lunes, 23 de noviembre de 2015

EN LA BÚSQUEDA DE LA INTERIORIDAD: INTELIGENCIA INTRAPERSONAL, por JOSE HERRADOR

La inteligencia es un fonema que tiene su origen más remoto en el latín inteligere, una palabra compuesta por otros dos vocablos: intus (“entre”) y legere (“escoger”). El término, por lo tanto, está relacionado con quien sabe escoger o seleccionar las mejores opciones para solucionar un problema.

¿Por qué hoy la Educación de la Interioridad? Si la pregunta la referimos a un “porqué” general diría que porque Europa y Occidente se han olvidado de la atención a lo interior lo cual nos ha llevado como sociedad, a un modelo de vida alejado en gran medida de la sabiduría profunda y de las claves de la verdadera humanidad. La actual crisis de valores generalizada es la expresión  de los grandes fallos de fondo del sistema neoliberal que transforma a la persona y a las sociedades en “hormigueros del consumo despiadado”, somos como hormiguitas obsesionadas por tener y tener cada día más y mejor (E. Fromm “Tener o Ser”).

Ello nos lleva a vivir el trabajo casi exclusivamente como fuente de remuneración económica sin contemplar apenas su carácter  “dignificador” de la vida humana cuando ese trabajo se vive como aportación a la mejora personal y del conjunto de la sociedad. El neoliberalismo nos ha transformado en seres individualistas y volcados enormemente hacia lo exterior. El silencio, la calma y la serenidad no son precisamente los frutos de nuestro modo de vida y, sin embargo, son imprescindibles para la construcción del Ser.

Inteligencia Intrapersonal corresponde a una de las inteligencias del modelo propuesto por Howard Gardner en la teoría de las inteligencias múltiples. La define como la capacidad para formarse un modelo ajustado, verídico de uno mismo y ser capaz de usarlo para desenvolverse en la vida, conocerse mediante un auto-análisis, tener imagen precisa, conciencia de los estados de ánimo interiores, emociones, necesidades, intenciones, motivaciones, deseos y capacidad  para la autodisciplina, autocomprensión y autoestima.
Este tipo de inteligencia es funcional para cualquier área de nuestra vida, ya que nos ayuda poniendo nombre a nuestras emociones recurrir a ellas como medio de interpretar y orientar la propia conducta. 

Las personas que poseen una inteligencia intrapersonal notable, poseen modelos viables y eficaces por sí mismos. Pero al ser esta forma de inteligencia  la más privada de todas, requiere otras formas expresivas para que pueda ser observada en funcionamiento.
La inteligencia interpersonal permite comprender y trabajar con los demás, la intrapersonal permite comprenderse mejor y trabajar con uno mismo. En el sentido individual de uno mismo, es posible hallar una mezcla de componentes intrapersonales e interpersonales. El sentido de uno mismo es una de las más notables invenciones humanas: simboliza toda la información posible respecto a una persona y qué es. Se trata de una invención que todos los individuos construyen para sí mismos.

Las competencias implicadas son: capacidad para plantearse metas, evaluar habilidades personales, controlar las emociones y el pensamiento propio.

Las habilidades relacionadas con dichas competencias son entre otras: meditar, exhibir disciplina personal, conservar la compostura e independencia personal y dar lo mejor de sí mismo. 

Algunas prácticas a título de ejemplo que estimulan y desarrollan la inteligencia intrapersonal podrían ser las siguientes: Elaboración de diarios o escritura de textos, ejercicios de meditación, establecimiento de objetivos personales a corto, mediano y largo plazo, actitud reflexiva permanente, capacidad autocrítica y autoevaluación. Como podéis observar muchas de estas prácticas están implícitas en el ejercicio del rol de responsable de equipos y personas. 

Considero que hoy más que nunca los responsables de la dirección de personas necesitan de este tipo de inteligencias (interpersonal, intrapersonal, emocional y espiritual) para contribuir al sostenimiento eficaz y vital de una función que las nuevas tecnologías quieren reducir a algo mecánico e inútil en las organizaciones de futuro..

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