¿Alguien se ha parado a pensar cual es el verdadero papel que juega los recursos humanos de una empresa en algún momento? Tras varios comentarios inapropiados que he tenido que escuchar sobre el desempeño de un departamento de recursos humanos, he llegado a la conclusión de que muchas personas tienen la idea muy equivocada, es más, me atrevería a decir “idea antigua” sobre los recursos humanos en pleno siglo XXI.
lunes, 30 de noviembre de 2020
Cultura organizativa en manos del departamento de recursos humanos por Delia Encinas Cano
Los valores de la "fuga de cerebros" para las empresas por María Adrados Arregui
El número de personas con nacionalidad española que
residen en el extranjero, a fecha del 01/01/2020 alcanzó las 2.618.592 personas,
según los datos ofrecidos por el Padrón de Españoles Residentes en el
Extranjero (PERE), publicados por el Instituto Nacional de Estadística (INE).
Pero… ¿ESTO A QUÉ ES DEBIDO Y CÓMO PODEMOS AFRONTAR
ESTA LLAMADA “FUGA DE CEREBROS”? A través de mi post es a lo que voy a
dedicar unos minutos a reflexionar.
Desde que el PERE recoge estos datos (año 2009)
hemos pasado de 1.471.691 personas residentes en el extranjero en el año
inicialmente estudiado, a estos más de 2 millones y medio de españoles que
abandonan su hogar, familia y amigos, para emprender una nueva vida fuera de
nuestras fronteras con la idea de que, allá donde vayan o bien “se les va a
valorar más” o bien “van a poder empezar su tan ansiada incursión en la vida
laboral”.
De toda la “fuga de cerebros” europea, los italianos y
los españoles somos los que más emprendemos ese viaje que, lejos de parecer
idílico, se antoja bastante arduo sobre todo en los principios.
En cuanto a la razón de este flujo migratorio.
No debemos olvidar que desde el siglo XIX hemos sufrido
un continuo crecimiento de salidas de personas, aunque se ha ido agudizando a
raíz de la crisis financiera que nos acechó entre los años 2007-2017. En esa
época más de 87.000 españoles con titulaciones superiores (universitaria o de
formación profesional), se fueron a otros países, en especial europeos. Pero
hay un problema, y es que casi la mitad de los titulados acaban cogiendo las
maletas.
En cuanto a las razones de por qué nos vamos, destaco 3: Aprendizaje
de un nuevo idioma, la falta de oportunidades laborales, y la mejora de la
situación actual, y sus mejoras laborales y/o económicas.
Sin embargo, ¿Cómo desde las empresas y, más en
concreto desde el departamento de RR.HH. podemos afrontarlo?
Bajo mi punto de vista, este potencial humano es y debe
ser un gran activo para las empresas. Al fin y al cabo, quien ha salido de su
“zona de confort” está más que preparado a los cambios que las empresas
indudablemente sufren.
Desde el departamento de RR.HH, a lo largo de la
selección del personal deberíamos valorar este potencial tanto profesional como
personal. Bajo esta posición, debemos hacernos una pregunta, y es: ¿Qué
queremos? Personas jóvenes y/o con un bagaje profesional increíble, o bien
personas con una trayectoria humana en la que aparte de aportar conocimientos teóricos
a las empresas, otorguen a estas valores y entidad.
Creo firmemente que desde el departamento de RR.HH
deberíamos valorar muy en positivo a estos “luchadores” que han estado
ejerciendo profesiones muy distintas a las que demandamos, puesto que todo contribuye
a la entidad de marca.
Una vez que tengamos claro qué puesto queremos cubrir,
tenemos que saber qué competencias y/o valores nos ofrece la persona a la que
tenemos delante. Y eso, es a lo que debemos enfocar nuestros esfuerzos.
Hay algo fundamental a la hora de contratar o valorar a
un candidato es: LOS VALORES.
Con esto me refiero, a la ejemplaridad que puede otorgar
a la empresa. La “resiliencia” (capacidad para ver lo bueno de lo que ocurre,
incluso en los momentos malos) es algo que las personas que han vivido fuera
conocen, y conocen muy bien. Al fin y al cabo, estos valores vienen inherentes
a la persona, y solo ella puede dar ese punto importante a su puesto y al día a
día en su trabajo. Los valores no se aprenden y claramente cuando valoramos
candidaturas, lo único que no conocemos de las personas que tenemos enfrente es
“cómo son”. No hay que olvidar que la empresa es un conjunto de personas, y eso
hay que tenerlo muy en cuenta ya que pasará muchas horas de su vida en el
puesto junto a otros. Compartir valores y aportar valores nuevos es algo que,
bajo mi punto de vista, debería suponer más de la mitad de la valoración final
de la candidatura.
La adaptabilidad a nuevos cambios, creatividad,
autorrealización, supervivencia, constancia… no lo enseñan los libros, sino las
experiencias de estas personas a lo largo de su vida.
martes, 24 de noviembre de 2020
¿Es la sobrecualificación una desventaja? por Nerea Fernández Cuesta
Desde el departamento de Recursos Humanos durante los procesos de selección de personal nos tenemos que enfrentar a esta situación, pero, ¿cómo debemos reaccionar ante candidatos sobrecualificados?, ¿debemos asumirlo como una ventaja o como un inconveniente?
Pues bien, este tema me parece muy interesante porque todo depende de cómo lo gestionemos, y desde qué punto de vista lo afrontemos.
Algunas personas pueden valorarlo como algo negativo a la hora de seleccionar personal, asumiendo que el puesto de trabajo no va a cumplir las expectativas laborales de la persona que lo solicita, y que va a afectar negativamente a su motivación, productividad e implicación laboral. Ante esta postura, muchos candidatos reducen su cualificación académica en los currículums para hacerlos más atractivos durante los procesos de selección a la hora de optar a puestos de menor cualificación. Esto es algo negativo tanto para el candidato, como para la empresa, ya que se produce una pérdida de conocimiento y oportunidades. Además, si finalmente el candidato es elegido para el puesto, va a partir desde la frustración e infravaloración.
¿Pero, y si lo tomamos como una ventaja? Desde el departamento de Recursos Humanos debemos ser capaces de explotar al máximo las cualidades positivas de las personas, y así conseguir un equipo diverso, motivado y feliz.
En el caso de las personas sobrecualificadas puede parecer más complicado, pero si lo gestionamos de forma correcta y tenemos en cuenta algunos puntos clave podemos aprovechar todos esos conocimientos y habilidades adicionales a favor.
En primer lugar, creo que es importante fijar expectativas honestas. Es decir, debemos ser capaces de transmitir cuales van a ser sus posibilidades reales dentro de la empresa. Esto evitará sensación de frustración y desanimo. Para esto es necesario contar con vías de comunicación eficaces y cercanas, que nos permitan conocer en qué situación se encuentran las personas, cuáles son sus preocupaciones y si se consideran valorados.
En segundo lugar, dotar de mayor autonomía, responsabilidad y confianza. Si favorecemos que las personas puedan utilizar sus conocimientos y habilidades a la hora de desarrollar su trabajo, ayudaremos a que sean conscientes de su responsabilidad sobre los resultados obtenidos, y evitaremos que aparezca esa sensación de insatisfacción que puede llevar a la desmotivación y el desinterés. Contar con personas provenientes de diferentes ámbitos académicos y profesionales, puede ser una gran oportunidad para la empresa, ya que pueden aportar ideas innovadoras desde sus diferentes perspectivas.
Y, por último, algo que a veces podemos dar por sentado pero que no siempre tenemos en cuenta, es reconocer el trabajo bien hecho y valorar el esfuerzo realizado. Dar por hecho que las personas hacen su trabajo simplemente porque reciben una remuneración a cambio, me parece una lectura muy simplista de la situación. Todos necesitamos que valoren nuestro esfuerzo, y recibir palabras de reconocimiento nos aporta esa motivación extra y esa confianza en nosotros mismos que muchas veces podemos necesitar.
Retos de los Recursos Humanos cuando se ha llevado a cabo un proceso de Merger & Acquisition (M&A), por Alejandra Guerra Luna
El razonamiento detrás de las M&A generalmente es la necesidad de crecimiento y expansión, entendiendo que dos empresas separadas juntas crean más valor con el objetivo de ganar mayor cuota de mercado y favorecer su crecimiento de forma acelerada. Cambiar su tamaño y su posición competitiva.
Lo normal es que un proceso de tal envergadura sea planificado, pero ¿qué pasa si no es así? ¿Qué rol juega Recursos humanos? ¿qué retos debemos afrontar?
¿Se nos ocurre algo más? En definitiva, son muchos los retos y desafíos que tendremos que afrontar.
Tengamos en cuenta el Employee Journey Map, y la experiencia del trabajador dentro de la organización:
1. Lo primero es pensar en la dimensión de la nueva organización y los puestos existentes:
¿Qué perfiles necesitamos y cuáles tenemos?
¿Podemos adaptar los puestos a las personas que queremos enamorar para que crezcan en la organización?
2. ¿Cómo gestionamos el Onboarding? Debemos pensar en este proceso no solo para las personas que vamos a contratar ¿y las que ya tenemos? ¿Tenemos lideres listos que acompañen esta transición?
3. Trazar una estrategia de Comunicación en beneficio de los trabajadores.
No hay que olvidar que las M&A pueden llenar de incertidumbres e incógnitas a las personas de las organizaciones afectadas que debemos responder y explicar con franqueza y la máxima transparencia desde el primer momento en que saltan rumores y noticias.
Queremos que sepan qué les deparará el futuro.
4. Tener en cuenta su día a día y su futuro.
Nos corresponde pensar y trabajar para hacer que todas las personas que forman la nueva
organización formen parte activa y sumen a esta transición. Es momento de tener momentos de feedback y repasar los planes individuales:
En estos momentos de acercamiento es más importante que nunca el repasar la pregunta
¿Qué esperas de mi como organización? Pueden surgir ideas para afinar o reinventar los
salarios emocionales.
¿Cómo te podemos ayudar a cumplir con los objetivos? Posiblemente se abran nuevas
rutas u oportunidades para ajustar los planes de carrera, necesidades de formación, etc.
Conclusiones:
Perder el miedo al cambio en el entorno empresarial es una de las claves para la construcción de trabajadores polivalentes, y es ahí donde nosotros debemos estar presente, siempre optimizando las capacidades y talentos. Gestionar el cambio, como siempre, es un factor de éxito.