Hay varias cosas que todos sabemos sobre los despidos, la primera es que son inevitables, la segunda es que es agradable para nadie y la tercera es que no conlleva únicamente el cese de la actividad laboral, sino que tienen una gran carga psicológica para las personas afectadas. La situación personal del individuo lo es todo en estos casos, existen colectivos especialmente vulnerables ante un despido, por ejemplo, por motivos de edad y género, pero ¿Que podemos hacer para que un despido perjudique lo menos posible? ¿Cómo puede ayudar el empleador a disminuir las preocupaciones y cargas del despedido? Aquí es donde entra el outplacement, también conocido como reinserción laboral asistida.
El outplacement consiste en un programa ofrecido por las organizaciones en el que asesorarán a las personas recientemente desvinculadas de la empresa a iniciar la búsqueda de un nuevo empleo, facilitándoles la entrada en el mercado laboral, construyendo un puente para llegar a otra oportunidad. Surgió en EE.UU tras la segunda guerra mundial, cuando los soldados que volvían de Europa llegaban a casa y no tenían ninguna red de apoyo para una reinserción en el mercado laboral. Más adelante, en los años 60 esto fue muy utilizado como herramienta de negociación en los despidos masivos, volviéndose un mecanismo cada vez más necesario para las empresas que tienen que realizar reestructuraciones y de esta forma podían dar alternativas a sus empleados.
Ahora bien ¿Cómo se lleva a cabo este proceso?
Para comenzar la recolocación es fundamental indagar en las preferencias laborales y experiencias de la persona, es decir, elaborar su plan de carrera y a dónde quiere llegar. Una vez se define la dirección que se quiere tomar, se deben proporcionar las herramientas necesarias para llevarlo a cabo, deben ser herramientas útiles y que perduren en el tiempo. Una especial característica es la potenciación de las redes de contacto que deben corresponderse con los intereses y preferencias de la persona despedida.
Es evidente que este mecanismo tiene grandes ventajas, tanto para los trabajadores como para la organización, ya que facilita negociación de salidas de varias personas, alivia la incertidumbre de los empleados al tener responsabilidades económicas, mejora la imagen de la empresa ante despidos, aumenta las probabilidades de que los trabajadores encuentren trabajo y reduce notablemente el tiempo de espera ante un nuevo puesto. En el último año, el tiempo medio de búsqueda de empleo de las personas que han participado en planes de outplacement es de 5,4 meses, un periodo muy reducido en comparación con los 14 meses que tardan de media los desempleados españoles (que no están acogidos a estos programas) en encontrar empleo. Vemos así como los candidatos de estos programas tardan 9 meses menos que los demás en volver a trabajar.
En contraposición con esto, lógicamente también nos encontramos con algunos inconvenientes, como la imagen de la empresa en el caso de una mala elección del proveedor que realizará el outplacement, además, es importante recalcar que esta herramienta no crea oportunidades laborales inexistentes, sino que las hace más evidentes. Por último cabe añadir que este mecanismo no se está llevando a cabo en todos los sectores, por lo que no todas las personas tienen la posibilidad de acudir a él, un ejemplo donde tiene especial trascendencia es el ámbito de la banca.
Aunque se tiene una perspectiva negativa de la recolocación, opino que esto es debido a la obligatoriedad de la misma en despidos colectivos de más de 50 trabajadores, pero con todo lo mencionado anteriormente, queda claro que es un mecanismo funcional y efectivo para ayudar a personas (sobre todo en situación especialmente vulnerable) a encontrar otra oportunidad laboral en el menor tiempo posible. Según un estudio de LHH, el 97% de los candidatos que llegaron para una recolocación encontraron empleo en menos de 1 año y casi un 90% de larga duración. Creo que con el entorno tan cambiante en el que estamos en estos últimos años cada vez va a ser más normal la realización de outplacements y que va a crecer de forma notoria en los años venideros siendo un programa que vamos a ir conociendo cada vez más.
Y tú, ¿qué opinas?
Gonzalo Manso Agúndez
Alumno del Máster en Dirección y Gestión de RRHH 2022-2023
Escuela de Negocios de la Cámara de Valladolid
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