“La transformación de los RRHH, el impacto de las nuevas tecnologías y el compromiso de los empleados en un entorno de continuos cambios…van a ser claves en aquellas empresas que quieran ser competitivas”.
Así comienza un artículo que leí el pasado 4 de febrero en www.expansion.com, “La visión de 20 Directores de RRHH”. Personalmente, no puedo estar más de acuerdo.
Está claro que vivimos un momento de grandes cambios, se avecina, o eso esperamos todos, una fase de crecimiento económico, una progresiva salida de esta crisis que ha hecho perder la esperanza y la perspectiva a tantas personas.
Se habla mucho de las nuevas tendencias en la Gestión de Recursos Humanos; el Big Data, se consolida como una potente herramienta para poder predecir hechos futuros, contando con un incalculable número de datos. El empleado 3.0, una nueva visión de las personas, más global, más flexible, más disponible en el tiempo y en el espacio, que maneja las redes sociales y está en red dentro y fuera del trabajo.
Está muy bien, y es el futuro, pero ¿Podemos hacer cosas más sencillas primero? ¿Se puede pensar en una estrategia de Recursos Humanos que trate de conseguir la excelencia y la sostenibilidad?
Ahora, más que nunca, considero que los directores de Recursos Humanos, y los que nos estamos formando en esta función para llegar a ser profesionales en este área de la empresa, tenemos la oportunidad y la responsabilidad, de intentar gestionar ese cambio de manera coherente y responsable. No se puede crecer de cualquier manera, no se puede salir de la crisis creando puestos de trabajo precarios, aprovechándonos de la necesidad de empleo que hay en estos momentos, que solo traerá a nuestra empresa personal desmotivado.
Es el momento de desarrollar el talento dentro de la empresa, de reconocer el esfuerzo de nuestros trabajadores, ¿existe un refuerzo mayor, y con menor coste, que hacer saber a un colaborador el beneficio que aporta a la organización con su excelente trabajo?
Es el momento de establecer un sistema retributivo justo y equitativo, para que los trabajadores se sientan valorados y sean capaces de pensar, de crear, de mejorar, de aportar ideas, en vez de focalizar sus pensamientos en su insuficiente salario o en sus malas condiciones laborales.
Afortunadamente, en los últimos meses, he tenido oportunidad de conocer empresas que sí hacen lo que dicen, que realmente creen, que el valor de una empresa reside en las personas que la integran, y que su motivación es el motor para conseguir grandes cosas.
Creo que hay mucho trabajo por hacer, pero si de verdad queremos conseguir un cambio, y queremos empresas competitivas, tenemos que ser líderes de ese cambio, y abrir la mente a una nueva era en la que los Recursos Humanos van a ser un factor de éxito…ahora más que nunca.
Una entrada repleta de optimismo... todavía queda esperanza!
ResponderEliminarCoincido en todo lo que expones, Beatriz. No podemos permitir que esta crisis suponga un recorte en el "recurso" más importante de las empresas: las PERSONAS. Debemos aprender que el estado de ánimo de las personas en sus trabajos, que su compromiso y su motivación son el factor determinante que puede hacer resurgir o hundir casi cualquier empresa. Formemos equipos motivados, reconozcamos el valor de su trabajo, y aunque la situación económica esté mal a fuera, tendremos personas felices y comprometidas con la empresa, que desempeñarán su trabajo de forma más efectiva.
Saludos,
Helena