Muchas veces recomendamos a la gente lecturas de extensos libros para que entiendan o profundicen sobre algo, cuando a veces (o al menos a mí me pasa) con cosas mucho más rápidas o sencillas lo simplificamos mucho más.
Eso es lo que suelo pensar cuando escucho alguna canción con un mensaje, claro, rotundo, rico y fácil de digerir como la que hoy quiero enlazar.
La mayoría la conoceréis, otros pocos no. Sea cual sea vuestro caso os animo a escuchar con atención la letra (entera, pero especialmente a partir del minuto 2). A mí me ayuda a recordar y reforzar mi creencia de que lo que me vaya pasando, para bien o para mal, depende en su mayor parte de mí y de mi actitud para hacer y/o afrontar las cosas.
Y si alguno quiere recomendarme (recomendarnos) que me fije en letras de otras canciones (cosa que suelo hacer) encantado de poner "orejas de conejo".
Y ya que pido, os enlazo otra lección vital para estos tiempos difíciles:
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