Recientemente ESCP Business School, el webinar “Networking: Your profesional success one relationship at a time” se reafirmaba que el networking es una práctica cada vez más utilizada en el mundo empresarial y emprendedor. Y es que, ya en 2019, un estudio lanzado por Lee Hecht Harrison, división de Addeco Group muestra que en España, de media, 5 de cada 10 candidatos son recolados gracias al networking.
¿Qué es el networking? Es una filosofía empresarial que consiste en establecer redes profesionales de contactos que nos permiten darnos a conocer nosotros, escuchar y aprender, en cultivar las relaciones interpersonales y el intercambio de experiencias entre profesionales para generar oportunidades y enriquecerse.
El networking ha ido evolucionando a lo largo del tiempo, desde una forma más básica y personal, del boca a boca de contactos, pasando a una forma más avanzada, con una red social propia (linkedin) y a la organización de eventos para favorecer esta red de contactos. Es tanta su importancia, que es algo que incentivan las escuelas de negocio y universidades dentro de sus planes de formación.
Desde un punto de vista empresarial el networking da visibilidad a nuestra empresa o nuestra marca, te permite conocer nuevos proveedores o empresas con las que colaborar, permite llegar a nuevos clientes, mejora tus habilidades profesionales, generas un grupo de contactos de tu mismo entorno empresarial con los que intercambiar información valiosa y generar sinergias y, lo más importante, es una herramienta para atraer talento hacia tu empresa.
Por otro lado, a nivel profesional el trabajar una red de contactos permite generar nuevas oportunidades profesionales para mejorar tu futuro profesional, acercándote a empresas y profesionales de los sectores que más te interesen, manteniendo el contacto con ellos. Además te permite aprender y estar actualizado de los contenidos corporativos que te interesen.
Por ello, el networking es un recurso que hay que trabajar como una parte más de la empresa o como un activo importante para mejorar o conseguir un puesto de trabajo, en el caso de profesionales. Trabajar en nuestro perfil de Linkedin, acudir a una charla, evento, feria… o incluso unas “cañas networking” van a permitirte incrementar esta red de contactos que pueden ser potenciales activos.
Tal es su importancia que Morgan Philips Group ha creado recientemente el Club 5000, una plataforma que reúne a profesionales afines de diferentes sectores en más de 20 países, como herramienta que facilita el networking entre profesionales, contando además con acceso a contenidos exclusivos.
El pasado 14 de marzo de 2020 se proclamó en toda España el Estado de Alarma por el Presidente del Gobierno. Hay que frenar la propagación del COVID-19 y para ello, todos los españoles debemos quedarnos confinados en nuestras casas y todos los trabajadores no esenciales no acudirán a sus centros de trabajo, implantándose el teletrabajo para los afortunados que puedan seguir haciéndolo desde casa, facilitando ERTES para las empresas y, en el peor de los casos, despidos.
Pero, ¿y los niños y las niñas? ¿Qué ha ocurrido con ellos en medio de todo este proceso? ¿Cómo están sufriendo las familias esta crisis sanitaria?
En Madrid, se tomó la medida del cierre de los colegios el 11 de marzo, fecha desde la cuál, los alumnos ya no acudirían a los centros. Los niños no pueden acercarse a las personas mayores, ya que son población de riesgo ante el contagio; los niños no pueden quedarse con sus abuelos, los colegios están cerrados y los padres aún siguen trabajando. Ante la falta de medidas para la conciliación miles de trabajadores y trabajadoras tienen que solicitar permisos no retribuidos, días de asuntos propios, vacaciones…
No es hasta el 17 de marzo, una semana después del cierre de los colegios, cuando se publica el Real decreto 8/2020, de medidas urgentes extraordinarias para hacer frente al impacto económico y social del COVID-19. A partir de este momento, las personas trabajadoras tendrán derecho para conciliar a una reducción especial de la jornada de trabajo en las situaciones previstas en el artículo 37.6 del ET (Quien por razones de guarda legal tenga a su cuidado directo algún menor de doce años o una persona con discapacidad), cuando concurran las circunstancias excepcionales de edad, razones de enfermedad y criterio de discapacidad. Además de estas tres circunstancias, que necesiten de cuidado personal y directo como consecuencia del coronavirus, incluyendo las decisiones de cierres de centros educativos o de atención de persona necesitada. Con la reducción proporcional de su salario.
Y lo pongo en negrita porque lo considero importante, ya que el Real Decreto matiza “la reducción de jornada especial la tienes que comunicar a la empresa con 24 horas de antelación, y podrá alcanzar el cien por cien de la jornada si resultara necesario”. ¿qué ocurre entonces con esas familias monoparentales que de la noche a la mañana encuentran los centros educativos cerrados, no pueden dejar a sus hijos con los abuelos y deben reducir su jornada laboral al 100% puesto que es imposible acudir a sus centros de trabajo dejando a sus hijos menores solos en casa? ¿Qué fuentes de ingresos perciben más allá de la caridad social y promesas de ayudas sociales que a día de hoy aún no han llegado o que directamente son insuficientes?
¿Realmente esto es conciliación? NO. Nos encontramos en una situación en la que no existe conciliación de vida familiar y laboral. Te encuentras con la opción de poder seguir trabajando adaptando o reduciendo la jornada laboral, teletrabajar, debiendo ser soporte y ayuda en la teleformación de nuestros hijos, ocuparnos de la casa, de que los niños estén atendidos, comidas, compras… Todo ello, junto a la reducción de salario porque, a pesar de trabajar más, convertirse en educadores de nuestra propia prole no es un trabajo remunerado, es una obligación que asumimos de manera natural a la hora de ser padres.
El Ministerio de Educación ya ha adelantado que no cree posible una normalidad en la vuelta al curso escolar de los niños en septiembre, puesto que sería imposible mantener la distancia social obligatoria entre alumnos, profesores, padres y todas las personas implicadas en el ámbito educativo, por lo que se baraja la posibilidad de que, al menos la mitad de los estudiantes, sigan el curso a través de la tele educación o de manera semipresencial.
El 8 de mayo comenzaron las fases de la desescalada y cada vez más personas van volviéndose a incorporar a sus puestos de trabajo sin medidas reales de conciliación en esta situación de crisis ante una pandemia que, ya ha anunciado quedarse en nuestra sociedad.
Ante esta situación, la Junta de Castilla y León ha convocado unas subvenciones destinadas a la conciliación de la vida personal, familiar y laboral a través de Resolución con fecha de 6 de mayo de 2020, de la Gerencia de Servicios Sociales. Podrán solicitarlas las personas trabajadoras que hubieran iniciado el ejercicio del derecho de reducción de jornada o de excedencia y la cuantía máxima de la misma será de 1.500 €, que podrá incrementarse en 1.000 € más, como máximo, en los casos de familia numerosa o familia monoparental. El plazo de solicitud finaliza el 31 de agosto, no obstante, debemos tener en cuenta que esta situación excepcional de crisis sanitaria se va a prolongar en el tiempo y lo que estamos acostumbrados a llamar normalidad social y laboral, va a tardar años en regresar, por lo que habrá trabajadores y trabajadoras que tengan que recurrir a la reducción de jornada o excedencia a partir de septiembre cuando comience el curso escolar y ya no podrán acogerse a estas ayudas económicas. Por lo que una vez más, es un parche insuficiente.
Como consecuencia, nos encontramos con que España, que ya era un país débil en términos de conciliación dentro de un Mercado laboral hasta ahora de difícil acceso para las mujeres, puesto que ante imposibilidades de conciliación familiar, las mujeres interrumpían su carrera laboral por ese motivo siete veces más que los hombres - según el INE -, con esta crisis, hemos perdido en tres meses todos los avances que en diez años habíamos hecho las mujeres.
La conciliación ha sido una de las medidas que ha caído en el olvido con todo el confinamiento, brillan por su ausencia, siendo las familias (sobre todo las monoparentales) abandonadas a su suerte durante toda esta crisis.
Las empresas deben estar preparadas para toda esta realidad y recordar que el teletrabajo nunca fue una solución real para conciliar, sino para ayudar a adaptar la jornada laboral, ya que elimina los desplazamientos, pero no la carga de trabajo. Que las reducciones de jornada y las excedencias forzadas no son un avance en temas de conciliación. Es hora de comenzar a pensar en jornadas más flexibles, en turnos y horarios diferentes, en reducciones de jornadas sin que impliquen reducciones de salario.
Ha llegado el momento empezar a trabajar en la conciliación real adaptada al paradigma social y laboral al que nos toca adaptarnos a vivir, es hora de comenzar a negociar pack de medidas reales ante la vuelta inminente a un mercado laboral hundido en una crisis económica y no dejar que la brecha de género se pueda agrandar indefinidamente a través de reducciones de jornadas y excedencias por cuidado familiar si las instituciones no asumen la carga de cuidados. Debemos impedir el crecimiento del techo de cristal.
En este sentido, el Club de las Malas Madres a través de Change.org ha lanzado una petición dirigida a Pedro Sánchez exigiendo medidas reales para la conciliación con el lema: “Exigimos medidas urgentes para conciliar y no renunciar #EstoNoEsConciliar” en la que se pide lo siguiente:
• Teletrabajo por imperativo legal (como medida correctora temporal, dada la actual situación de emergencia). • Facilitar la adaptación de jornada y la reducción de la misma sin pérdida salarial, siendo el Estado el que asuma el coste. • Ayuda retributiva para la contratación de personal para aquellas familias en que todos los progenitores o tutores legales estén trabajando fuera del hogar.
Ayuda firmando la petición de Medidas Urgentes para Conciliar y No Renunciar
Como madre y mujer, quiero terminar con una reflexión de Joaquín Nieto, Director de la Oficina de la OIT para España, para que todos pensemos un poco sobre ella: “Las obligaciones del cuidado podrían recaer sobre las mujeres, siendo las que se ven presionadas a renunciar cuando no es posible el teletrabajo. Lo que podría suponer un retroceso en los avances conseguidos para reducir las brechas de género”.
¿Cuáles son las responsabilidades que tienen que asumir el área de Recursos Humanos ante la situación del Coronavirus?
Esta pandemia está teniendo una gran repercusión en la vida personal porque nos preocupamos por la salud y el bienestar de nuestros seres queridos mientras que el ámbito laboral millones de personas están y estarán en el paro. Además, la situación económica afecta y afectará a la mayor parte de las empresas especialmente las PYMES, los autónomos y sectores como las aerolíneas, el ocio, la cultura y el turismo.
El ámbito de los Recursos Humanos juega un papel importante y sustancial para la recuperación de la actividad laboral y económica empresarial. Por ello, los responsables de Recursos Humanos han tenido que adaptarse ante dicha situación (gestionándolo de la mejor manera posible) y aplican medidas para conseguir que los empleados puedan aportar todo su potencial creativo e innovador de manera que influya positivamente en la productividad. Las medidas más destacadas que han aplicado son:
El teletrabajo ha supuesto un cambio para la mayoría tanto para los trabajadores como las empresas para poder seguir con sus actividades, evitar aglomeraciones y cumplir con las nuevas normativas. Esta herramienta permite mejorar la conciliación, la flexibilidad, los gastos y el bienestar de los empleados. Sin embargo, el principal problema es el entrometimiento de la vida laboral en la familiar ya que el cierre de las escuelas provoca límites entre el trabajo y el espacio personal lo que, en ocasiones, conlleva dificultades que suponen un problema a la hora de concentrarse.
Espacios con separación de zonas, que permitan distribuir a las personas en grupos según la situación, es decir, adaptar los puestos para que cuenten con espacio suficiente.
La salud está por encima de todo y, por ello, las empresas saben que se debe de cuidar a los empleados. También, es importante la comunicación y mantenerles informados de forma clara y eficaz. Para ello, se ha propuesto un protocolo de higiene, salud y seguridad, que habla de mantener la distancia de seguridad, el uso de máquinas desinfectantes, guantes, mascarillas… a través de carteles informativos, señales, marcas en el suelo... para que sientan que la empresa está teniendo en cuenta su bienestar. Además, hay empresas que se preocupan por la salud emocional de los empleados y les hacen test de evaluación para saber su situación y si necesitan ayuda.
Videoconferencias para hablar sobre temas que pueden preocupar a los trabajadores o a la propia empresa y plataformas online para dar cursos de formación.
En mi opinión, no debemos de olvidar que el lugar de trabajo es clave para la socialización de las personas, es decir, reflejamos nuestra cultura y contamos nuestras experiencias. También, hace fluir la cooperación y ayuda a crear ideas que permitan a las entidades superar esta situación.
Para terminar, me quedo con una frase de Javier García, director general de Wacht&Act, que dice “el coronavirus impulsara un cambio cultural en las empresas” ya que los efectos que ha producido esta pandemia no desaparecerán cuando las empresas recuperen la normalidad. En definitiva, las claves del cambio y los nuevos desafíos que deben de afrontar las corporativas supondrán que, tras el final del estado de alarma, pasarán por un cambio en la manera de entender el espacio de trabajo.
¿Si pudiésemos retroceder en el tiempo y borrar acontecimientos históricos difíciles para el hombre lo haríamos?
Resulta complicado, casi imposible, poder responder tajantemente a esta pregunta. A medida que me lo planteo, me van surgiendo cada vez más dudas e inevitablemente las relaciono con mi propia existencia. E instintivamente me cuestiono: “¿Qué sería de mí sin todas las dificultades que he atravesado a lo largo de mi vida? ¿Habría llegado a ser la persona que hoy en día soy?”. Probablemente tampoco encontraré una respuesta a esta pregunta pero, si algo tengo claro, es que los acontecimientos que percibimos esencialmente negativos en nuestra vida presente, pueden otorgarnos aprendizajes cuyas consecuencias serán positivas en nuestra vida futura.
Actualmente, y como muchas veces hemos experimentado en épocas anteriores, la humanidad está atravesando un momento de caos. Una gran parte de nosotros se siente limitada, vacía, impotente, desesperanzada, apresada entre unas paredes que nos recluyen, desconectada de una realidad incierta.
Por otro lado, otra gran parte de la población ha sido puesta en jaque. La situación ha sido tan intensa y repentina que ha obligado a muchos a sacar su mejor versión hasta la extenuación. Obligados a rendir por encima de sus posibilidades, forzados a mostrar una imagen externa que muchas veces no se corresponde con las vivencias internas, exigidos a adaptarse a una lucha constante contra el miedo y la incertidumbre.
Faltan las palabras a la hora de hablar de las víctimas que han sufrido esta guerra de primera mano. Los auténticos guerreros de primera fila: todos aquellos que han perdido a un amigo, a un abuelo, a un hermano, a un ser querido. Todos aquellos que se han ido, para mí, son los auténticos héroes, aquellos que han batallado a pesar de que la contienda haya concluido en una amarga derrota.
Así, nos aferramos a la idea de despertar pronto de este mal sueño, de esta pesadilla, pues, tal y como reza la expresión “después de la tormenta llega la calma”, esto pasará, desaparecerá, y tan sólo pervivirá en nosotros a modo de triste recuerdo. Y aquellas personas cansadas y heridas recuperarán la calma, aquellas detenidas y desesperanzadas encontrarán de nuevo su propósito. El equilibrio se restaurará y obtendremos algo que perdurará para siempre: lo aprendido.
Por último y en lo que a mi campo se refiere, destacó la inteligencia emocional por encima de otros aprendizajes porque, en mi opinión, esta pequeña parte de la historia mundial nos ha forzado a ser mejores personas (que quizá es algo que nos hacía falta), el miedo nos ha unido y la solidaridad ha sido el resultado, la calma ha sido arrebatada y el valor de los pequeños momentos, restablecido. ¿Qué sería de nosotros sin todas las piedras en el camino?
“Vive como si fueras a morir mañana. Aprende como si fueras a vivir para siempre” Mahatma Gandhi (1869-1948)
¿Algún miembro de tu equipo tiene pasado en las Fuerzas Armadas? Si no conoces a nadie o no has tenido esa experiencia, déjame que te muestre los beneficios de contar con un veterano dentro de tu equipo.
En España está estipulado que nuestros militares de tropa deben cesar su ejercicio profesional a los 45 años. Existe un examen para prolongar esta relación laboral, pero las plazas son muy limitadas y el examen bastante exigente. Si mezclamos estas condiciones con el alto nivel de exigencia propio de un profesional de las Fuerzas Armadas, hace que un porcentaje muy pequeño consiga superar dicha prueba. Este debate empieza a extenderse en la sociedad, debido a la gran cantidad de militares profesionales que finalizan su relación con el Ejercito al alcanzar esa edad.
Por eso en 2012 se creó el SAPROMIL, Sistema de Aprovechamiento de Capacidades Profesionales del Personal Militar, que es un programa puesto en marcha por el Ministerio de Defensa con el fin de proporcionar apoyo al personal militar que quiera incorporarse al mundo laboral civil. Aunque es un avance, se encuentra lejos en cuanto a resultados, de otros países de nuestro entorno que facilitan en mayor medida, el paso de militares a empresas privadas.
Una vez explicado el contexto y antes de profundizar en las competencias que estos profesionales poseen, me gustaría hacer mención al sacrificio que hacen estos profesionales cuando adquieren este compromiso con nuestro país. Su reinserción a la vida civil presenta enormes desafíos.
Una de las maneras más simples de ayudarlos en esta transición es asegurándonos de que encuentren un empleo digno y bien remunerado. Cuando acuden al mercado laboral la preparación técnica en algunos casos es insuficiente, pero esto se contrarresta con el desarrollo de competencias propias del ámbito militar, como son:
Responsabilidad En estos días grises, hemos podido ver como nuestros militares se desplegaban a lo largo del territorio nacional desinfectando lugares críticos o montando hospitales de campaña en tiempo record. Un profesional de las Fuerzas Armadas a lo largo de su carrera se ve envuelto en situaciones límites que forjan un carácter firme y responsable. Podemos decir que esta competencia es adquirida por todos nuestros militares. Las tareas que ejecutan y las herramientas que utilizan en el día a día hacen de la responsabilidad una competencia capital. Si tú, como empleador, requieres de una persona responsable para un puesto vacante en tu organización y te cruzas con alguno de nuestros héroes, no lo dudes y dale una oportunidad.
Disciplina Propia de la institución militar, nuestras Fuerzas Armadas inculcan un profundo sentido de responsabilidad y disciplina, y eso es algo que la mayoría de los ex militares lleva consigo cuando salen del Ejército. Esta competencia ayuda a alcanzar altos estándares de calidad y a preservar el buen clima laboral.
Jugadores de equipo Desde el primer momento que nuestros militares entran en los centros de instrucción se les asigna un binomio, un compañero inseparable, con el que compartirán la mayor parte de las experiencias y con el que crearán fuertes vínculos de amistad y fidelidad. Cuando se termina la instrucción y se incorporan a los destinos son incardinados en secciones, escuadrones o compañías, extendiendo así los lazos con otros compañeros. Si navegamos por cualquier lugar de internet y buscamos cuales son las competencias esenciales para un puesto de trabajo, el trabajo en equipo es por excelencia la más demandada.
Enfocados en la misión Nuestros militares conocen lo que significa completar la misión encomendada y la subsiguiente satisfacción del deber cumplido. No hay ninguna organización que supere a las Fuerzas Armadas, cuando hablamos de alcanzar los objetivos. Si en tu empresa tienes un objetivo específico, elegir a un veterano para que forme parte de tu equipo, es una muy buena opción, lo tomará como una misión propia y no descansará hasta entregar los resultados Si somos capaces de sacar partido de estas competencias acompañándolas de un plan de formación efectivo, tendremos un personal con un alto grado de responsabilidad, disciplinado, proactivo, acostumbrado a trabajar bajo presión y a trabajar en equipo, al margen de su humanidad, y de su responsabilidad para con la sociedad, que significará un activo muy importante dentro de nuestra organización.
“Aquí la necesidad no es infamia; y si es honrado, pobre y desnudo un soldado tiene mejor cualidad que el más galán y lucido; porque aquí a lo que sospecho no adorna el vestido el pecho que el pecho adorna al vestido.
Y así, de modestia llenos, a los más viejos verás tratando de ser lo más y de aparentar lo menos.”