jueves, 2 de marzo de 2017

¿Hasta dónde estarías dispuesto a llegar?, por Patricia Gil

Como amante del cine, futura profesional de los RRHH, y con el módulo Reclutamiento y  Selección de personal tan reciente me pareció interesante  recomendar y hablaros sobre una película que considero obligatoria  si te interesa éste mundillo, “El método” de Marcelo Piñeyro, basada en la obra de teatro “El método Gronhold”, en dónde básicamente un grupo de personas son citadas por una empresa que realiza la selección para elegir a uno de ellos, y donde el sistema de selección es bastante peculiar.

"¿Hasta dónde estarías dispuesta a llegar?" fue la pregunta que me planteé al finalizar la película, en ella  los candidatos son encerrados en una sala y van superando pruebas eliminatorias bastante poco morales, y en ocasiones ridículas centradas en la argumentación por parte de los candidatos. Cada una de estas actividades pone a prueba a los participantes eliminando a los “débiles” y contando con los “más potentes”, hasta llegar al candidato deseado, el cual básicamente ha ido pisoteando al resto sin ningún tipo de escrúpulo  para quedarse con el puesto.  Todo el marco de la película esta contextualizado en un momento de crisis social y económica (la película muestra varias secuencias en donde se puede ver trabajadores manifestándose en contra del gobierno, alternadas con el proceso de selección en cuestión); lo cual resulta curioso ya que puede verse la contradicción  al mismo tiempo de como gente con trabajo sale a la calle para manifestarse y mejorar sus condiciones, y otros están dispuestos a todo, sin importar nada para conseguir el puesto al que optan.
 

Creo que cualquier persona que haya pasado por algún proceso de selección, ya sea grupal o individual, podría sentirse en algún momento identificado con alguno de los personajes o sucesos que acontecen en la película, ya que, aunque llevado al extremo, refleja muchas situaciones reales que podríamos vivir en una entrevista de trabajo del siglo 21 como la discriminación de sexos, la diferencia de edad, la importancia de saber idiomas, la mentira, la falta de lealtad, la frustración y ansiedad…

En mi caso por ejemplo aún recuerdo lo difíciles que fueron las primeras entrevistas al llegar a Londres, sin saber apenas inglés y con la presión de que o conseguía el trabajo o tendría que dormir debajo del London Bridge o algo parecido más pronto que tarde, porque allí el dinero vuela; o el acoso telefónico que sufrí durante meses por parte de uno de los entrevistadores de una oferta de trabajo en Madrid, sin olvidar situaciones un tanto ridículas como jugar al corro de la patata en dinámicas de grupo, o tener que poner buena cara ante preguntas incomodas que no venían a cuento.

Cada vez hay más gente preparada y menos puestos de trabajo, por lo que la competitividad entre candidatos es extrema incluso para optar a puestos en los que las condiciones dejan mucho que desear, y en las que el puesto dista bastante de lo que tenemos entendido como “el  trabajo de nuestros sueños”, y esto las empresas lo saben, y por tanto, muchas de ellas se aprovechan, y como en la película, en muchos casos hacen que saquemos el depredador, o en ocasiones el superviviente, que llevamos dentro, olvidando ideales y valores y dejando a un lado hasta nuestra propia dignidad con tal de ser los elegidos.

Os invito a ver la película y que al terminar de verla  reflexionéis hasta donde estaríais  vosotros dispuestos  a llegar.

1 comentario:

  1. Muchas gracias por compartirlo.
    Es divertida la coincidencia; hace apenas un par de semanas se la recomendaba a uno de nuestros técnicos de selección :)

    ResponderEliminar