EDUCACIÓN, EMOCIONES Y CREATIVIDAD ¿BIENVENIDO EL CAMBIO? por CELIA MARTÍN

Aunque la semana pasada me recordaron  la fecha de esta intervención, he estado en un viaje de trabajo del que regresé ayer y hoy, por fin, me he puesto delante del ordenador con el firme propósito de escribir una intervención que fuera creativa e interesante para todos.  Pero, me he bloqueado, no me salía nada y eso me ha provocado enfadarme conmigo misma, ¿cómo puede no salirme nada?, soy experta en recursos humanos, he hecho una tesis doctoral en el tema, he trabajado en consultoría de rrhh, por favor, Celia!! Pero nada, claramente la creatividad y las emociones van por un lado diferente al almacenaje mental de conocimiento y, además,  influyen en la canalización de éste. Esto ya lo sabía, pero hoy he sido plenamente consciente. Esto me genera algunas reflexiones que quiero compartir con vosotros:

En estos momentos tan convulsos, se nos exige creatividad, innovación, afrontar la crisis y los cambios como algo positivo, ver el lado bueno, la posibilidad del cambio a mejor...y yo misma, que estoy atravesando un momento de ruptura laboral con mi trabajo en la Universidad, me replanteo mi orientación profesional y me pregunto ¿estoy teniendo la inteligencia emocional y los recursos emocionales que me permitan adaptarme y afrontar este cambio con optimismo? ¿le doy la bienvenida al cambio?,  ¿y por qué no? ¿todo esto me va a ofrecer mejores oportunidades?. La verdad es que, aunque voy tratando de pensar y sentir de ese modo, me cuesta. Y me pregunto por qué. Por supuesto, la respuesta a esta pregunta es múltiple, pero hoy quiero centrarme sólo en una de mis “respuestas” que me toca de cerca por haberme dedicado a ella los últimos 7 años: es la educación, nuestro sistema educativo y también la formación que absorbemos en nuestro desarrollo empresarial.

¿Qué tipo de inteligencia nos desarrolla el sistema educativo, ya no sólo en enseñanza primaria o secundaria, si no también en la universidad? ¿Qué tipo de inteligencia tratamos de desarrollar con los planes de formación de nuestras organizaciones o en el diseño de los másteres de las Escuelas de Negocio? Por supuesto, la inteligencia más clásica sí. Es decir, el conociendo, las habilidades, diversas destrezas, etc. Pero, hay otro tipo de inteligencia que no se incluye. Tenemos una parte de inteligencia emocional, que a lo largo de todo el sistema educativo y de nuestra formación en el mundo empresarial se va “castrando”. Sin embargo, en nuestro día a día laboral y personal vemos que esa inteligencia, esos recursos, son igualmente importantes. Es más, en estos momentos críticos en los que la gestión de emociones, el pensamiento divergente  y la creatividad podrían ser nuestros balones de oxígeno para poder respirar mejor en el nuevo “espacio” hacia el que nos encaminamos, nos damos cuenta de cuanta carencia tenemos de estos recursos. Prueba de ello es toda la corriente de talleres y seminarios sobre gestión emocional, coaching personal, terapias orientadas al ámbito laboral...que están surgiendo en respuesta a nuestras necesidades. Necesidades de desaprender y volver a aprender. Necesidades de retomar algunos recursos como el pensamiento divergente, un recurso que todos teníamos en nuestro haber cuando éramos niños y que hemos ido perdiendo. En este sentido, os recomiendo que saquéis 11 minutos para ver este vídeo de Ken Robinson en TED, explica claramente cómo el sistema educativo y el sistema económico que tenemos va restringiendo algunos de nuestros recursos. Sobre todo a partir del minuto 6.

Realmente creo que ha llegado el momento de desaprender mucho de lo aprendido en cuanto a conductas y estereotipos sobre qué y cómo aprender, sobre cuales son los recursos asociados a la inteligencia entendida de forma completa. Yo ya me he puesto manos a la obra,  estoy aprendiendo de nuevo.

Allá vamos, bienvenido el cambio!!