En una época más acorde con el empleo y no en la que actualmente nos encontramos, con un desempleo por encima del 20% de la población activa, cualquier oferta de trabajo publicada en los diferentes medios busca personal con una titulación, idiomas, etc., exigiendo un nivel de “conocimientos” para la ocupación de un determinado puesto de trabajo, pero ¿qué valora una persona para decantarse por una u otra oferta? Las empresas se preguntan, ¿qué es lo que quieren los trabajadores para poder inclinarse por una u otra opción a la hora de iniciar una actividad laboral?
Pienso que la solución puede venir dada por una sencilla comprensión de la palabra ESCUCHAR, en un sentido amplio, englobando lo que entraña tanto en sentirse oído y a la vez comprendido, valorando de manera más positiva lo que representa el factor humano como recurso imprescindible en nuestra sociedad y pudiendo dejar en un segundo plano otras condiciones que estiman de mayor importancia…
Creo que la buena dirección para que una empresa cualquiera pueda mirar hacia un futuro sin ninguna preocupación depende de varios factores a tener en cuenta, pero primordialmente debiéramos centrar como objetivo fundamental los recursos humanos, contemplando en su amplio abanico un sinfín de adjetivos fáciles de enumerar y, a su vez, muy difíciles de llevar a la práctica, como la comprensión, la cercanía, la escucha, el apoyo, etc.
En cualquier empresa nos encontramos maquinaria, material de oficina, personas,… Y todo ello está inventariado con un número. Y es que tanto la mesa como un ordenador, forman parte del mobiliario y como tal, son bienes inventariables, pero el expediente número 128 (correspondiente a Pepito Pérez) es una persona con preocupaciones, necesidades, objetivos, sentimientos,…, no un bien inmueble más.
A esta persona, como a cada trabajador de la empresa, se le pide diariamente un compromiso, una obtención de resultados, etc., en suma un rendimiento adecuado a la función que desarrolla en su ocupación, que sería más fácil de conseguir con un clima laboral que haga sentirse a la persona como parte de una organización más participativa y en la que las ideas de los diferentes empleados que conforman el colectivo humano se tuviesen más en consideración y se valorasen de una forma más adecuada.
Creo que el trato personal es una asignatura pendiente en muchas empresas y que se debería empezar a trabajar más en esta línea, para dar un mayor valor a la condición personal y humana de la sociedad de la que formamos parte.
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