lunes, 13 de mayo de 2013

NUESTRAS EXPERIENCIAS Y PASIONES EXTRALABORALES: UN ACTIVO A POTENCIAR por ÁLVARO RETORTILLO

"Si fui delegado de curso en el instituto: ¿lo puedo poner en el currículum vítae?". Son muchos los especialistas a los que he leído y escuchado dar recomendaciones en el sentido de potenciar y resaltar las competencias adquiridas en ámbitos ajenos al trabajo. No sé si hay que retrotraerse tanto en el tiempo, o si el hecho de ser delegado denota la posesión de competencias de algún tipo (supongo que sí), pero de lo que estoy convencido es de que, como personas trabajadoras, hemos de indagar en los vínculos entre nuestras pasiones y nuestro perfil laboral, pues ambas facetas se ven inevitablemente retroalimentadas.

La "fiebre de la inteligencia emocional" (como algún conocido la califica) que, afortunadamente, nos aqueja desde que el señor Goleman iniciase su monumental campaña de divulgación hace casi dos décadas, ha generado un abierto debate sobre aquellas áreas periféricas de nuestra vida a incluir y valorar en lo profesional. Y aún son muchas las personas que no lo hacen. Algunas (no pocas) por miedo o desconfianza. "¿Para qué quiere conocer el empresario mis gustos o aficiones?"; "¿Y si odia X (llamémoslo música, fútbol, senderismo o lo que sea) y no me coge por eso?"; ¿Y si piensa que pierdo el tiempo con esa actividad?”.

He conocido personas con un talento descomunal en diferentes áreas de la vida: dibujantes, músicos, deportistas etc. aficionados (no por falta de calidad, sino por no dedicarse a ello profesionalmente) que, sin embargo, se ceñían a lo estrictamente técnico en lo que a su perfil laboral se refiere. Y eso, desde mi punto de vista, en un error. Como personas, somos seres integrales y aprendemos y nos desarrollamos en todos los ámbitos de la vida. Y es precisamente en esos ámbitos donde ponemos toda nuestra pasión donde más desarrollo encontramos. Creo que debemos hacer un ejercicio de contorsionismo mental para vincular nuestras pasiones con nuestro trabajo, actual o deseado. Encontrar los nexos que unen esas facetas de nuestra vida y potenciarlos, puesto que en la gran mayoría de las ocasiones se crea una sinergia que se articula como un elemento diferencial.

En mi caso, mi condición de músico amateur me ha supuesto un sinfín de satisfacciones personales (y algún que otro disgusto), pero también ha potenciado mis competencias profesionales en buena medida. Enfrentarte al público, hablar en una entrevista, afrontar las críticas, encarar una grabación de un disco (cosa que al final es un proyecto puro y duro), el temido folio en blanco al componer, el diseño de una carátula, ponerte delante de una cámara, negociar con una sala o un promotor, el trabajo en equipo que implica un grupo musical, conocer gente nueva etc. Todas y cada una de estas actividades me han aportado competencias que, en mayor o menor grado, he podido aplicar en mi ámbito laboral. Y, sobre todo, la capacidad para aprender del fracaso y las frustraciones, algo que surge inevitablemente cuando algo que nos autorrealiza tanto sale mal.

Y creo honestamente que la gran mayoría de nosotr@s tenemos alguna pasión extralaboral que nos permite desarrollarnos no solo a nivel personal, sino también a nivel profesional. Esos aspectos hay que destacarlos y potenciarlos, porque son unos activos que nos diferencian de los demás y que son fuente de no pocos aprendizajes. Y porque muchas de esas competencias son susceptibles de ser aprovechadas en lo laboral.


4 comentarios:

  1. Sí señor, es imposible prescindir de elementos tan valiosos de tu vida en el trabajo. Tus experiencias, tu metodología de estudio, tus relaciones, ... son precursores de tus éxitos futuros.
    Y gracias por la canción de Neil.
    Jesús

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  2. Muy interesante, Álvaro.

    Estoy de acuerdo contigo en que comenzar a asociar las competencias adquiridas en actividades "extralaborales" al posible puesto de trabajo a desempeñar puede ser muy útil y puede ser otra forma de "vendernos". El problema le encuentro cuando muchas de estas actividades no son oficiales o contrastables. En tu caso, sí se puede, ya que hay material (un disco) para mostrar al entrevistador en caso de que quiera comprobarlo, pero para los que les gusta dibujar, bailar o cantar, de manera no tan profesional, es decir, que lo hagan en karaokes, que estén apuntados en algún club de fútbol o de baile, no sé si es tan contrastable. Y en caso de no ser contrastable, no sé si será tenido en cuenta, ya que es muy fácil inventarse aficiones.

    Si a lo que te refieres son únicamente actividades "oficiales" o a trabajos desempeñados, poco relacionados con el puesto de trabajo en cuestión (por ejemplo ser entrenador de un equipo deportivo infantil), estoy totalmente de acuerdo en que hay que empezar a sacar las competencias que te han aportado para extenderlas a otros ámbitos.

    Un abrazo y hasta el jueves,
    Helena.

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  3. Muchas gracias por vuestros comentarios:

    En efecto Jesús, creo que podemos sacar provecho a todas nuestras experiencias, y lo que no entiendo es por qué aún hay gente que trata de "desligarse" de sus pasiones en el trabajo (especialmente cuando no son "incompatibles" con los valores de la empresa). ¡Y Neil es Neil!

    Helena, creo que si te gusta el cine puedes hablar sobre ello en un blog, puedes mostrar tus dibujos, mostrar fotografías tuyas jugando al fúbtol, basket etc. (por decir algo). No obstante, en mi post no me circunscribo a la búsqueda de empleo, me refiero a utilizar las competencias que adquirimos y desarrollamos en otros ámbitos en el mundo laboral, en general.

    ¡Un abrazo!

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  4. Me siento muy identificado con tu opinión Álvaro. Es totalmente necesario establecer vínculos entre tus pasiones y tu trabajo, es más, ahora mismo para mí, es totalmente un ejercicio creativo poder generar nuevas ideas de negocio a través de tus pasiones.
    Un fuerte abrazo.

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