 2021

Empleo y paro juvenil; por Julia González Orejas.

         Todos conocemos la situación actual en la que se encuentra España respecto al desempleo juvenil. Según un informe publicado por Eurostat con datos relativos al año 2020, nuestro país tiene las cifras de paro más elevadas de toda la Unión Europea entre las franjas de edad de 15 a 24 años.

Sí es verdad que la crisis de la COVID-19 ha provocado un empeoramiento de la situación, el problema se lleva arrastrando desde hace años. 

El desempleo juvenil forma parte de una de las principales razones del mal funcionamiento del mercado de trabajo en España, teniendo consecuencias directas en la situación económica actual y futura de los jóvenes en paro y en su entorno y, además también ocasiona implicaciones indirectas sobre la economía española en general.

Muchas empresas optan por la contratación temporal de un joven con poca o sin experiencia laboral utilizando esta mano de obra como estrategia de competitividad, según un artículo publicado por RRHH Digital en España en este año, 9 de cada 10 contratos firmados por personas menores de 35 años han sido temporales. Este tipo de inserción laboral es la más común entre los jóvenes de nuestro país. 

El paro juvenil también está muy relacionado con la eficacia del sistema educativo. Las empresas buscan empleados cada vez más formados y para que un joven pueda acceder a un trabajo estable y bien remunerado, la cantidad y la calidad de la educación es muy importante. Además, existe una enorme oferta de personas con titulación universitaria y gran preparación educativa provocando una mayor competitividad y dificultad para encontrar empleo. No es raro ver como jóvenes muy bien cualificados están desempeñando puestos de trabajo para los que no se requiere apenas estudios. 




Como departamento de Recursos Humanos de una empresa podemos ayudar a solucionar el problema con el desempleo juvenil mediante actos como puede ser una mayor implicación en el desarrollo formativo del joven empleado o incluso con el hecho de su incorporación a plantilla de manera indefinida durante o tras finalizar su contrato temporal o de prácticas. Otra manera de combatir este problema desde nuestro departamento es mediante la realización de acciones sociales, como pueden ser las alianzas con ONGs dedicadas a la lucha por la empleabilidad juvenil, organizar proyectos de apoyo al emprendimiento joven, dar oportunidades de aprendizaje y desarrollo profesional a los jóvenes en nuestra empresa ayudándoles a adquirir experiencia laboral…

En mi opinión, tanto el sistema educativo como las empresas juegan un papel fundamental en el problema y, una colaboración podría llegar a arreglar la situación. Se podría atenuar esta realidad confiando más en la capacitación y el potencial de la juventud y entrenando sus habilidades, apostando por contratos más estables y de larga duración. Es necesario mejorar las oportunidades de inserción laboral de los jóvenes proporcionando facilidades en su evolución del ámbito educativo al mercado laboral.

Y tú, ¿Qué opinas?

Julia González Orejas
Alumna del Máster en Dirección y Gestión de RRHH 2021-2022
Escuela de Negocios de la Cámara de Valladolid


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