Sin duda, todos necesitamos cuentos de hadas porque muchas veces la realidad es dura y los cuentos nos recuerdan que los finales felices aún son posibles.
Hace poco leí esta frase: “Hay que inyectarse cada día de fantasía, para no morir de realidad” y pensé: ¡Qué gran verdad!. La imaginación, la ilusión, la motivación…son el combustible que enriquecen nuestras vidas, el secreto para seguir adelante.
Que nos mueva la ilusión. Como creamos que algo que hacemos no servirá finalmente de nada, nos desmotivaremos, acomodándonos en un estado improductivo, bloqueados y dejándonos llevar por las circunstancias.
En cambio, cuando tenemos ilusión y creemos en el éxito final, sorteamos los obstáculos que se nos presentan y buscamos siempre los mejores recursos para obtenerlo.
Los sueños hacen que el esfuerzo que realizamos merezca la pena. Así que si tienes una ilusión, como dice Benedetti en su poema: “No te rindas, que la vida es eso, continuar el viaje, perseguir tus sueños…”.
Muchas veces no podemos cambiar situaciones o circunstancias dolorosas o problemáticas, es como si no tuviéramos libertad en relación con nuestro entorno Sin embargo, sí que tenemos libertad para elegir nuestra actitud para afrontarlas, para ser flexibles ante lo que nos encontremos por el camino, para gestionar mejor nuestras emociones y dependiendo de esa elección, transformaremos nuestra realidad.
En resumen: actitud positiva, aceptación e inteligencia emocional. Siempre se pueden convertir los problemas en oportunidades para aprender, y este aprendizaje no es saber más, es observar mejor. Es algo sin límite que no termina nunca. La clave, por tanto está en la Actitud.
La vida es irónica y contradictoria, se necesita tristeza para conocer la felicidad, ausencia para apreciar la presencia e incluso enfermedad para valorar la salud. La incertidumbre, el miedo o los altibajos emocionales, forman parte de nuestra existencia, es el precio que tenemos que pagar para darnos cuenta precisamente de lo contrario.
La vida no es un camino de rosas, todos tenemos problemas y lo que es seguro es que los vamos a seguir teniendo. Muchas veces tendremos ganas de tirar la toalla, y cuando eso ocurra, cogedla, secaos el sudor con ella y seguid adelante. Cuanto antes lo asumamos antes empezaremos a ser felices.
Así que llego a la conclusión: que siempre hay que comprometerse con lo que creemos, tomar las cosas de la forma más positiva posible, ser agradecido, rodearnos de la gente que nos quiere y seguir adelante, sin temor a las dificultades.
De hecho, dicen que todo es difícil antes de ser fácil y que las dificultades preparan a la gente normal para destinos extraordinarios.
Tenemos todo el derecho a ser felices, pero nos toca a nosotros ejercer ese derecho, así que… no te rindas!!!.
Enhorabuena por el artículo y que necesario se hace en estos momentos. :)
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