Organizaciones con Alma por María Mata
Desde el punto de vista empresarial uno de los
factores relevantes por los que se crea una empresa es para ganar dinero
pero, ¿a costa de qué? ¿Somos realmente conscientes de cómo llevamos nuestras
organizaciones? ¿Nos damos cuenta de la responsabilidad que tenemos con las
personas que trabajan en nuestras empresas? ¿Podemos humanizar más a la
empresa? ¿Sabemos que la satisfacción de nuestros colaboradores es uno de
nuestros mejores activos? ¿Cómo podríamos crecer entorno a esto?
Mi punto de vista es que en el siglo XXI a muchas
organizaciones les faltan ética, valores, normas y principios que son puntos
claves en el día a día para sus colaboradores y para la sociedad. Y es que
la ética de los empresarios o los hombres de negocio es crucial en sus
empresas.
Pensamos que al estar de moda los valores, es suficiente con
que estos figuren sobre una normativa, sin embargo de nada sirven si no
los incorporamos realmente a la vida de las empresas de modo orgánico y
constante. La empresa ha de identificar sus valores y estudiar el modo de que
estos estén presentes en el trabajo de sus colaboradorespara ello ha de implementar un plan de formación en el que
transmita estos activos de un modo creíble y factible para llevarlos a cabo. Los directivos deben ser los primeros en aplicar estos
principios desde su puesto. Hoy en día está de moda que las organizaciones sean transparentes,
pero de nada sirve que esto figure en su know how si los directivos no son
francos con sus trabajadores y no son capaces de hacerles partícipes de la
marcha de la empresa, o informarles de la satisfacción o insatisfacción acerca
del trabajo que realizan.
Algunas empresas carecen de integridad, esto es una tarea
que los directivos han de llevar a cabo tras identificar los valores de la
empresa, y por otra parte es necesario estudiar el modo en que estos valores se
van hacer realidad.
Por ejemplo, si unos de los valores de la empresa es la
prioridad de la atención al cliente externo se ha de verificar y fomentar
que todos los colaboradores compartan realmente este interés por el
cliente externo.
Es importante identificar que para todos los colaboradores
este valor es una prioridad y establecer la normativa por la que se garantice
que esto se va a llevar a cabo. Las normas externas son en este sentido mucho
más débiles que la convicción interior sobre la importancia de ese activo en
cada uno los miembros de la empresa. Las organizaciones que dan realmente importancia a sus
valores no se conforman con la fachada sino que procuran que el servicio que
ofrecen sea autentico. Parece que a veces nos olvidamos que una empresa se sostiene
dependiendo de la calidad del equipo humano que trabaja en ella. Cuidémosles! Desde mi punto de vista de trabajadora, hay un gran
recorrido para mejorar en las organizaciones, es necesario que cada uno de los
colaboradores estemos comprometidos verdaderamente con nuestras organizaciones
haciendo propias las políticas y valores de nuestras empresas y aplicándolas hasta en los más pequeños detalles, que son los que al final marcan la
diferencia.
Cada uno de nosotros es responsable de la excelencia o mediocridad
del trabajo que lleva a cabo, el constante afán de aprender no solo es
responsabilidad del departamento de formación, sino que cada uno de los
empleados hemos de tener la iniciativa suficiente, para poder aportar
crecimiento para la empresa dentro de su identidad propia. Es necesario poner
ilusión, ganas y pasión en cada una de las tareas que llevamos a cabo. Todos
estos elementos además de aportar excelencia a la empresa son factores de
desarrollo y satisfacción personal.
Cada uno de los colaboradores deberíamos encontrar una razón
para hacer las cosas de este modo!!
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