-¿Ustedes consideran a las personas como Recursos o como Procesos?, Fue la pregunta, aproximada que se hizo a los ponentes.
Uno de los conferenciantes
contestó inmediatamente: “Para nosotros son Recursos”. El otro calló. ¿?.
Tras la respuesta se hizo un silencio breve, que rompió la coordinadora del acto para cerrarlo. Habíamos consumido el tiempo previsto y era hora de finalizar, pero en el breve lapsus del silencio, se agolparon en mi cabeza mil ideas, a las que aún no he puesto orden.
Tras la respuesta se hizo un silencio breve, que rompió la coordinadora del acto para cerrarlo. Habíamos consumido el tiempo previsto y era hora de finalizar, pero en el breve lapsus del silencio, se agolparon en mi cabeza mil ideas, a las que aún no he puesto orden.
A lo largo del siglo anterior, la
antigua denominación de “Departamento de Personal”, se ha transformado en
“Dirección de Recursos Humanos”. Cierto es también, que lo que uno y otro
término nos sugieren es diferente, habiéndose enriquecido el último. Pero si
pensamos el significado de “Recursos”, se genera de nuevo la confusión de mis
ideas.
Es evidente que la complejidad de
la naturaleza humana, no puede encerrarse en ninguno de los dos conceptos, ni
somos “Recursos” ni “Procesos”, por muy amplios que consideremos sus
significados. Somos eso y mucho más (incluso mucho menos, según la circunstancia)
Pero como creo que es muy importante tener claro nuestro punto de vista para
orientar nuestras actividades y aún nuestra vida, sigo dándole vueltas a la
idea. Para ello veamos algunas de las actividades típicas que se realizan con las
personas en nuestras empresas.
Los procesos de reclutamiento y
selección, por los que pasamos para tener acceso a un puesto de trabajo,
deberían ser diferentes si el que los plantea considera a las personas como “Recursos”,
o como “Procesos”. En el primer caso se centraría en buscar entre los recursos
que el mercado ofrece, lo que en ese momento necesita la empresa. Ejemplo: si
usted necesita una llave de tuercas del número “x”, va al mercado y la
adquiere. En el otro caso el
planteamiento sería diferente, pues si concebimos que el personal evoluciona y
cambia (como proceso), al plantear las características buscadas en los
candidatos, hemos de considerar no sólo lo que necesita en ese momento la
empresa, sino también en el futuro. Esto relativo a la Empresa. Respecto al
candidato, hemos de indagar el bagaje que trae y el potencial de evolución que
posee.
A la hora de integrar al personal
en la empresa, si es un “Recurso” que hemos adquirido, sería encajarlo como una
pieza del puzle que nos faltaba y hemos encontrado, pero si admitimos una
evolución, habría que pensar en un periodo de adaptación…, y en un plan de
desarrollo o carrera profesional. La organización de la propia empresa y su
evolución, se plantearían de manera diferente.
El liderazgo, esa función tan
compleja dentro de las relaciones humanas, también ha de plantearse de forma
diferente según el punto de vista que tengamos. Si vemos a las personas como
“Procesos”, liderar se hace todo lo complejo que podamos imaginar. Tendremos
que establecer un plan de comunicación amplio, que nos permita conocernos, (aparte
de la comunicación del día a día): entrevistas, negociación de objetivos,
seguimiento de actividades, reconocimientos, planes de evolución, formación,
…etc. Si vemos a la persona como un
“Recurso Humano”, liderar se simplifica: Naturalmente que habrá un plan
de comunicación que tenga casi tanto como antes, pero considerando que los
“Recursos” siempre son limitados y con todos los respetos que merece la
persona, las negociaciones tendrían un carácter puntual, del momento que
vivimos, pero perdiendo la visión de futuro, esa previsión tan cambiante como
necesaria.
Los planes de formación, difieren
según nos situemos en uno u otro punto de vista. En general para la percepción
como “Recursos”, estarían más orientados a una formación sobre la tarea que realiza
cada uno, mientras que en el caso de vernos como “Procesos”, los planes de
formación tendrían, además de lo anterior, una previsión de desarrollo y
crecimiento personal.
La Retribución, que tantos
estudios y variantes tiene, no sería tan complicada en el caso de remunerar
“Recursos”, como si son “Procesos”. En este último caso ha de contener una
componente que motive la evolución de ese “Proceso”, que en el anterior caso no
sería necesario.
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De este modo suelo plantear todo
tipo de actividades o interacciones humanas, contrastando los resultados a que
llegamos, partiendo de cada uno de los puntos de vista considerados. Al
hacerlo, una y otra vez llego a la misma conclusión: a pesar de que ninguno de
los dos puntos de vista responde exactamente a la realidad humana, (que
desborda todos ellos), encuentro más aproximada a la realidad que yo conozco, la
visión de la persona como “Proceso”.
¿Nos equivocamos cuando hablamos
de “Recursos Humanos”?
Muy interesante reflexión.
ResponderEliminarNunca me he tomado en sentido literal (ni con la connotación despectiva que en ocasiones se le atribuye) el término 'recurso humano'.
En mi condición de ingeniero comprendo que las personas pueden gestionarse como recursos (desde un punto de vista de planificación, asignación, balanceo,...), pero coincido completamente en la visión como proceso: todos evolucionamos, y los mercados son cada vez más dinámicos y exigen más dinamismo de los Humanos que los poblamos ;)