sábado, 30 de enero de 2021

Salud mental en el trabajo en tiempo de Covid-19; por Fátima Moreira.

     El bienestar en el ámbito laboral influye directamente en la salud y en la productividad de los trabajadores. Un estudio de la OMS realizado en el año 2018 mostró que los problemas de salud mental, como pueden ser la ansiedad y la depresión, suponen unas pérdidas económicas del 30% en las empresas y en la economía. En la actualidad, los datos muestran que en el año 2020 la ansiedad y el estrés entre los trabajadores aumentó un 70%; una cifra que ha agravado la COVID-19. Esto ha tenido un impacto negativo en la salud mental del 78% de los empleados de todo el mundo.


El estrés y la ansiedad se han incrementado, ya que estamos viviendo un momento de gran incertidumbre en el ámbito laboral, debido al gran aumento del desempleo, ERTES y los posibles despidos. Todo ello ha provocado que muchos trabajadores teman perder su trabajo o tener recortes salariales. A todas estas causas se le suma que el apoyo social, considerado como uno de los recursos más importantes para hacer frente al estrés, se esté viendo afectado por muchas de las medidas adoptadas para combatir la actual pandemia. Esto, a su vez, ha comprometido la interacción social de los trabajadores, tanto dentro como fuera de las empresas. Esta falta de apoyo social se traduce en menor satisfacción laboral y se observa tanto en los trabajadores que acuden presencialmente a la empresa como en los que están teletrabajando desde sus casas. Por una parte, los empleados que siguen acudiendo a la oficina se ven obligados a seguir las medidas impuestas por sanidad y éstas pueden causar distancia física y psicológica con sus compañeros. Esto provoca sentimientos de aislamiento e incluso es posible que acudan a su puesto laboral con un gran temor al contagio, por lo que puede disminuir su rendimiento. Sin embargo, el teletrabajo, aunque de primeras pueda otorgar ciertas comodidades, se ha impuesto en nuestra sociedad de una forma muy drástica; conllevando nuevas tensiones a los trabajadores como puede ser el aislamiento de sus compañeros de trabajo a la vez que hacen malabares para conciliar su vida laboral y personal.

Por lo tanto, no cabe duda de la importancia que tiene invertir en salud mental en las empresas. Desde el departamento de RRHH se podrían aplicar una serie de recomendaciones para disminuir el estrés y la ansiedad a la que están siendo sometidos los trabajadores.

 

¿Qué se puede hacer desde el departamento de RRHH?

   Integrar iniciativas de apoyo psicológico en respuesta a la COVID-19 en el lugar de trabajo. 

   Crear un sistema de apoyo entre compañeros para minimizar el estrés y el agotamiento a través de reuniones virtuales donde compartan sus experiencias, sus temores y preocupaciones.

   Prestar atención a los trabajadores con condiciones de salud mental y problemas psicosociales preexistentes. Se ha de tener en cuenta que las personas con discapacidad pueden ser menos capaces de hacer frente a estas circunstancias y pueden necesitar más apoyo.

   Poner a disposición técnicas de reducción del estrés y de relajación: sesiones de relajación, mindfulness, tutoriales, aplicaciones…

   Informar tanto a los directivos como a los trabajadores sobre cómo se puede acceder a los programas de salud mental, a los servicios de apoyo psicosocial y a los programas de asesoramiento facilitando el acceso a tales servicios. 

   Mantener la confidencialidad sobre los servicios prestados a cada trabajador.

Por último, se puede fomentar la mejora de la salud mental de los teletrabajadores trasmitiéndoles una serie de recomendaciones sencillas destinadas e implantadas por ellos mismos:

   Organización horaria: limitar el tiempo de trabajo manteniendo el horario de la oficina y respetando los descansos.

   Evitar distracciones: las nuevas tecnologías sobre todo en forma de redes sociales roban mucho tiempo y esto hace que se tenga que invertir más tiempo para llegar a cumplir los objetivos. Por lo tanto, sería recomendable silenciar el móvil y solo mirarlo en los descansos.

Para dividir los tiempos de trabajo y así evitar las distracciones se puede utilizar la técnica de pomodoro. Esta técnica consiste consiste en dividir la jornada laboral en intervalos de 25 minutos, separados por una pausa de cinco minutos. Durante esos intervalos el trabajador debe dedicarse a una tarea en concreto, sin distracciones, y después de 4 bloques de trabajo hacer un descanso más largo (20/30 minutos). Esta técnica nos sirve para mejorar la productividad, ya que en los 25 minutos de cada intervalo se está concentrado en una tarea concreta.

   Un espacio de trabajo agradable: el lugar donde se teletrabaja debe estar ordenado, bien iluminado y con todo el material necesario. La idea es estar lo más cómodo posible para así fomentar una buena productividad.

   Listado de tareas: mantener un listado de todas las tareas a realizar y saber priorizarlas. Esto se convierte en un punto clave para mantener la productividad, ya que al no estar en el entorno de trabajo habitual se tiende a perder el foco de atención.

   Conectarse con el equipo: estar trabajando desde casa no tiene que significar estar solo. Se trata de establecer una metodología de colaboración que no se vea afectada por la presencia virtual y fomente la coordinación y colaboración del equipo a la vez que aumenta el apoyo social.

   Evitar el aislamiento: se recomienda mantener contacto fluido con amigos y familiares. Si no es posible quedar presencialmente, al menos realizar alguna videollamada.

   Siempre que sea posible, flexibilizar teletrabajo y presencialidad: a través de turnos o bien de grupos estables que se distribuyan entre casa y oficina. De esta manera se evita el aislamiento porque se sigue interactuando con los compañeros.

   Romper la rutina: proponerse algún reto diario para hacer cada día diferente y así no caer en la monotonía.

   Dedicar un espacio y tiempo para evaluar cómo se encuentra.

 

Para concluir, es importante que las empresas se preocupen de la salud mental de sus trabajadores. Si una persona se encuentra descontenta con su empleo, eso repercutirá en su vida personal y viceversa. No debemos olvidarnos que cuanto mejor estén los empleados, mayores resultados económicos obtendrán las empresas y habrá menores tasas de ausentismo, menos accidentes laborales y menos bajas por estrés o ansiedad. La situación actual ha repercutido en las empresas y ha hecho que muchas tengan a una gran parte de sus empleados trabajando desde casa cuando nunca antes habían trabajado de tal forma. Para facilitar que esta situación no acarree problemas en sus vidas y que no se sientan “aislados” o “desbordados”, se debe facilitar que los empleados sigan conectados unos con otros, ofrecerles unas pautas para realizar la jornada laboral de la forma más eficaz posible y brindarles apoyo y soporte. Si las personas que están teletrabajando siguen las recomendaciones citadas anteriormente, evitaran caer en la monotonía y disminuirían el nivel de estrés. Asimismo, destacaría la recomendación de intercalar teletrabajo y asistencia a la oficina, ya que muchas empresas están poniendo en práctica está medida y sus empleados asisten tres días a la oficina y dos teletrabajan. Esto trae la ventaja de poder seguir manteniendo la interacción entre compañeros. Aunque me parecería interesante dar la oportunidad a los empleados que son considerados de riesgo o que por miedo prefieran quedarse en sus casas la posibilidad de solo realizar teletrabajo.

 

¿Y tú… qué opinas?

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