jueves, 17 de mayo de 2012

EL DON DE LA PALABRA por LAURA DEL VALLE

Hola a tod@s.

Hace poco participé en un taller sobre Inteligencia Emocional y la verdad es que fue  muy gratificante a todos los niveles por  lo mucho que aprendí sobre mí misma, y por la gente tan maravillosa con la que compartí dicha experiencia.
No os voy a contar todo lo visto en el curso  porque algo así hay que vivirlo, ya que a tod@s los participantes, de una manera u otra, nos ha provocado cambios en nosotros y por lo tanto en la forma en que enfocamos nuestras vidas. Lo que sí  quería compartir es algo que me impactó mucho porque siendo en un principio  tan simple  tiene muchísima importancia  y esto es la “palabra”.

Todo empezó cuando plantearon un ejercicio muy sencillo y de fácil solución y mi primera frase fue: “Yo no puedo” y además, según iban terminando el resto de los compañeros más rondaban en mi cabeza las palabras: soy torpe, no puedo, soy una inútil… ¿Cómo iba a resolverlo si desde el principio ya me puse la limitación de poder solucionarlo? Ahí ya llegó la clave, los límites nos lo ponemos nosotros mismos, esas palabras que yo estaba pensando me estaban impidiendo ejecutar satisfactoriamente un simple ejercicio. “Sea que piense que puede o que no puede, en ambos casos usted tiene razón” (Henry Ford).
Las palabras “no se las lleva el viento” ya que si las decimos es porque realmente las pensamos y si forma parte de nuestro pensamiento forma parte de nuestra realidad.“Todo lo que somos es el resultado de lo que hemos pensado; está fundado en nuestros pensamientos y está hecho de nuestros pensamientos. (Buda)”

Si queremos tener el control de nuestra vida tenemos que hacernos cargo de nuestra manera de pensar, por lo que, sobre todo en situaciones difíciles es mejor pensar que hay una salida al final del túnel para realmente superarlas. Los pensamientos positivos nos dan esa energía, entusiasmo, motivación e  impulso para realizar lo que queramos. Es la mejor manera para aumentar nuestra autoestima y por lo tanto mejorar con ello, las relaciones interpersonales y  desarrollar el crecimiento personal y profesional hacia el éxito.
En nuestro vocabulario hay varias palabras “peligrosas” que aunque no lo parezcan son muy negativas y que te impiden cumplir tus metas:

-           “No”: es una palabra abstracta  que la mente no registra y por lo tanto la mente capta el mensaje contrario al objetivo pretendido.

-          “Pero”: Suele usarse para unir dos frases, con lo que la segunda frase precedida de un pero anula la primera.

-          “Tengo que”: Denota algo que cuesta trabajo, es un esfuerzo por lo que tiene un significado negativo

-          “Un día de estos”, “mañana”… Condicionan a no cumplir los objetivos pretendidos

-          “Todos”, “siempre”, “nunca”, “nadie”: Son determinantes y no permiten la excepción, siendo además generalmente falsas.
Con esto y ya por último, quiero decir que hay que cuidar mucho lo que se dice y más a nosotros mismos para no ponernos barreras ni limitaciones y así convertirnos en quien deseamos ser.

4 comentarios:

  1. ¿Qué decirte? Pues que me encanta tu entrada, Laura. Qué importante es lo que nos decimos a nosotros mismos porque sin darnos cuenta nos ponemos tantos límites pensando que no podemos hacer las cosas o que no seremos capaces...

    Me gustaría añadir a tu lista una palabra que nos frena y es "INTENTO". Cada vez que decimos "Intento..." estamos dándole a nuestro cerebro una justificación para no hacer las cosas. Y es que las cosas las hacemos o no las hacemos, pero intentar... eso ¿qué es? Principalmente una excusa y una pérdida de tiempo.

    Últimamente cobra más y más importancia el pensamiento positivo. Puede que la coyuntura actual no sea la más favorable ni la más deseada, pero con actitud positiva (que no optimismo, pues para mí esto denota cierto grado de falta de realismo)todo es más llevadero y conseguimos advertir oportunidades que, de otro modo, pasarían desapercibidas o que no sabríamos cómo aprovechar.

    Enhorabuena por tu post y gracias por compartir estos consejos que ya estoy aprendiendo a aplicar en mi día a día.

    ResponderEliminar
  2. Me parece estupendo el mensaje y además muy oportuno en este tiempo, en que llevamos varios años insistentemente agobiados por los mensajes que nos transmiten. Parece que no hubiera más noticias que comunicar.
    Y al cabo, nadie nos va a sacar del pozo si no somos nosotros mismos. Creo que nos has puesto de nuevo frente a los peldaños claves en la escala que tenemos que trepar.
    Enhorabiena Laura
    J. Mendoza

    ResponderEliminar
  3. Interesante (y emocional) post, Laura.

    La manera en que cada uno de nosotros utilizamos las palabras para expresar nuestras experiencias internas a otros, o para comunicarnos con nosotros mismos, tiene una importancia (e influencia) capital en nuestra vida. Después de todo, las palabras son las unidades de información con las que describimos el mundo al relacionarnos hacia fuera y hacia dentro (diálogo interno). En ambas direcciones, debemos pues ser extremadamente cautelosos al escoger las palabras, y debemos ser también conscientes de que cada individuo tiene un significado concreto para cada palabra (generalmente articulado en función de su interpretación de la experiencia, objeto, idea o situación a la que se refiere).
    Como bien concluyes, la comunicación es un proceso delicado y con mucha repercusión (o reflejo) en nuestros pensamientos y sentimientos (construcciones a partir de las emociones). Es muy importante tener esto en cuenta para potenciarnos en vez de limitarnos y para lograr que las relaciones con nosotros mismos y con los demás sean más ecológicas.

    Enhorabuena por el post, la reflexión y tu propio proceso de desarrollo.

    ResponderEliminar
  4. Informamos que esta entrada ha tenido, hasta hoy (dos semanas después de su publicación), un total de 166 visitas.

    ResponderEliminar