lunes, 16 de diciembre de 2013

PENSAR FUERA DE LA CAJA, por VERÓNICA MONTEQUI.

Generalmente, y dando buena prueba de pensar desde dentro de la caja, tendemos a asimilar esta capacidad de pensamiento lateral con profesiones de fuente componente creativo: diseñadores, investigadores, tecnólogos... pero no es así: las personas que se cuestionan los paradigmas aceptados, que saben salir del esquema ordinario de razonamiento y ver más allá de lo obvio o lo comúnmente aceptado son valiosas en cualquier ámbito de la empresa –y de la vida-, más aún en el mundo de los recursos humanos: nuestra “materia prima” son las personas y sin duda la gestión de las personas requiere mucha más creatividad, imaginación y empatía que la gestión de stocks intermedios (que también).


¿Cómo reconocer a estos “pájaros raros”?: Las personas que piensan “fuera de la caja” pueden no tener todas las respuestas, pero sí tienen las preguntas: preguntan mucho y muy bien. Y no les importa que puedan parecer preguntas tontas: nos hacen ver desde otro punto de vista cosas que toda la vida tuvimos delante de nuestros ojos. Y no me refiero a grandes descubrimientos: no se trata de inventar la pólvora o como dicen en Italia “descubrir el agua caliente”: es más cotidiano y abrumadoramente sencillo.


En una empresa que conozco se contrató hace meses a joven recién titulado para unas prácticas de 9 meses como administrativo. 
Callado y prudente como casi todos en nuestras primeras experiencias laborales, no perdía palabra de lo que su mentor le iba explicando, “iniciándole” en los sacrosantos procesos administrativos de gestión de nóminas.Llegamos al capítulo de la extra de Navidad, provisionada para el 15 de diciembre y nuestro becario pregunta cándidamente “¿Por qué el 15?” “¿Por qué?”. Pues porque es la extra de Navidad, hijo”. “Sí, pero ¿por qué el 15?” Insistió… “Pues, pues, pues… como se ha hecho siempre” (argumento demoledor del responsable de administración de personal). “¿Por qué no el 1 de diciembre? Así te ahorras un proceso: lo incluyes en la nómina mensual. Y si la de verano la pagas el 30 de junio en vez del 15 de julio, lo mismo… ¿habéis preguntado, no sé, a los representantes de los trabajadores? A lo mejor les parece bien…”.

Les pareció bien, era financieramente factible y se redujeron los procesos anuales de nómina de 14 a 12 con el consiguiente ahorro de tiempo (que es €!) también en la manipulación, ensobrado y reparto de los recibos (era empresa de las antiguas). Ni qué decir tiene que el responsable de gestión de personal, pasada la primera tentación inicial de ahogar al “listillo”, lo incluyó en cuantas reuniones y grupos de trabajo se le ocurrió, abriéndole la oportunidad de trabajar en contacto con otras áreas de la empresa. Y no le dejarán escapar fácilmente cuando concluya sus prácticas.


La capacidad de pensar fuera de la caja es sin duda un don infrecuente pero por suerte virulentamente contagiosa: un “pensador lateral” puede fácilmente infectar a todo un grupo de trabajo y dinamizar de manera notable cualquier proyecto.Para los que no tengamos esa envidiable facilidad, la buena noticia es que también puede entrenarse… algunos consejos para pensar “fuera de la caja” ante determinada situación…. Piensa en voz alta y di lo primero que se te ocurra sin descartar ideas por extrañas que te parezcan y sin buscar analizarlas o justificarlas. En vez de reflexionar para después poner palabras a tus reflexiones, haz justo lo contrario: expresa justo ahora lo que estás pensando justo ahora.

Parece casi un juego pero es un método y puede no ser fácil porque seguramente llevamos mucho tiempo tan a gustito dentro de la caja, pero merece la pena… 

Acabo de encontrar una frase que me ha convencido del todo: “Thinking outside the box' is ridiculous nonsense, since whatever you can do in a 'box' or closed environment is not 'thinking'.

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