Comercial o agente comercial: Según la RAE: Persona que profesionalmente gestiona por cuenta ajena o propia, mediante comisión, operaciones de venta u otras transacciones.
De la definición ya podemos ver que ejerce su actividad mediante comisión, que es una forma de incentivar el puesto de trabajo.
Aunque depende del
tipo de empresa, por supuesto, desde el departamento de Recursos Humanos
debemos cuidar casi siempre especialmente el trabajo comercial. Por dos motivos
principales e igual de importantes: De él dependen la mayor parte de las ventas
que tenemos (destacando una labor de fidelización) y las posibles ventas que se
harán y nuestros futuros clientes (una acción de crecimiento).
Ellos en gran parte
de los casos serán la primera impresión, la persona de referencia después,
quien transmita la imagen de la empresa a lo más importante que debemos
tener y nuestro principal grupo de
interés: nuestros clientes.
Podremos fabricar
el producto que queramos, el más moderno, innovador, tecnológico, con mayor
calidad… pero de nada servirá si no tenemos esos clientes, necesitamos vender
continuamente; de hecho nadie duda que siempre durante nuestra vida lo estamos
haciendo, pero convertirlo en tu trabajo conlleva algo más, como estar bien
formado en el producto o servicio, estar entrenado en identificar las
necesidades de los clientes…
En un mundo
globalizado como el actual, por muy especiales o novedosos sean nuestros
productos o servicios siempre encontraremos competencia que ofrezca sustitutos
o alternativas, de ahí la importancia de un equipo comercial implicado, que se
sienta valorado, integrado, comprometido y alienado con los objetivos de la
organización.
De nosotros
dependerá la política retributiva, que en este tipo de empleados se hace
especialmente importante. Si bien en la planta productiva sabemos los tiempos,
mecanismos, personas a cargo de las diferentes tareas y en consecuencia sus
procesos medibles e identificables (unidades, metros, kg…), debemos conocer
que conlleva vender nuestro producto: que tiempos, esfuerzos, probabilidades de
hacer nuevos clientes ,en que lugares, en definitiva que aportan a la
empresa. Solo de esta manera empezaremos
a poder establecer unas políticas retributivas acorde al trabajo de los empleados
comerciales.
En el futuro cercano la retribución tiene que
dejar de considerarse exclusivamente un factor de coste y convertirse en una
herramienta de dirección y competitividad.
Sea por experiencia propia o la
forma de ver la situación actual en la que vivimos, espero sirva para dejar
claro lo importante que puede ser vendernos bien.
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