Cuando empezaba en el mundo de los negocios, mi padre y el churrero de mi barrio me dieron una lección sobre negociación y resolución de conflictos que ahora os quiero trasladar:
El vecino que vivía encima del local de la churrería le había denunciado en repetidas ocasiones por las molestias y el ruido que producía la actividad. Cada vez que surgía este tipo de queja, el local debía reformarse entero para su insonorización, con el consiguiente coste económico. Esto sucedió en tres ocasiones.
Ante la desesperación del propietario del local, llorando, nos lo comunicó de nuevo. En un alarde de genialidad y para sorpresa mía, mi padre le preguntó a qué se dedicaba el vecino en cuestión. - " Hace poco a montado una gestoría y lleva la parte contable y fiscal de algunas empresas"(creo recordar que intercalada en esta frase había alguna mención a la madre del gestor). Mi padre insistió y continuó en lo suyo, le consultó de nuevo sobre cual sería la reacción de esa persona si le encomendaba la gestión de sus churrerías ( tres locales ) y además le hacía llegar clientes gracias a su recomendación.
El churrero de mi barrio engullo, regurgitó, masticó de nuevo y el solito....
Un año después la gestoría funcionaba de maravilla y en la churrería no se recibieron más denuncias y lo que es más sorprendente el ruido desapareció...en serio, de verdad.
Nuestros personajes anteriores habían discutido, uno deseaba que el otro se fuera a la ruina y el otro ni os cuento lo que deseaba hacer con el cadaver del uno. Su conducta final era "yo oigo ruido constantemente y no me deja vivir" ( y estaba todo el día escuchando ). Y el otro hacía más ruido sólo para molestar ( "para que se queje con razón").
En el proceso natural de un conflicto pasamos de las palabras a las emociones y finalmente a las conductas. Cada paso superior añade una barrera más insalvable para la resolución de dicho conflicto y nos lleva de una forma irracional a estar pensando en qué puedo hacer en contra de la otra parte para que se de cuenta de que tengo razón y cese en su actitud.
Una opción de resolución en un conflicto que ha pasado por los tres pasos anteriores ( palabras- emoción-conductas) podría ser la de regresar al punto de origen recogiendo miguitas hacia atrás por el mismo camino y de la misma forma por el que llegamos pero de forma inversa:
1º Cambiamos nuestras conductas: Ofreciendo sin esperar nada a cambio.
Y esperamos pacientemente.
2º Se cambian las emociones: "Es posible que este tipo no sea tan cabrón, fíjate lo que está haciendo sin esperar nada a cambio con lo que yo le estoy haciendo".
Y esperamos pacientemente, confiando en que nadie quiere el mal para otro.
3º Hablamos y confrontamos nuestros puntos de vista y llegamos a un acuerdo de una forma empática.
YO GANO- SI TU GANAS.
El vecino que vivía encima del local de la churrería le había denunciado en repetidas ocasiones por las molestias y el ruido que producía la actividad. Cada vez que surgía este tipo de queja, el local debía reformarse entero para su insonorización, con el consiguiente coste económico. Esto sucedió en tres ocasiones.
Ante la desesperación del propietario del local, llorando, nos lo comunicó de nuevo. En un alarde de genialidad y para sorpresa mía, mi padre le preguntó a qué se dedicaba el vecino en cuestión. - " Hace poco a montado una gestoría y lleva la parte contable y fiscal de algunas empresas"(creo recordar que intercalada en esta frase había alguna mención a la madre del gestor). Mi padre insistió y continuó en lo suyo, le consultó de nuevo sobre cual sería la reacción de esa persona si le encomendaba la gestión de sus churrerías ( tres locales ) y además le hacía llegar clientes gracias a su recomendación.
El churrero de mi barrio engullo, regurgitó, masticó de nuevo y el solito....
Un año después la gestoría funcionaba de maravilla y en la churrería no se recibieron más denuncias y lo que es más sorprendente el ruido desapareció...en serio, de verdad.
Nuestros personajes anteriores habían discutido, uno deseaba que el otro se fuera a la ruina y el otro ni os cuento lo que deseaba hacer con el cadaver del uno. Su conducta final era "yo oigo ruido constantemente y no me deja vivir" ( y estaba todo el día escuchando ). Y el otro hacía más ruido sólo para molestar ( "para que se queje con razón").
En el proceso natural de un conflicto pasamos de las palabras a las emociones y finalmente a las conductas. Cada paso superior añade una barrera más insalvable para la resolución de dicho conflicto y nos lleva de una forma irracional a estar pensando en qué puedo hacer en contra de la otra parte para que se de cuenta de que tengo razón y cese en su actitud.
Una opción de resolución en un conflicto que ha pasado por los tres pasos anteriores ( palabras- emoción-conductas) podría ser la de regresar al punto de origen recogiendo miguitas hacia atrás por el mismo camino y de la misma forma por el que llegamos pero de forma inversa:
1º Cambiamos nuestras conductas: Ofreciendo sin esperar nada a cambio.
Y esperamos pacientemente.
2º Se cambian las emociones: "Es posible que este tipo no sea tan cabrón, fíjate lo que está haciendo sin esperar nada a cambio con lo que yo le estoy haciendo".
Y esperamos pacientemente, confiando en que nadie quiere el mal para otro.
3º Hablamos y confrontamos nuestros puntos de vista y llegamos a un acuerdo de una forma empática.
YO GANO- SI TU GANAS.
En el día a día de la vida, más que en las aulas, es dónde se imparten las mejores lecciones. Sólo hay que estar con los ojos bien abiertos y la mente preparada para aprenderlas.
ResponderEliminarGran historia, José!
ResponderEliminarSi quiere viajar un paiz tan bello mas que todo,?excursiones en estambul
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