jueves, 27 de marzo de 2014

1157, por NURIA DEL OLMO

Érase una vez una ternera llamada 1157, nacida entre pinos, enebros y encinas, en una zona de Ávila, exactamente entre los montes del Embalse de Burguillo.


Ella no eligió su nombre, era el que le correspondía por orden de contratación, digo de nacimiento. Era la mil ciento cincuenta y siete.
Sus compañeras 1230, 1320, no estaban muy contentas con su nombre y su entorno, en muchas ocasiones discutían sobre el tema, incluso a veces 1157 se dejaba contagiar por ese sentimiento general negativo.

Entonces 1157 reflexionaba diciendo:
  • Yo sé que en la finca soy la ternera 1157, hay muchas vacas en el mundo llamadas Luceras, Chatinas y Morenas, sin embargo yo me siento ESPECIAL, soy feliz, tengo muchas habilidades y actitudes.
  • Soy la ternera que encuentra los tréboles más frescos cuando el agua y la primavera los hacen aparecer.
  • Soy la que lidera a mis compañeras cuando vienen a vacunarnos.
  • Soy la primera que escucha a Angel, cuando viene a hacernos el recuento.
  • Animo a mis compañeras para que también escuchen sus mágicos silbidos, que nos indican el camino a seguir.


Mi humilde reflexión: 1157 es una ternera que conocí el fin de semana, junto a otras 90 que  también tenían ese pendiente en sus orejas.

La positividad y la confianza en sí misma lleva a 1157 por el mejor sendero impulsando a sus compañeras hacía una actitud de colaboración.
……cada uno seguro que puede sacar otras muchas reflexiones, incluso no estar de acuerdo con la mía. 

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