- ¡Rinnnng
Rinnnng!
- Buenos
días, si quiere hablar con administración marque 1, si quiere hablar con
intervención marque 2, si quiere hablar con el departamento jurídico marque 3,
si quiere hablar con informática marque 4, si quiere….
Tras
esta respuesta me quedé bloqueado…, después de unos segundos realicé la gestión
deseada. El estupor surgía porque había desaparecido la
persona que durante largos años
atendía el teléfono distribuyendo las llamadas y realizando la atención directa
en la recepción.
Actualmente
puede parecer obvio pensar que una centralita realice la misma función y que
ese puesto sea “innecesario”; sin embargo la mera contestación de “alguien” al otro lado del teléfono
establecía un primer contacto más cercano.
Además,
en mis llamadas empatizaba con los estados de ánimo de la recepcionista: se le
podían reconocer días agobiados, alegres, cabreados,….como los que tenemos
todos.
Este
hecho puntual se corresponde con la radical transformación a la que nos aboca
la tecnología: sustitución de puestos de
trabajo y cambios en nuestros hábitos laborales.
La
ciencia-ficción nos ha revelado desde hace años 2 caminos en esta relación del
hombre con la máquina. Por un lado, aparece la teoría de la tecnologización donde los robots
realizan progresivamente tareas “humanas” y acaban sustituyendo a estos. (HAL
9000 en “Una Odisea en el Espacio” = centralita telefónica, ordenadores).
Por
otro lado, surge la teoría de la aumentación,
es decir, al humano se le van implantando elementos tecnológicos y es él mismo
el que paulatinamente se va convirtiendo en un cyborg. (“Robocop” = Google
glass).
La
sustitución en los puestos de
trabajo por la tecnologización la vemos diariamente:
- Gimnasios low cost (inscripción y pago por internet, atención al público eliminada, el monitor hace las veces de informador).
- Whats app da servicio a 450 millones de usuarios con 55 personas trabajando.
- Gasolineras autoservicio, peajes automatizados, compras de cualquier tipo vía internet eliminando al departamento comercial,…
Rifkin ya lo avanzaba en “El fin del trabajo” (se
puede leer una buena discusión en el Blog Salmon).
Algo similar sucedió durante la
Revolución Industrial y se redistribuyó el trabajo desde unos sectores a otros,
pero ahora aparecen elementos diferenciales:
incorporación de la mujer al trabajo, aumento cada vez más rápido de la
población mundial, velocidad de las innovaciones tecnológicas, globalización en
la venta de productos,…
Esto supone, que por un lado se haya incrementado
la población activa y por otro, que la tecnología está ampliando su
“plantilla”. Es evidente que la
tecnología es algo necesario e imparable pero habrá que preguntarse dónde
estarán los trabajos en los que no se pueda o deba sustituir a las personas.
Probablemente en los que personas hagan
felices/ayuden a otras personas.
Por otro lado, está la influencia de
la tecnología en los cambios de hábitos en
la actividad laboral. Como los cyborg, cada vez existen más elementos que se
nos complementan y nos monitorizan: trabajo desde la nube, seguimientos gps,
aplicaciones infinitas para smartphones, ropa inteligente, domótica,…
Esto también produce un cambio radical para los departamentos de
RRHH. El trabajador no presencial se “virtualiza” y su conexión con la empresa
en el aspecto humano es cada vez más indefinida y difusa.
Sin embargo, las personas necesitarán
igualmente un apoyo y una comunicación
con la que adaptarse a la nueva realidad y resolver los problemas que les
surjan en sus actividades laborales. Necesitarán un “coach” laboral como una
necesidad para su mejor rendimiento…..y para sentirse personas.
Es decir, no un departamento de RRHH
para los trabajadores de una empresa sino una empresa de RRHH para diferentes
tipos de trabajadores.
Por cierto, no hace falta realizar comentarios
al post, están automatizados. ;)
Genial post. Aunque creo que es un factor más de la evolución, todo se irá ajustando a medida que pase el tiempo, siempre ha sido así. Las cosas aparentemente son nuevas, pero su esencia es siempre la misma.
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