jueves, 22 de agosto de 2013

APRENDER CON SENTIDO DE RESPONSABILIDAD por JOSÉ MENDOZA

“España necesita que las reformas estén a la altura de los desafíos”. Así comienza el análisis anual que hace de nuestra economía el F.M. I. (Fondo Monetario Internacional). Al final concluye que, que entre otras reformas, deberán bajarse los salarios hasta un 10%.
 
Ante esta información abrumadora, es normal que nuestro ánimo se sienta encapsulado por la circunstancia y nuestro cerebro se vea bloqueado por el pesimismo que destilan las noticias y los pronósticos. ¿Qué hacer? Necesitamos cambiar. Si cambiamos nosotros, también cambiará el entorno, o al menos la percepción del mismo, y esto es muy importante para salir del pozo.

Hasta ahora puede que hayamos visto el cambio como un deseo de mejora, como un progreso más o menos necesario. Hoy tenemos necesidad cambiar en cualquier situación que nos encontremos. Si estamos parados, porque no podemos permanecer así indefinidamente. Si trabajamos, porque ante el evidente agotamiento del sistema económico actual, surgirá otro que va afectar a nuestras empresas, y esto nos va a obligar a cambiar.

Cual sea el nuevo modelo económico, no lo sé. Pero podemos sospechar que están construyéndose las bases del nuevo, después de cinco años de continuos sobresaltos. Por eso nos conviene estar atentos a las manifestaciones que vayan llegando, ya que serán de gran interés para orientar nuestro proceso de aprendizaje. Este es el núcleo al que quería llegar.

Si estamos en paro, tendremos que aprender por los medios clásicos. Si estamos desarrollando un trabajo, tenemos una ocasión excepcional de aprender sobre lo que hacemos, siempre que reflexionemos sobre ello.

Aprender es algo inevitable a lo largo de la vida del hombre. Aunque no quisiéramos, seguiríamos aprendiendo mientras tengamos vivencias. Si hacemos cosas y no reflexionamos sobre ellas, aprenderemos rutinas que repetiremos automáticamente, sin comprender por qué lo hacemos. Si reflexionamos sobre lo que hacemos y sacamos conclusiones, estaremos obteniendo conceptos que explican nuestros actos, tal y como se hace la ciencia.

Entre los “desafíos” que el FMI dice encontrar en nuestro país, uno de los más importantes es la baja productividad: trabajamos más horas, pero generamos menos riqueza. Todos los índices nos dicen que en España sólo crece la deuda, esto es, que gastamos más de lo que producimos.

¿Qué soluciones tenemos?

Nos representan el sistema de producción de España como una balanza: en un platillo ponemos los gastos y en otro lo que producimos. Como los gastos pesan más que lo que producimos, para equilibrar la balanza nuestros políticos proponen recortes o piden dinero fuera del país.

Lo primero, lo de recortar gastos, traducido a un lenguaje inteligible significa “ya que no producimos, no gastemos”. A mí me parece que es una solución parcial y pésima, porque con ello sólo se puede equilibrar la balanza de ingresos gastos, a cambio de sumir al país en la miseria indefinidamente. Recortar gastos es diferente de reducir: reducimos gastos cuando aumentamos la productividad. Y para esto hay muchas más vías que la de recortar los salarios.

Otra solución que nos apuntan en otros sectores, es que se nos preste más dinero para que fluya el crédito a las empresas y puedan crear nuevos empleos. Pero esto, si puede ser una forma de equilibrar la balanza a corto plazo, no lo es definitivamente, ya que no tendrá ninguna consecuencia a largo plazo: si seguimos haciendo las cosas de la misma forma, seguiremos con la baja productividad y no lograremos competir en el mercado, globalizado como es en la actualidad. Inyectar dinero y no hacer nada por cambiar los procesos en los que trabajamos, acabaría con la situación en el mismo punto de partida, con la pérdida de tiempo consiguiente.

Por eso no nos queda otro camino que aprender a hacer las cosas de otro modo para ser más productivos. Y esto, en todos los niveles de actividad. Este es el aprendizaje que he propuesto con sentido de responsabilidad.

No debemos ser pesimistas ante la debacle del paro. Las empresas necesitan personas. Las máquinas son medios para trabajar, pero los hombres no. Hace más de 200 años ya nos decía Kant que los hombres son fines en sí mismos y no medios, aunque todavía no lo hemos comprendido, o al menos no lo llevamos a la práctica. Acaso podemos aclararlo con algunos ejemplos:
  • Para hacer un estudio de mercado y contactar con los clientes potenciales, podemos tener la ayuda de las modernas máquinas: diariamente nos aturden con llamadas de teléfono ofreciéndonos servicios y productos, que rechazamos sistemáticamente, por el empeño rutinario que ponen en vender sin escuchar lo que realmente necesitamos.
  • El diseño de un producto o de un servicio requiere, además del conocimiento técnico de la materia de que se trate, sensibilidad, intuición y humanismo. Ciertamente nos ayudaremos de máquinas para hacer más productivo nuestro diseño, pero son un medio necesario, pero sólo eso.
  • Un plan estratégico para una empresa, sólo se hace por personas que conocen su empresa y que analizan datos y obtienen conclusiones de las necesidades que tienen sus clientes. Si tienes que hacerlo, utiliza máquinas, que son un medio extraordinario de ayuda a tu trabajo
  • Un equipo es eficaz cuando el líder que lo dirige lo es. Las máquinas serán un buen medio para las múltiples tareas que un líder ha de llevar a cabo.
  • Entregar un producto o dar un servicio es muy diferente dependiendo de quién lo hace y dónde se suministra: no es lo mismo un café de máquina que en una terraza de verano. Las personas marcan la diferencia.
  • …………………….

Así pues, la salida de esta situación sólo la podemos hacer las personas. No es cuestión de dinero o de máquinas. Esto sólo daría un respiro al contexto actual, pero no arregla nada a largo plazo. La solución está en las personas y somos todos los que debemos plantearnos cómo hacemos las cosas para hacerlas más productivas. Esto en todo tipo de actividad.

Aviso a los navegantes: hay personas que trabajan muy bien, y como consecuencia suelen tener éxitos frecuentemente. Ellos tienen más difícil aprender sobre lo que hacen, pues ante un fracaso, les cuesta mucho ver fallos en su tarea y cuestionársela.

Nuestra actividad es necesaria, ni los políticos, ni los economistas nos van a resolver los graves problemas. Tenemos que ser todos, cambiando la manera de hacer actual. No podemos seguir haciendo las cosas como las estamos haciendo si queremos que nos cambie la situación en la que estamos. Es hora de hacerlas de otro modo más productivo. Por eso todos debemos plantearnos definitivamente nuestro proceso para aprender y de aplicar lo que aprendemos. El aprendizaje orientado por las circunstancias y aplicado en nuestra actividad, es la vía que debemos recorrer para salir del bache en el que nos encontramos. El aprendizaje con sentido de responsabilidad.

2 comentarios:

  1. Me parece muy acertado.
    La vida es un aprendizage diario,esta sociedad necesita este cambio,pero este empieza en nosotros mismos.
    Crisis igual a oportunidad.
    Oportunidad de emprender.

    Saludos.
    Josep Ceamanos

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  2. Me gusta el post! Buena reflexión....y ahora manos a la obra! Una reflexión, yo cada vez pregunto más en la entrevista sobre que conocimiento adquirido te ha resultado más útil y por qué, o que cambio has realizado en los últimos meses y para que ha servido....y las respuestas no son especialmente buenas. Ahí lo dejo ;-)

    Un abrazo

    David

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