jueves, 9 de enero de 2025

Objetivos con sentido: Del propósito personal a la estrategia empresarial; Por Sergio Huerta.

    Un nuevo año ha comenzado y, como es habitual, muchos estaremos realizando una lista de propósitos. Desde aquellos que se proponen aprender a cocinar recetas elaboradas, dejar de fumar, viajar por todo el mundo o los que quieren dedicar más tiempo la familia. Pero, aunque formulemos esta lista con la mejor de nuestras intenciones, es común que no lleguemos a cumplir los objetivos que nos marcamos, ¿Por qué? Muchas veces esas metas que derrochaban ilusión y ganas carecían de realismo, una definición clara o no era factibles realizarlas a largo plazo.



Aunque como individuos nos podamos ver reflejados, esto es algo que también puede ocurrir en las empresas. Cuando cada inicio de año las organizaciones definen nuevas metas estratégicas o planes para un largo plazo o el futuro más inminente, alguno de estos objetivos queda en el olvido o se convierten en un trámite que nunca se pondrá en práctica.

Para mí, una solución aplicable es la de los denominados objetivos SMART, cuyas siglas hacen referencia respectivamente a los atributos: específicos, medibles, alcanzables, relevantes y con un tiempo definido, en su traducción al inglés. 

Plantearse metas en base a estas características les hace factibles, el optimismo realista es crucial cuando elegimos nuestros objetivos. No obstante, no podemos dejar de lado al sentido común, ¿Qué pasa cuando estos objetivos no se corresponden ni conectan con tus propios intereses o en este caso con los de una empresa? 

Los objetivos han de construirse en base a la diversidad y pluralidad de ideas ya que no tendría sentido que estas metas estuviesen desconectadas de las realidades y motivaciones de los empleados, así como de la propia organización. Por ejemplo, si nuestra meta es mejorar el compromiso de los trabajadores, será necesario basarse en la percepción real de la situación actual de la plantilla en base a diferentes métodos.

Personalmente, pienso que si algo une nuestros propósitos con los de la empresa es que necesitan claridad, motivación y un camino definido. Aprendamos de nuestros fracasos anteriores, hagamos uso de ese sentido común. Si sabemos que ese reto es irreal, abstracto, demasiado amplio y no se ajusta con nuestros valores, quizá sea momento de utilizar el sentido común y fijar unos objetivos SMART realistas

¿Y tú qué opinas?


Sergio Huerta San José
Alumno del Máster en Dirección y Gestión de RRHH 2024-2025
Escuela de Negocios de la Cámara de Valladolid